El pasado no es igual para todos ya que cada persona cuenta su historia a conveniencia propia

...

Este poder funciona en provecho exclusivo del poder y con una eficacia que pueden atestiguar quienes las conocen, cuando esos documentos son divulgados súbitamente después de una guerra de una revolución o de un escándalo. El poder del estado vigila igualmente en la fuente, el conocimiento del pasado. El control del pasado y de la memoria colectiva por el aparato del estado actúa sobre las fuentes. Este control estatal da por resultado que lienzos enteros de la historia del mundo no subsistan sino por lo que de ellos han dicho o permitido decir los opresores.

La ocultación es uno de los procedimientos más corrientes por el poder. El pasado es un importuno del que ay que desembarazarse. La política de la ocultación del pasado por el poder permite un interesante paralelo entre el discurso histórico de gaullista y el discurso histórico giscardiano.

El pasado está ahora hecho pedazos, convertido en elementos dispersos de un sistema ofensivo. La voluntad de liberar el pasado, de apoyarse en él para afirmar la identidad nacional, es igualmente fuerte en los movimientos de liberación del Tercer Mundo en el siglo XX. El pasado es un fondeadero de las luchas del presente. La reivindicación del pasado, su reconquista suelen adoptar la forma de una inversión de signos y de valores; de motivo a una burla. La conversación de los antiguos parajes forma parte de estas reivindicaciones populares: el derecho a un pasado propio se confunde con el derecho de a existir hoy, como lo explicaba un indio cherokee.

El conocimiento del pasado mantiene a la vez la nostalgia y la cólera, según la fórmula grata a los románticos ingleses. Otros historiadores refieren los hechos para informarnos de los hechos: usted los refiere para suscitar en nuestros corazones un odio intenso a la mentira, a la ignorancia, ala hipocresía, y la cólera permanece incluso después de haberse desvanecido a la memoria de los hechos.

“La historia es maestra de la vida, los historiadores refieren con detalle ciertos acontecimientos para que la posteridad pueda aprovecharlos como ejemplos de en idénticas circunstancias”. Luis Gonzales (1990), pág.; 82”.

Escribir historia es un modo de deshacerse del pasado. El estudio de la historia permitirá al ciudadano sensato deducir el probable desarrollo social en el futuro próximo.

Con la historia anticuaria se consiguen gozos que están muy lejos de deparar la historia crítica. Con esta se promueven acciones destructivas muy distantes a las que fomenta la historia reverencial o didáctica. Mientras que las historias que se imparten en las escuelas que se imparten en las escuelas proponen modelos de vida a seguir, la escuela que se auto nombra científica asume el papel de explicar el presente y predecir las posibilidades del suceder real. La historia anticuaria es una especie del género histórico que se entretiene en acumular sucedidos de la mudable vida humana, desde los tiempo más remotos. La historia anticuaria impide la decisión a favor de lo que es nuevo, paraliza al hombre de acción, siempre contra cualquier clase de piedad.

La historia crítica se trata de una historia que dirige al corazón aunque únicamente sea para inyectarle rencor o ponerlo en ascuas. Para que surta el efecto de este saber histórico, descubre el origen humano, puramente humano de instituciones y creencias que conviene proscribir pero que se oponen al destierro por creérseles de origen divino o de ley natural. La historia critica podría llamarse con toda justicia conocimiento activo del pasado, saber que se traduce muy fácilmente en acción destructora, la historiografía de esta, es que es una historia aguafiestas es un saber de liberación, no de dominio como la de bronce. Denuncia los recursos de opresión de opulentos y gobernantes en vez de legitimar la autoridad la socava, pinta patronos crueles de empresas capitalistas, estudia intervenciones nefastas de los países imperialistas en naciones frágiles o destaca los prejuicios de la sobrevivencia de edades cumplidas.

Las características de la historia de bronce son bien conocidas, ya que recoge los acontecimientos que suelen celebrarse en fiestas patrias, en el culto religioso, y en el seno de instituciones, se ocupa de hombres de estructura extraordinaria (gobernantes, santos, sabios y caudillos), presenta los hechos desligados de causas, como simples monumentos dignos de imitación. La moral cristiana la tuvo como su principal vehículo de expresión. Entonces produjo vidas ejemplares de santos y señores.

La historia científica se trata de una especie del género histórico. Se trata de una historia que busca parecerse a las ciencias sistemáticas del hombre: la economía, la sociología, la ciencia política. La historia cuantitativa es un método de historia económica que integra todos los hechos estudiados en un sistema de cuentas independientes y que extrae sus conclusiones en forma de agregados cuantitativos de determinados integra y únicamente por los datos del sistema. La historia científica es cada mejor sirviente de las ciencias sistemáticas del hombre, de la economía, de la ciencia política, etc. También ayuda a conocer nuestra situación actual y en esta forma a orientar su inmediata acción futuro, aun que su don de zahorí aun está en veremos. Es muy difícil creer que la seriedad científica no reporte beneficios prácticos. Como ciencia tiene su carácter utilitario que es reconocido por mecenas y poderosos.

CONCLUSIONES

[pic 1] Nombre de la alumna: Yarithza Anayethzi Zúñiga Millán

Nombre de la materia: Construcción del conocimiento de la historia en la escuela primaria

Nombre de la maestra: Rosa María Sariñana Perea

Grupo: 511

Sábado19 de noviembre del 2016

“Las funciones sociales de la historia”