ENSAYOS DEL LIBRO "EL HUECO"

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Afortunadamente luego de ser atrapada por la policía en un golpe de fortuna, las cosas se le facilitaron mas, quedando como testigos junto a otros más contra el dueño del bote, que le facilita una residencia con dirección registrada y la posible firma a una fianza de 10.000 dólares que con ayuda de su Tío puede sacar adelante, todo esto que le pasa es a mi criterio la mejor forma de culminar la cumbre de un largo recorrido, no fue deportada a Colombia cargando ya con una deuda de 3000 dólares que uso para el viaje, es como si el destino la recompensara por su “verraquera” su empuje tan único de todos los que llevamos la impregna de haber nacido en Colombia.

Luego de un tiempo, el tío le propone casarse de “mentiras” con Charlie “un puertorriqueño” amigo de la familia quien accede, aunque este arreglo se convirtiera en algo real y deseado gracias a un gusto mutuo, y donde obtiene su residencia.

Fue otra pesadilla para ella, pues en un viaje que hiso a Colombia para traer a su otro hijo colombiano del primer matrimonio, “Charlie, totalmente cambiado y seguramente atraído ya por otros intereses” decide dejarla aprovechando su viaje para quedarse con la potestad del segundo hijo de Liliana declarando abandono de hogar, una mala jugada a afrontar de nuevo, pero que tampoco la opaca por que según cuenta Caycedo, su sonrisa sigue impecable e intacta a la fecha, así mismo como lo sigue su esperanza de recuperar a su hijo, y seguir su nuevo matrimonio, ahora con un colombiano.

Así culmina la historia de Liliana y la de este capítulo, dejando muchas cosas de por medio, la más importante “El significado que tenemos en nuestra cabeza de empuje, de verraquera,” desconozco el futuro de otros emigrantes diferentes a los colombianos, pero si algo ha dejado claro este capítulo y hasta ahora este libro de Germán Castro Caycedo, es que los colombianos marcamos un sello de garantía, un sello que nos diferencia del resto, no es solo el “muy buenos días,” el “por favor” o el “muchas gracias”, es la sangre pujante, el cuerpo con energía extra, el cerebro con creatividad y rebusque aumentados al triple, es ese sentimiento tricolor de fraternidad y hermandad que desde pequeños se nos asigno como colombianos, misma razón por la cual estemos donde estemos, hagamos lo que decidamos hacer, cuando escuchamos el himno de nuestra patria, se nos erizara la piel de una forma que solo un tempano de hielo podría causar.

PAPÁ LINDO