Gestión política y moral política

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En relación al abuso de poder político, Mora y Rodríguez en el desarrollo de su escrito platean como interrogante si los políticos son por naturaleza corruptos y traen a colación a Weber quien destaca la existencia de dos tipos de políticos, en primera instancia están aquellos que viven para la política y finalmente los que viven de la política, donde los primeros ejercen el poder y conservan el equilibrio y la tranquilidad en su conciencia por haber dado un sentido a su vida al haberla puesto al servicio de algo, el segundo tipo de políticos son aquellos que pretenden valerse de su profesión en la política y convertirla en una fuente permanente de ingresos.

Por consiguiente, los autores presentan desde la perspectiva de Weber que “el político responsable es quien tiene claros los fines a alcanzar, así como también los medios para lograrlos. Implicando ello, no “sustraerse al hecho de que para alcanzar fines buenos haya que recurrir, en muchos casos, a medios moralmente dudosos, en este sentido vale la pena resaltar a Mahatma Gandi quien aclara la diferencia entre Moral y Ética con la frase: “He desobedecido a la ley no por querer faltar a la autoridad, sino por obedecer a la ley más importante de nuestra vida: la voz de la conciencia.” frase que presenta una estrecha relación con el político que vive para la política,

Teniendo en cuenta que la ética se puede orientar a las acciones políticas, se plantea desde los autores, que se puede considerar la constitución de una moral propia de la política que rige los ordenamientos y las acciones de los hombres del estado en cada circunstancia social historia, ya que la idea de éstos o al menos lo que proponen para convertirse en actores políticos es una serie de metas a futuro para beneficio de la comunidad por consiguiente se presentan casos en los cuales durante un mandato, los dirigentes no llevan a cabalidad sus “promesas de cumplir” o si lo hacen lo hacen de manera deficiente dado que con ello no logran cumplir las expectativas que cimentado en la sociedad, y ello permita, como lo indica los autores que la operación política se justifique en sí misma, transmutándose en una desmedida impunidad del mandato de autoridad, complementada por un exacerbado pragmatismo cuya inercia ha derivado en corrupción y actos de provecho exclusivo del político en detrimento de la esfera pública.

A propósito de lo que se ha venido planteando en el transcurso de éste escrito y eniendo en cuenta que la política está vinculada a las normas e instituciones que regulan la vida del hombre en la sociedad, y que por lo tanto se debe tener presente la voluntad, obligaciones y derechos de los demás, así pues cabe resaltar que la política y la ética son dos elementos que no se pueden separar, pues como lo dicen Mora y Rodríguez quienes hablan desde la postura de Weber que esta dualidad garantiza la racionalidad de las decisiones políticas versus los prejuicios de la ideología y de la voluntad, y cuando la ética y la política se separan los deberes de la autoridad se transforman en infamias y arbitrariedades; o lo que es igual, en descomposición y abuso del poder.

Bibliografía

Mora H. Juan& Rodríguez G. Raúl. Gestión pública y moral política.

Romero S. Juan José. Gestión y Política Pública VOLUMEN XV - NÚMERO 1. SEMESTRE DE 2006. Aproximación a una sociología de la gestión. Gestión pública y compromiso social.