El sistema límbico o también llamado cerebro emocional, es el responsable del procesamiento y manifestación de nuestras emociones.

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Por otro lado, entre los comportamientos que nos caracterizan tenemos el ser comunicadores, espontáneos, emotivos, gesticuladores, lúdicos, creativos, entre otros. Sobre los cuales existen ventajas y desventajas que no podemos pasar por alto, por el contrario debemos analizarlas y dimensionar sus efectos para poder fijar las restricciones necesarias antes de que incidan negativamente en nuestro desempeño como educadores.

En lo que respecta a nuestro discurso, solemos presentar dificultades por no poseer un lenguaje técnico que nos permita expresar con facilidad nuestra posición frente a un tema o a la teoría de un autor o exteriorizar nuestras ideas o pensamientos. Esto no puede ser tomado como excusa para no hacer una buena clase; por el contrario, es cuando más debemos preparando, estudiar a fondo las temáticas que trabajaremos en clase para hablar con seguridad y responder con propiedad a las inquietudes que tengan los estudiantes.

Ahora bien, para trabajar con nuestros estudiantes podemos partir de nuestras fortalezas y debilidades. Al tomar como referencia nuestras fortalezas, en primer lugar, tendremos una guía que nos servirá para ayudar a que ellos se autoconozcan y posteriormente desarrollen sus habilidades y estas se fortalezcan aún más.

En cuanto a las debilidades, servirá para que más allá de identificarlas los estudiantes sean conscientes de que no pueden ser conformistas, sino trabajar en pro de todas las mejoras que puedan alcanzar. Es por eso que el docente debe estar preparado al cien por ciento, para que sea un facilitador en esos procesos de mejora y no obstruya el crecimiento y progreso de sus alumnos.

En relación al lenguaje no verbal se debe tener cuidado en no mostrar con los gestos más de lo debido o evitar reaccionar muy abruptamente ante una situación o comportamiento de los estudiantes, puesto que los límbico derecho tendemos a ser gesticuladores; es necesario saber jugar con nuestros gestos para no pasar por dramáticos o exagerados. Se trata entonces de no refugiarse en las debilidades como pretexto para no ser un docente que eduque con calidad, ni valerse de las ventajas para desmeritr el trabajo de los demás profesores, sino saber desenvolverse en el campo de la enseñanza, y con su práctica discursiva cada vez más desarrollada, ya que esta se va perfeccionando a través de la praxis y la constancia puesta por el maestro.