En el año 2003 la ciudad de Valparaíso fue nombrada como “Patrimonio de la Humanidad” según la UNESCO

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Otra razón por la cual la ciudad de Valparaíso no se encontraría en condiciones aptas para seguir siendo nombrado “Tesoro cultural” es la existencia de más de 150 microbasurales, que además del hedor que causan sus residuos, éstos elevan las probabilidades que se generen incendios.

Según estudios realizados, un porteño, al día, puede originar una cantidad de basura equivalente a un kilo. Esta proporción no es mayor lo que puede originar cualquier ciudadano chileno en el país. El problema radica cuando la basura no tiene un destino claro y, antes de llegar al relleno sanitario, se queda en quebradas, casas abandonadas, y veredas hasta que se convierte en un microbasural. Por esto, la imagen nivel país, debido a la existencia de microbasurales (incluso están pocas cuadras de zona patrimonial) se ve afectada y refleja carencia de cultura y buenos hábitos. El presidente del PL de Chile, Vlado Mirosevic se refirió a los microbasurales en Valparaíso y expresó que "la gente debe saber que si bota basura puede provocar un incendio, es un problema de práctica y de hábitos, más allá de la conciencia".

Para continuar con las razones por las cuales Valparaíso no está en condiciones de seguir siendo Patrimonio de la Humanidad se encuentra la falta de revitalización del Casco Histórico, puesto que, expertos en el área de la arquitectura coinciden que la revitalización de la zona patrimonial no ha sido notoria tras la declaración de Patrimonio de la Humanidad. “Hay nulos avances en el reimpulso del barrio y sus alrededores, porque la participación del Estado no está a la altura de la nominación. A más de una década de la distinción de UNESCO, aún persisten las mismas observaciones hechas por expertos del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios en 2010 y 2011, en cuanto a la cantidad de perros, falta de un plan de aseo y las construcciones a medio demoler.” Expone la académica de arquitectura de la UV, Cecilia Jiménez.

Por último, también se encuentra la transformación al borde costero ya que según la opinión de expertos está primando el comercio y no lo patrimonial, ya que la edificación rompería con la preservación de un ambiente histórico para volverse comercial. “Ha primado el contexto comercial del puerto, dejando de lado la relación que tiene con la ciudad patrimonial.” Precisó Jorge Ferrada (académico de la PUCV). Esto tras el proyecto de la construcción del Terminal 2, cercano a Muelle Prat.

La académica Cecilia Jiménez indica que “existe un quiebre en la ciudad patrimonial y el borde costero, que es una ampliación de la propia ciudad y por lo mismo, proponemos que sea considerado como paisaje histórico urbano por parte de la UNESCO.”