Ensayo Es importante resaltar que nunca había tenido el gusto de leer un libro como el que nos presenta Paulo Freire, para poder leer el libro fue necesario rescatar términos para apoyarme al entendimiento correcto del tema fundamental del libro.
Enviado por Helena • 6 de Junio de 2018 • 1.701 Palabras (7 Páginas) • 597 Visitas
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La pregunta puede ser: ¿Cómo nos encontramos en nuestra unidad epocal?. Pues es muy complicado el poder explicar cómo nos encontramos en la actualidad, ¿Cómo poder explicar en la educación, quienes son los oprimidos y quienes son los opresores? Hace años los profesores tenían la facultad de ser opresores, ya que tenían la verdad absoluta, los alumnos eran los oprimidos no tenían voz ni voto, solamente recibían la información sin ningún derecho de cuestionar sobre ninguna temática, los roles se encontraban claros, pero ahora ¿El profesor es opresor, oprimido? ¿Qué papel juega el alumno? ¿El alumno se humanizo? ¿El alumno cambio el papel y ahora es el opresor?
Son preguntas muy difíciles de contestar, creo que cada docente dependiendo de sus facultades, de su forma de trabajar, de sus habilidades, de su entorno, podrá contestar el papel que juega en ésta dinámica.
Creo que en la educación actual es necesario el humanizar a los alumnos, pero dejando de ser opresores, son tiempo en que la verdad absoluta no existe, son tiempos en que aprendemos todos de todos, y todos somos opresores y oprimidos dependiendo de nuestras necesidades.
El liderazgo no puede tomar a los oprimidos como simples ejecutores de sus determinaciones, como meros activistas a quienes se niega la reflexión sobre su propia acción. (Freire, 1972).
¿En qué momento el docente dejo de ser líder? ¿Siempre lo ha sido? Es importante preguntar como la sociedad ha visto al docente al pasar de los años, es muy particular la forma en que la sociedad ve al docente. En tiempos actuales donde al alumno se le hace partícipe de las clases forma activamente parte de grupo, no solo es receptor, tiene la función de emisor también en ésta dinámica no hay opresor y oprimido, es visto de forma incorrecta. Hace algunos 60 ó 70 años se decía que el docente era figura emblemática de líder, de poder, de fuerza. Ahí se ve claramente el opresor y los oprimidos, es donde nos menciona Freire que en ocasiones el oprimido no trata de dejar de serlo, se queda en ésa área de confort, le da miedo salir a la luz.
En el año 2015 Hernández menciona como han cambiado los roles de opresores y oprimidos en la educación, sin darse cuenta años antes, el docente era un opresor, ya que practicaba el poder absoluto, el alumno no tenía voz ni voto en el proceso educativo, solo aprendía cosas, actualmente trató de cambiar ese rol y ya no ser opresor, pero en esa dinámica perdió sentido, fuerza, respeto.
¿Qué pasó? Que el alumno se convirtió en el nuevo opresor, y el docente sin darse cuenta llegó a ser el nuevo oprimido, ahora como docentes recibimos la fuerza de los alumnos, que consciente o inconscientemente se convierten también en los oprimidos de los padres, y esto se vuelve un círculo vicioso, que lamentablemente repercute de forma directa en el aprendizaje escolar de los alumnos.
Dividir para oprimir, el identificar la forma más eficiente para poder oprimir a su contrario, como la identificación de piezas claves en los enemigos puede ser la ventaja para ganar la guerra. Es de ésta manera que la estrategia, la inteligencia emocional juegan un papel fundamental en los roles de opresor y oprimido.
Lo que interesa al poder opresor es el máximo debilitamiento de los oprimidos procediendo para ello a aislarlos, creando y profundizando divisiones a través de una gama variada de métodos y procedimientos. Desde los métodos represivos de la burocracia estatal, de la cual disponen libremente, hasta las formas de acción cultural a través de las cuales manipulan a las masas populares, haciéndoles creer que las ayudan. (Freire, 1972: 127)
Después de haber leído el texto anterior, me llegó a la mente el problema social que sucedió en Michoacán, donde se formaron policías comunitarias, para poder enfrentar al crimen organizado, éste movimiento fue un éxito, por lo que a quienes no les convino llevaron a cabo la manipulación de algunos personajes claves de éste movimiento, prometiéndoles puestos políticos con grandes salarios, y dividiendo, fue la manera en que pudieron eliminar a éste tipo de policías, es un claro ejemplo de cómo se puede dividir para oprimir.
En la realidad los oprimidos siempre buscaran en mantener las masas divididas, ya que no existirá ideas en común, cada uno trabajara de manera diferente, en cambio en el momento en que exista una idea clara y precisa de qué y cómo hacer las cosas con un líder que representa a las masas antes mencionadas, el oprimido tiene una gran posibilidad de salir de ésa área, y hasta el riesgo de poder ser un opresor nuevo.
Si en la teoría de la acción antidialógica se impone, necesariamente, el que los dominadores provoquen la división de los oprimidos con el fin de mantener mas fácilmente la opresión, en la teoría dialógica de la acción, por el contrario, el liderazgo se obliga incansablemente a desarrollar un esfuerzo de unión de los oprimidos entre sí y el de éstos con él para lograr la liberación. (Freire, 1972: 15
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