El currículo y su relación con el desarrollo humano

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a todos, las mismas metas, atropellando la construcción de la individualidad, de la autoestima y desconociendo la diversidad en todas sus formas y manifestaciones.

Un punto crítico es comprender que la diversidad no solo se aprecia en las diferencias intelectuales sino en otros dominios del desarrollo físico, conductual, comportamental, afectivo, social, cultural entre otros.

Desde la escuela se puede incidir en la construcción de un nuevo país que dependa de la capacidad que tenga cada uno de imaginar, de explorar libremente a través de dinámicas innovadoras, ajenas a criterios estáticos, uniformes, cerrados y obsoletos.

Es fundamental que en el currículo estén inmersos los conocimientos sobre la Psicología del Desarrollo, de la conducta y la neurología evolutiva ya que la detección temprana de los indicadores que anuncian patrones patológicos o alteraciones del desarrollo, se puede dar en cualquier momento, circunstancia que permite programar actividades que estimulen, por ejemplo, las áreas sensoriales desarrollando las posibilidades no solo intelectuales , sino madurativas, sociales y físicas para evolucionar de mejor manera.

Es claro que son de gran valor las tipificaciones relacionadas con el crecimiento físico y la conducta de acuerdo a la edad pero igualmente son solo patrones de referencia no, verdades absolutas, de allí parten las grandes limitaciones con las que se etiquetan a los niños desde temprana edad que impactan negativamente en la autoestima repercutiendo en su adultez. Hay multitud de ejemplos en las instituciones educativas en las que solo en el examen de admisión descalifican a los niños solo por el hecho de no colorear en los tiempos que ellos equivocadamente creen que debe hacerlo, esto acarrea no solo un stress familiar y en el niño, sino una enorme carga discriminatoria, es el aporte de los “expertos”

Todo ser humano en condiciones normales crece y se desarrolla interactuando con el medio ambiente. Descubrir cuando se desvía el curso normal del desarrollo para abordar tempranamente cualquier comportamiento o conducta, es todo un desafío, no solo para la familia, sino para los educadores. Es fundamental acortar distancias….

Aun teniendo en cuenta no solo niños sino adolescentes, hay posibilidades, antes se pensaba que el periodo crítico del desarrollo abarcaba la etapa que va desde la concepción hasta los tres o cuatro años de vida, cuando supuestamente ocurría una intensa proliferación dendrítica entre las neuronas y la respectiva mielinización. Ya esto está revaluado, puesto que la plasticidad neuronal siempre se está presentando, siempre hay posibilidades de crear nuevas redes neuronales, por ende de adquirir conocimientos y habilidades, no importa la edad, ni las condiciones.

Contextualizando aún más, el currículo se puede trazar objetivos relacionados con el “Estado del Ser” de los educandos, adentrarse en ese océano de potencialidades que retroalimenta no solo el sentido y el propósito de la educación sino las estrategias pedagógicas, los métodos, los recursos humanos y materiales que contribuyen en la “formación “de ese ser desde el momento que hace parte de todo este amplio engranaje llamado Currículo.

Muy de acuerdo con el escrito, los currículos deben ser más flexibles, realistas, coherentes, contextualizados, personalizantes, abiertos, que favorezcan la libertad, la potencialidad del educando, que adopten como misión el reconocimiento del otro en todas sus dimensiones, comprendiendo que: “No somos lo que hacemos sino lo que somos”