El juego de la muerte.

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las propias creencias y valores, pone al descubierto al sujeto. Ya que, el castigo es una de las consecuencias que le provoca más temor. Los individuos están acostumbrados a realizar lo que desean de él, un tipo de deseabilidad social. De modo que, no puede expresar su molestia y detenerse. Encontrar el oportuno límite y parar, es un aspecto adquirido a través de la experiencia, el ser humano per se, entiende a través de las secuelas de los propios actos, es un aprendizaje adquirido desde la infancia.

Frente a la modernidad de estos días, un individuo debería ser más propenso a desobedecer, pero la autoridad más dominante en esta era visual, es la televisión y, la concepción de los valores que culturalmente no son transmitidos, sumado a la demanda de padres jóvenes con una idea de educación de la new age, ha destrozado la conciencia social, dejando al sujeto en un estado de negación, un estado agéntico (solo obedece), siendo exhortado una y otra vez a acatar órdenes.

Se cree que la televisión no puede hacer daño y jamás asentirá transmitir programas donde mueran personas por diversión. Aspecto totalmente falso, con un análisis profundo de los programas con un ranking al estilo top, son aquellos cuyo contenido es absolutamente inadecuado. Y es que no consumir esa tipología de programación, es desobedecer y si se le retira el poder a dicha autoridad, este se ve en peligro inminente, sumado a que la baja audiencia del mismo, dejara entrever a sus productores que desde la poción cultural de aquellas personas la programación mostrada es inadmisible.

Realizado por: Julio Izurieta