El concepto del Progreso: de lo aparente a la realidad... ¿o al revés?

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Antes de conducirme al tercer autor que sostiene la tesis de este ensayo, destacó la Concepción del Espíritu Positivo que encierra Comte: la base de orden y el fin del progreso humano: un lugar donde la ciencia confiere orden a las cosas para transitar por tres estadíos (teológico, metafísico y científico) y, por consecuencia, el progreso de la humanidad.

Es momento de citar a Comte como sujeto que argumenta mi premisa. El sostiene que nada grande puede emprenderse, ni para el orden, ni para el progreso; por falta de una filosofía adaptada a nuestras necesidades. Pese a su afinidad por las ciencias exactas, en su discurso sobre el Espíritu Positivo sostiene premisas difíciles de comprobar y deja vislumbrar el complejo contexto personal que gracias a la historia se conoce, origina este tipo de aseveraciones.

Pasemos a analizar la idea del progreso de Marie Jean Caritat, Márques de Condorcet quien divide al concepto en nueve etapas, acompañadas de una décima (aún por venir) en las cuales el hombre conocería todos los gozos de la libertad, la igualdad, la justicia y el humanitarismo (Niesbet en Libertas, 1986).

“Todo apunta al hecho de que nos estamos acercando a la época de una de las grandes revoluciones de la raza humana [...]. El actual estado del conocimiento garantiza que será una revolución auspiciosa.” (Niesbet, 1986). Y justamente esta frase es pronunciada antes del estallido de la revolución francesa. ¿Será acaso que se pretendía una vez más, a lo largo de la historia, legitimar un hecho venidero?

El presente ensayo no pretende cuestionar la validez de las aportaciones de los grandes pensadores, simplemente se intenta desmenuzar el origen de su pensamiento. Este se enmarca en un discurso que va de lo real a lo aparente, real porque sin duda alguna sus obras han contribuido a la idea de modernidad y a una reforma del pensamiento que apuesta a la continuidad con matices propios del tiempo donde aquellos hayan sido desarrollados pero aparente toda vez que las tesis en torno al progreso de la humanidad llevan un trasfondo que solo leyendo entre líneas, puede ser manifiesto.

Resumiendo, la idea de progreso, tal como la hemos conocido durante dos milenios, tiene diferentes matices que poniéndolos al descubierto, podrían proveer al lector de estas corrientes, elementos de ayuda para el análisis y es así como enmarcado en los grandes acontecimientos que nos han llevado a decir de algunos pensadores a una modernidad, que en algún momento deberá volver la mirada al sentido elemental del ser humano y su desarrollo.