El narcotráfico vertical como institución

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La función del narcotráfico es la de satisfacer una necesidad que emana de la misma sociedad: la necesidad de ciertos sectores sociales por drogarse. El hecho de que la mercancía que ofertan sea ilegal se constituye en una variable que atraviesa toda su práctica económica, lo que nos llega a la estigmatización social, puesto que para que existan "traficantes" se necesita que exista un clima cultural de sanción negativa respecto del consumo y comercio de drogas.

Menos violencia, más oportunidades y una nueva forma de política son los retos para acabar con el enorme poder que tiene el narcotráfico. El tratar de entender de manera separada los fenómenos de la violencia y narcotráfico se vuelve inútil después de mucho tiempo, porque finalmente son como dos factores con los que tenemos que tener cuidado y tratar de tomar medidas correctivas.

No hay narcotráfico suave ni que permita un retiro con ganancias extraordinarias ni deslindes entre consumidores y productores, la solidaridad en torno a la lucha del narcotráfico no existe y mientras tanto la violencia se expande y en un momento dado, llega a quienes se creían ajenos al problema.

El problema aumentó, porque no solo se vio en el mercado extranjero sino en el mercado local también, es decir el micro consumo interno también generaba ganancias y con ella violencia entre bandas que se disputaban el mercado. El narcotráfico no se derrota sin el apoyo del Estado y de la legalidad, por eso un alcalde no puede resolver solo el problema y desde otras ciudades no pueden pensar que el problema es suyo, el problema es de todos y en conjunto hay que resolverlo.

La gente ve policías pero no ve jueces; la justicia se ve de diferentes maneras y la más cercana puede combatirse pero nadie ve lo que pasa detrás y que ahí puede llegar de una manera más peligrosa el dinero de soborno o de corrupción del narcotráfico hacia la ley. Pero también hay miedo en la sociedad que luego genera muros de odio.

La lucha contra el crimen las autoridades deben tener siempre presentes tres principios básicos:

- La seguridad es un derecho de toda la ciudadanía.

- La seguridad siempre tiene que respetar los Derechos Humanos. De todas las personas sin importar lo difícil de la situación.

- La seguridad garantiza otros derechos. Sin justicia no hay seguridad.

El tema del narcotráfico y lo que significa ese narcotráfico no se puede reducir a un pedazo de territorio. Hay que entenderlo como un tema nacional, con una responsabilidad directa del gobierno nacional interactuando permanentemente con los gobiernos locales y estatales.

Tenemos que entender todo este problema, para dar solución; desde el barrio con policías que atrapan a infractores de bajo perfil hasta una estructura más sofisticada con inteligencia, un sistema de justicia y servidores públicos diferentes que atrapen y juzguen a los grandes infractores o que luchen cuando deban hacerlo.

El problema del narcotráfico es una cuestión de mercado. Hay una demanda de un determinado sector de la población y solo una oferta que "satisface" esa demanda. Como sociedad estamos obligados a multiplicar las opciones para verdaderamente satisfacer (demanda) y hacer que la "única" oferta (drogas) que se ofrece caiga por su propio peso. La respuesta que da el gobierno no resuelve para nada el problema, lo acentúa.

En el fondo, no son los únicos responsables de la guerra contra el narcotráfico, hay otros, estos son todas las instituciones que tienen que ver la formación de los buenos ciudadanos, estas son, la familia, la escuela, los medios de comunicación y las religiones.

¿Cómo podemos convertir el círculo vicioso en virtuoso?

Necesariamente con un proyecto de nación perfectamente estructurado en el cual se asignen las responsabilidades a cada actor de la sociedad, desde el padre de familia, el maestro de la escuela y el medio de comunicación.

En los medios de comunicación brillan por su ausencia las ideas y los proyectos que realmente nos puedan sacar de la crisis. Estos, son el factor de poder más importante y es el mismo que influye en toda la población. Los medios de comunicación tienen el poder para edificar un gran país.

Seguramente todos deseamos que no haya narcotraficantes, que no haya drogas, que no haya muertes derivadas de esta actividad. Los narcotraficantes no son el enemigo número 1, sino nuestra falta de capacidad para satisfacer las verdaderas necesidades de nuestros hijos, la de los maestros para satisfacer las necesidades de un verdadero conocimiento de nuestros alumnos, la de nosotros los periodistas para darle la información a nuestros usuarios que requieren para que tomen las decisiones correctas, la de nuestros gobernantes para construir un verdadero proyecto de nación bajo el cual se puedan unir todos los mexicanos en un denominador común.

Por supuesto que debemos combatir a los narcotraficantes, pero la atención debe estar en romper las bases de apoyo de estos.

Plan América para combatir narcotráfico en el continente.

El denominado "Plan América", es una iniciativa de Estados Unidos para combatir el narcotráfico en el continente. El senador Dodd aseguró en Quito que el problema del narcotráfico afecta, además de Colombia, a sus países vecinos, pero también a los países de tránsito centroamericanos y a su propio país, el mayor consumidor de drogas en el mundo.

El circuito del narcotráfico, según Dodd, afecta directamente a Ecuador, Perú, Venezuela, Brasil, Bolivia, los vecinos de Colombia, a todos los países centroamericanos, especialmente a México, a EEUU como gran consumidor, pero su influencia ha traspasado América para convertirse en un asunto mundial.

Ante ello, Dodd insistió en que el combate al narcotráfico debe ser entendido como un problema global, que afecta también a Europa y otros continentes, pero que en el contexto americano debe ser atacado de forma regional.

Los senadores están seguros de que el "Plan América" supone "trabajar juntos" contra el narcotráfico, con respuestas contundentes a los productores y traficantes, así como a los consumidores.

No obstante, los senadores admiten que una especie de "foco" del narcotráfico se ha situado en Colombia, y por ello que en esa nación se haya aplicado un programa particular.

El convenio entre Ecuador y