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FACULTAD DE CIENCIAS FARMACÉUTICAS Y ALIMENTARIAS

Enviado por   •  21 de Febrero de 2018  •  4.146 Palabras (17 Páginas)  •  287 Visitas

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Respecto a los factores farmacólógicos, muchos fármacos tienen la propiedad de producir inducción o inhibición enzimática, de la misma forma que se describió para los alimentos. Por esta razón existe un conjunto de fármacos denominados inductores enzimáticos (pueden activar una o varias formas de CP-450) y otro conjunto denominado inhibidores enzimáticos (pueden inactivar una o varias formas de CP-450). Entre los inductores tenemos los de tipo fenobarbital (fenitoína, fenobarbital, carbamazepina y rifampicina); del tipo hidrocarburos aromáticos (benzopireno); del tipo esteroides anabolizantes; del tipo alcohol y finalmente del tipo clofibrato. Entre los inhibidores están la cimetidina, ciclosporina, verapamilo, ketoconazol, eritromicina, claritromicina, ciprofloxacina, fluoxetina, indinavir, ritonavir, entre muchos otros.

Finalmente los factores patológicos tienen que ver con enfermedades hepáticas como la hepatitis, la cirrosis e hígado graso, etc., las cuales afectan el proceso metabólico.

2. Excreción: este proceso está enfocado a “sacar” del organismo los fármacos y/o sus metabolitos, ya sea en forma activa o inactiva desde el punto de vista farmacológico. A pesar de que los fármacos se pueden excretar por muchas vías, las más importantes desde el punto de vista cuantitativo son la renal, la biliar y la pulmonar. La excreción es de vital importancia para fármacos que no sufren metabolismo y que se eliminan sin biotransformar. La excreción renal es la vía principal de excreción.

En la nefrona se llevan a cabo tres procesos fundamentales, que se relacionan directamente con la excreción de fármacos o sus metabolitos. Uno de ellos es la filtración glomerular, que ocurre en el glomérulo (cápsula de Bowman), por el cual pasan todas las moléculas, exceptuando las de alto peso molecular (mayor a 70.000) y las proteínas (por este mecanismo no se excretan los fármacos unidos a proteínas plasmáticas). Un segundo proceso es la secreción tubular, que “saca” fármacos a la luz tubular renal por transporte activo o difusión facilitada (proteínas trasportadoras), cobrando importancia el hecho que puede haber competencia entre fármacos por unirse a una misma proteína transportadora, siendo eliminado primero aquel que presente más afinidad por la proteína (este hecho se aprovecha en terapéutica, en situaciones clínicas en las cuales resulta beneficioso mantener alta o estable la CP de un fármaco, como es el caso de las penicilinas y cefalosporinas que al agregar probenecid, éste se elimina primero que aquellas y permite mantener dichos fármacos (cefalosporinas y penicilinas) por más tiempo en la sangre.

El tercer proceso es la reabsorción tubular, que permite que fármacos que ya han sido filtrados o secretados, puedan ingresar de nuevo al torrente sanguíneo incrementando la CP del fármaco en cuestión. Este proceso depende del coeficiente de partición P (revisar el proceso de absorción) y por dicha razón el pH, al igual que en el proceso de absorción, juega un papel muy importante para ácidos y bases débiles; se reabsorberán con facilidad los ácidos, si la orina es ácida y las bases, si la orina es básica e irremediablemente éstos se excretarán cuando la orina es básica ó ácida respectivamente. El hecho de que para este tipo de sustancias, se aumente o disminuya su excreción al modificar el pH, se convierte en una herramienta terapéutica de mucha aplicabilidad en casos de intoxicaciones, pues el médico, dependiendo del carácter ácido o básico del tóxico, podrá administrar al paciente una sustancia que acidifique la orina (como el cloruro de amonio) si la intoxicación ocurrió con una base débil o una sustancia que basifique la orina (como el bicarbonato de sodio) si la intoxicación fue con un ácido débil.

A través de la bilis, se excretan en general sustancias de peso molecular alto (macrólidos), los organometálicos y los que son poco ionizables (glicósidos cardiotónicos).

Los fármacos que se eliminan por esta vía pueden reabsorberse a través del ciclo enterohepático (es la propiedad de algunos fármacos de, una vez absorbidos en el intestino, ser secretados por la bilis y pueden ser reabsorbidos en el intestino), lo que incrementaría de nuevo la CP de fármaco que se está eliminado por la bilis (como ejemplos están la rifampicina y el clonazepam). Si la necesidad del médico es evitar que el fármaco se reabsorba por ciclo enterohepático, puede administrar al paciente carbón activado, el cual “romperá” el ciclo enterohepático y evitará la reabsorción del fármaco y por lo tanto el reincremento de CP.

La excreción pulmonar se limita a eliminar fármacos en estado gaseoso como los anestésicos generales, principalmente.

La excreción puede afectarse por el pH de la orina; por la edad, ya que en prematuros y neonatos, la filtración y secreción son inmaduras y en el anciano también está disminuida la función renal; durante el embarazo, por el contrario, se aumenta considerablemente el aclaramiento renal de algunos fármacos y también la afectan los agentes diuréticos, los cuales aumentan el flujo urinario y por lo tanto se les utiliza como coadyuvantes en el tratamiento de la hipertensión arterial.

Cinética de la eliminación: útil para cuantificar la velocidad con la que el fármaco desaparece del organismo. Para este propósito, deben calcularse los parámetros farmacocinéticos:

1. Constante de eliminación (Ke): indica la fracción del fármaco que se elimina por unidad de tiempo por todas las vías de eliminación como son el metabolismo, excreción renal y biliar, etc.; se expresa en unidades de tiempo-1. Así, si la Ke de un fármaco es por ejemplo 0.1 h-1, significa que un 10% (en fracción 0.1) del fármaco se elimina en una hora. Recordemos que la Ke, para el caso del modelo bicompartimental corresponde al valor de b, que es la fase lenta (ver Figura 1, constante de eliminación, según modelos farmacocinéticos).

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Modelo monocompartimental Modelo bicompartimental

Figura 1, constante de eliminación, según modelos farmacocinéticos

2. Semivida de eliminación (t1/2): conocido también como tiempo de vida media de eliminación. Corresponde al tiempo que tarda la concentración plasmática de un fármaco, CP, en reducirse a la mitad (ver Figura 2, semivida de eliminación de fármacos). Se expresa con unidades de tiempo y se relaciona estrechamente con la constante de eliminación, Ke. Cuanto más grande sea la magnitud de la Ke, más pequeño será

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