Es imposible traducir la poesía. ¿Acaso se puede traducir la música? Voltaire
Enviado por Albert • 16 de Abril de 2018 • 6.952 Palabras (28 Páginas) • 322 Visitas
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Al recorrer viejos cielos
Los corceles de la tarde,
Que, en un torrente, ligeros,
Sobre cordales viajaron
Y extensos mares vencieron,
Enseñando su belleza
Del más claro y blanco acero.
Les dio la aurora blancura,
Los hizo el ocaso verso
De corales encendidos,
Encendieron sus reflejos
Los paisajes al mirarlos
Sobre la altura del cielo,
La llamarada envidiando
De los potrillos traviesos.
Corrieron la altura toda
Y la carrera vencieron
Para en púrpura vestirse,
Para enterrarse en el cieno,
En los velos que la noche,
Haciendo oscuro el silencio,
Y, dejando que, escondida,
Teja la helada sus hielos.
Dindirindín
Dindirin dindirindin danya, dindirindin
Je me levé un bel maitin,
Matineta per la prata;
encontré le ruyseñor,
que cantaba so la rama, dindirindin.
Dindirindin dindirindin danya, dindirindin
Dindirindin dindirindin danya, dindirindin
"Ruyseñor, le ruyseñor,
facteme aquesta embaxata,
Y digalo a mon ami:
que je ya só maritata, dindirindin"
Dindirindin dindirindin danya, dindirindin
Dindirindin dindirindin danya, dindirindin
Romance del cerco de baza
Sobre Baza estaba el rey,
lunes, después de yantar;
Miraba las ricas tiendas
que estaban en su real;
miraba las huertas grandes
y miraba el arrabal;
miraba el adarve fuerte
que tenía la ciudad;
miraba las torres espesas,
que no las puede contar.
Un moro tras una almena
comenzóle de hablar:
-Vete, el rey don Fernando,
non querrás aquí envernar,
que los fríos de esta tierra
no los podrás comportar.
Pan tenemos por diez años,
mil vacas para salar;
veinte mil moros hay dentro,
todos de armas tomar,
ochocientos de caballo
para el escaramuzar;
siete caudillos tenemos,
tan buenos como Roldán,
y juramento tienen hecho
antes morir que se dar.
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Romance del alcaide de Alhama
-Moro alcaide, moro alcaide,
el de la barba vellida,
el rey os manda prender
porque Alhama era perdida.
-Si el rey me manda prender
porque Alhama se perdía,
el rey lo puede hacer,
mas yo nada le debía,
porque yo era ido a Ronda
a bodas de una mi prima;
yo dejé cobro en Alhama
el mejor que yo podía.
Si el rey perdió su ciudad,
yo perdí cuanto tenía:
perdí mi mujer y hijos,
las cosas que más quería.
Romance del duque de Arjona
En Arjona estaba el duque
y el buen rey en Gibraltar,
envióle un mensajero
que le viniese a hablar.
Malaventurado el duque
vino luego sin tardar;
jornada de quince días
en ocho la fuera a andar.
Hallaba las mesas puestas
y aparejado el yantar,
y desque hubieron comido,
vanse a un jardín a holgar.
Andándose paseando,
el rey comenzó a hablar:
-De vos, el duque de Arjona,
grandes
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