El antónimo del andropocentrismo (que es patriarcal) es el ginopocentrismo

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¿Qué es lo que hay detrás del estéril debate entre educación segregada o mixta? Que se está preparando a las generaciones para la desigualdad, para la división.

Han habido retrocesos del patriarcado mediante los movimientos feministas. Se ponen en peligro lo androcéntrico.

La religión en nuestro estado fomenta patrones que tienen que ver con el androcentrismo. Tendría que cambiar el orden sociocultural que tiene que ver con una amplitud de factores (política, ideología, economía y religión).

El debate entre las dos escuelas es un debate que está insertado en las ideologías porque para que haya un cambio ideológico en España se hace necesario un cambio en las estructuras socioculturales e ideológicas.

Las chicas, al llegar al mercado de trabajo, buscan trabajo en desigualdad. Las chicas adoptan la cultura en la que han sido formadas (la patriarcal) porque adoptan el andropocentrismo.

La autora dice que el debate se queda corto porque se toma el rol del patriarcado como elemento vertebrador y se plantea liquidar eso. Esto es complejo porque está muy interiorizado y es la base del sistema. Hay que dejar que los chicos encuentren su propia naturaleza y la naturaleza es igualitaria. La coeducación lograría tener éxito: tiene un éxito que está limitado.

La forma de escolarización segregada por sexos, mayoritaria en el pasado como consecuencia de una concepción diferenciada de los géneros, es decir, de los patrones culturales y destinos que debían vivir hombres y mujeres, fue retrocediendo a medida que avanzaba la idea de la igualdad entre hombres y mujeres.

La escuela mixta, que ha permitido un gran avance de la sociedad española al haberse producido un aumento del nivel educativo tanto en hombres como en mujeres, ha recibido numerosas críticas como forma insuficiente de coeducación.

En el pasado, la razón por la cual se argumentaba que niños y niñas debían de ser separados, era que ambos tenían destinos distintos de acuerdo a sus papeles diferenciados en la sociedad. En la actualidad, los argumentos que se dan para defender la educación segregada son dos: por un lado, las diferencias en el desarrollo y maduración del cerebro de niños y niñas, y, por otro lado, las diferencias en los comportamientos y actitudes de los niños y las niñas.

Para dar respaldo al segundo grupo de argumentos, se utilizan evidencias como el mayor rendimiento escolar y especialmente matemático de las chicas en escuelas sólo de chicas, la disminución de la violencia en ambos tipos de centros y el posible mayor rendimiento de los chicos en escuelas sólo de chicos. Marina Subirats dice, en relación al mayor rendimiento de las chicas en escuelas de chicas, que se debe de tener en cuenta que estas escuelas están destinadas, a menudo, a mujeres de clase alta y cuentan con unos recursos y un profesorado por encima de lo común, además de unas alumnas procedentes de familias de un nivel cultural muy alto.

En cuanto al primer argumento, el cual hace referencia a las diferencias biológicas entre hombres y mujeres, Marina Subirats dice que en la polémica sobre la capacidad de las mujeres para estudiar y para aprender, uno de los argumentos para justificar su exclusión era la del menor peso del cerebro femenino que teóricamente suponía la menor inteligencia en las mujeres y por lo tanto su imposibilidad de aprendizaje de conocimientos académicos.