Ensayo México y su sociedad.

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promedio se estudian 7.8 grados de escolaridad, es decir, que a jalones y estirones no se termina ni el segundo grado de la secundaria, si a esto le añadimos el alto índice de embarazos en mujeres menores de edad, donde se puede considerar que la educación familiar es un fracaso, se obliga a los padres o a los tutores del nacido a proveer de manera substancial lo más básico. De esta manera se complica mejorar continuamente nuestra situación económica y social y se deja a un lado pretender ser emprendedor. Todo este mal generalizado viene desde el seno familiar, la educación que se ha pasado de generación tras generación hasta llegar a nosotros, la desintegración familiar, la escasez de recursos limita de manera considerable la buena educación, pero existe una limitante mayor que la económica y es nuestra limitación mental.

La cultura, que se adquiere a través de la lectura, la importancia que se le dé a la escuela, hará de las campañas de planificación familiar, un medio fundamental en el desarrollo familiar, tomar decisiones que nos lleven a generar un mejor futuro para nosotros y nuestras familias. La lectura, abre nuestra mente a cosas nuevas, genera ideas y visualiza oportunidades.

• Conclusión

En conclusión, el México que todos anhelamos, dependerá de nosotros mismos, de darnos cuenta de la riqueza natural y cultural que tiene nuestro país, de tener el deseo de sobresalir y mejorar nuestra condición actual. La materia prima para tener el México de primer mundo, un país donde no haya pobreza, se elimine la inseguridad, donde nos preocupemos por dar, aunque estemos muy jodidos siempre tener algo para ofrecer, somos nosotros.

Si no cambiamos nuestra manera de pensar, aunque coloquemos a un verdadero líder y sabio en el poder y dejamos a un lado nuestra carencia de identidad, no se lograra una voz colectiva para exigir ideales correctos y prosperar como nación.

Tenemos que erradicar los vicios que aquejan a nuestra sociedad, la violación de los derechos humanos, la desigualdad social. No debemos mirar a nadie hacia abajo, a menos que lo ayudemos a levantar.