Estamos constituidos como para cooperar a nivel global?
Enviado por Eric • 24 de Agosto de 2018 • 1.806 Palabras (8 Páginas) • 496 Visitas
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9. ¿Cuál es el desafío al que ahora nos enfrentamos? Sustente muy bien su respuesta.
Respuesta: El desafío o dilema al que ahora nos enfrentamos es como preservar el frágil equilibrio del planeta[a], en términos de emisiones de gases de efecto invernadero y emisiones de recursos… pues si seguimos quemando combustibles fósiles, aumentarán los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera y esto provocará un calentamiento del planeta aún mayor. Con la devastación tanto de la tierra firme como de los mares, puede llegar a extinguirse hasta un 95% de las especies, como ocurrió hace 195 millones de años, al final del periodo Pérmico [b]y si no se hace nada al respecto, en el plazo de unas pocas décadas es probable que la inestabilidad climática también amenace nuestro sistema económico.[c]
A pesar de que cada país se ve influido de manera diferente por estos efectos no deseados, todos tenemos algo en común: la amenaza del cambio climático. La nueva meteorología que estamos generando pone en peligro el futuro de nuestra civilización. Tenemos que ser conscientes de que el estado de la atmósfera y del subsuelo, del agua y de la tierra depende de nosotros. Sin embargo, si todos nos implicamos podemos colaborar en la lucha contra estos problemas.
10. Por qué se habla de que nuestro destino está en nuestras manos. Pero que primero tendremos que saber quiénes somos. Sustente muy bien su respuesta.
Respuesta: Porque somos los protagonistas activos de nuestra propia existencia, responsables ante sí mismo, ante los demás y ante la naturaleza de la cual hacemos parte. Si la gente del común reacciona y comienza a ser parte de la solución, poniendo orden a todas las contradicciones que surgen de nuestros sistemas de creencias, [d]podremos salvarnos de una catástrofe climática. De no ser así nos llegarán eventos terribles y si no interferimos en lo que sucede, esas mismas ideas podrán convertirse en un defecto fatídico, ya que la amenaza del cambio climático nos puede cambiar la vida.
Pero primero tendremos que saber quiénes somos, ya que a medida que lleguemos a conocernos a nosotros mismos y a nuestro planeta, sentiremos el impulso de actuar[e]. Según el autor del libro es imposible determinar si, incluso en los drásticos cambios que podemos observar en el transcurso de una vida, estamos asistiendo a un descenso hacia el caos o a una profunda revolución que conducirá a un futuro mejor. Es por eso necesario tener una visión más amplia, que abarque la humanidad a los largo de los milenios, y al mundo a lo largo de los eones, si pretendemos discernir la verdadera senda de nuestra trayectoria evolutiva, [f]debemos conocer a fondo la tierra y el comportamiento de sus habitantes para poder actuar en su beneficio. [g]
Cuándo empezamos a alterar el planeta
Teniendo en cuenta las profundas contradicciones entre nuestras ideas populares sobre la
supervivencia de los más aptos y sobre el catastrofismo al estilo Medea, se podría llegar a la conclusión de que nuestros sistemas de creencias están abocados a alternar incoherentemente las teorías de «el ganador se lo lleva todo» con las hipótesis del día del Juicio Final. Nunca llegaremos a comprender nuestra relación con el planeta que es nuestra casa a menos que pongamos orden en esas contradicciones. Pero siempre ha existido otro enfoque, que describe el proceso evolutivo como una serie de resultados siempre ventajosos que ha creado una Tierra productiva, estable y cooperativa; y sus orígenes pueden encontrarse en las ideas del cofundador de la teoría de la evolución, Alfred Russel Wallace.
Este libro es a la vez una biografía de nuestra especie y de nuestro planeta. Su núcleo central es una investigación sobre la sostenibilidad: no sobre cómo lograrla, sino sobre lo que es. Lo he escrito en unos tiempos en que parece ir agotándose la esperanza de que la humanidad sea capaz de actuar para salvarse de una catástrofe climática. No obstante yo no he perdido la esperanza, ya que creo que a medida que lleguemos a conocernos a nosotros mismos y a nuestro planeta, sentiremos el impulso de actuar. De hecho, el propósito de este libro es incitar a esa acción.
Teniendo en cuenta las profundas contradicciones entre nuestras ideas populares sobre la
Supervivencia de los más aptos y sobre el catastrofismo al estilo Medea, se podría llegar a la conclusión de que nuestros sistemas de creencias están abocados a alternar incoherentemente las teorías de «el ganador se lo lleva todo» con las hipótesis del día del Juicio Final. Nunca llegaremos a comprender nuestra relación con el planeta que es nuestra casa a menos que pongamos orden en esas contradicciones. Pero siempre ha existido otro enfoque, que describe el proceso evolutivo como una serie de resultados siempre ventajosos que ha creado una Tierra productiva, estable y cooperativa; y sus orígenes pueden encontrarse en las ideas del cofundador de la teoría de la evolución, Alfred Russel Wallace.
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