El Positivismo de A. Comte y El Positivismo Lógico

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Por otro lado Comte también dedicó parte de su vida a la búsqueda del orden y el progreso. Él pensaba que la negatividad era la causa del desorden moral y político que reinaba en Francia en 1789, la anarquía intelectual, la corrupción política y la incompetencia de los líderes políticos. Según la ley de Comte, el que estaba destinado a imponerse sobre los demás era el positivismo. Contemplaba el orden y el progreso en términos dialécticos, tenía una perspectiva semejante a Marx, esto significa que se negaba a pensar en el orden y progreso como entidades separadas.

La sociología de Comte, donde creía que todas las ciencias se dividían en estática y dinámica social. La primera se refería a la investigación de las leyes que gobiernan a la acción y la reacción de las diferentes partes del sistema social, por otro lado la dinámica social se refiere realmente que hemos conocido más el presente que el pasado o el futuro, a lo contrario de lo que pensaba Comte, que decía que el estudio de las leyes de sucesión de los fenómenos sociales, la sociedad se encuentra siempre en proceso de cambio, un cambio ordenado llamado, la teoría del progreso natural de la sociedad humana.

Los planes de Comte para el futuro, donde se habla solamente de las ridículas ideas de como concebía el grandioso plan para el futuro del mundo. En esta parte Comte propuso los modos de llevar a cabo sus ideas positivista, tales como crear el nuevo calendario positivista de trece meses, fiestas para reafirmar el positivismo, la creación de templos positivistas, etcétera.

Podemos resumir que Comte tenía muy buenas ideas, pero era demasiado optimista y ambicioso en cuanto al conocimiento, como cuando decía que la sociología era la más difícil e importante de todas. Es por lo anterior que a Comte se le valora, por defender su ideología del concepto, que no es más que una estima y no por sus aportaciones e ideales.

Por otro lado se hablará en resumen sobre el neopositivismo o positivismo lógico y, según Reale y Antiseri (1988), se caracterizó por una actitud decididamente antimetafísica y por toda una serie de profundos análisis de gran relevancia acerca del lenguaje, la estructura y los métodos de las ciencias naturales, así como de los fundamentos de la matemática.

Lo fundamental fue el principio de verificación, según el cual sólo tienen sentido las proposiciones que pueden verificarse empíricamente, a través de los hechos de la experiencia y de la lógica. Científico es sólo el análisis de la realidad que trabaje con estos dos pilares: la teoría de la relación lógica-matemática y la verificación empírica mediante la experimentación (Mardones & Ursúa, 1987). Para el Positivismo lógico, la ciencia debe caracterizarse por un lenguaje científico universal, por la precisión y la formalización en sus enunciados, por la comprobación y verificación empírica de todas las afirmaciones. Únicamente tiene por verdadero y pleno de sentido lo que expresa un estado de cosas de manera objetiva; se sigue, entonces, que en la ciencia todo debe someterse a observación directa y a comprobación mediante la experimentación. Por lo que podría decirse que muy poco del pensamiento filosófico de las ciencias humanas será científico. El principio de verificación fue sometido rápidamente a críticas por el racionalismo popperiano, cuando afirmó que la verificación en la experiencia no sólo elimina las afirmaciones del positivismo lógico, sino que aniquila también las hipótesis empíricas y con ello todo conocimiento científico natural (Reyes, 1988 citado por Bernal, 2010).

Bibliografía

Bernal, C. (2010), Metodología de la investigación. Colombia: PEARSON Educación.

Ritzer, G. (1993). Teoría Sociológica clásica. Madrid, España: McGraw-Hill.