Guía para la escritura de Trabajos Finales
Enviado por Christopher • 16 de Abril de 2018 • 12.135 Palabras (49 Páginas) • 353 Visitas
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Finalmente, y antes de introducirnos por completo en el núcleo de esta guía, es fundamental preguntarnos por el sentido de esta tarea, por el motivo que nos lleva a elaborar el Trabajo Final. ¿Es sólo un trabajo más en el conjunto de escritos que hemos realizado a lo largo de nuestras carreras (materias)? ¿Es sólo una obligación ineludible si queremos recibirnos? ¿Es sólo un requisito burocrático-administrativo para la obtención del título de grado?
La respuesta, obviamente, es negativa. Sin dudas se inscribe en la serie de los trabajos anteriormente realizados (dado que sin el conocimiento adquirido en los años anteriores nos sería imposible realizarlo), sin duda es una obligación y un requisito para obtener nuestro título de grado, pero este tipo de trabajos (más allá del nombre que adquiera en cada caso: Trabajo Final, Trabajo integrador, Informe de prácticas pre–profesionales, Tesina, Tesis) tiene, sobre todo, un carácter singular, tiene una significación especial que lo distingue del resto de los trabajos realizados y que lo hace ir más allá de una mera obligación formal. En el marco de la Universidad, el Trabajo Final es, ante todo, la evidencia que indica que estamos en condiciones de producir nuevos conocimiento en un área determinada y de que podemos compartirlo con nuestros “pares” y ponerlo a disposición de posibles lectores interesados en el tema. En ese sentido, el Trabajo Final es la carta de presentación de un estudiante a punto de graduarse ante sus “colegas” en su campo profesional, es aquello que visibiliza la producción de conocimiento que fue capaz de realizar en un tema de su interés: mucho más que un requisito, que una obligación, que una nota.
Entonces, más allá de las marchas y contramarchas que experimentemos en su elaboración, más allá de las dificultades con las que nos enfrentemos en el proceso, es un trabajo de fundamental relevancia en el marco de nuestra vida académica: vale la pena el esfuerzo que indica que una nueva etapa en nuestra carrera profesional ha comenzado.
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Parte I: En torno al tema.
Una primera aclaración obvia es que, al ser la definición del tema y del problema a analizar una instancia previa al momento de la escritura, debemos encontrar en nuestros tutores temáticos y metodológicos buenos interlocutores para definirlo. No obstante, esto no acaba con la cuestión: ¿cómo elegir un buen tema de trabajo? ¿Cómo recortar de este tema las preguntas y los problemas que nos sirvan como disparadores de nuestra investigación?
Elegir el tema y transformarlo en objeto de la investigación suele ser un primer escollo para quien tiene que elaborar su Trabajo Final dado que, como decía Karl Popper, [1] “no existe algo que se llame método lógico para tener buenas ideas (...) el descubrimiento contiene un ‘elemento irracional’ o una ‘intuición creativa’.” No obstante, sin método al que recurrir para elegir el tema, esta intuición de la que nos habla Popper suele estar estrechamente vinculada, en primera instancia, a intereses y valoraciones personales. Por lo tanto, una primera variable a tener en cuenta a la hora de elegir un tema para estudiar es que nos resulte interesante, a tal punto que le dediquemos a él varias horas de nuestro día.
Una segunda variable a tener en cuenta a la hora de elegir un tema se relaciona con lo accesible que nos resulten las fuentes —tanto bibliográficas como empíricas— a las que debamos recurrir para la elaboración de nuestro trabajo.
En tercer lugar, debemos tener en cuenta que el abordaje metodológico elegido debe estar al alcance de nuestras capacidades y experiencias. Y que, ante todo, debe ser factible su realización.
Finalmente, una recomendación a la que es conveniente prestarle mucha atención: cuanto más recortemos nuestro objeto, cuanto más acotemos nuestro campo de investigación, mucho mejor y más seguros vamos a trabajar. Elegir temas muy generales que parezcan grandes aportes a una disciplina suele tener como correlato una escasa profundización y niveles altos de generalidad e inexactitud. Por el contrario, temas acotados, manipulables suelen dar como resultada trabajo más cohesivos y sistemáticos.
En ese sentido, cuanto más nos interese el tema, cuanto más sencillo nos resulte vincularnos con él y cuánto mayor capacidad tengamos de manejar las herramientas metodológicas elegidas, menos problemas vamos a tener en la realización de nuestro trabajo.
Sin embargo, podríamos plantear que, en principio, no hay “temas académicos” en sí mismos: lo académico no es tanto un campo temático como un modo en que se construyen, analizan y presentan los objetos de investigación.
- Un modo en que se construye el objeto porque —más allá del tema que elijamos— la investigación debe desarrollarse sobre un objeto reconocible, es decir, definido de tal modo que pueda ser reconocido por los lectores académicos como un objeto pertinente a su campo. Por ejemplo, si alguien quisiese analizar el fenómeno de la cumbia villera, este tema podría ser transformado en objeto de una nota periodística (es decir, un texto no académicos), en objeto de una charla informal entre amigos (otro texto no académico) o en objeto de un Tesis de Doctorado (éste sí un texto académico)
- Un modo en que se analizan los objetos porque el tipo de conocimiento expresado en nuestro trabajo debe seguir las pausa de rigurosidad y sistematicidad que suelen caracterizar a los trabajos académicos, al tiempo que pone en cuestión el “sentido común” que suele rodear la percepción de cualquier tema.
- Un modo en que se presenta el objeto de nuestra investigación dado que, por un lado, debemos seguir todas las pautas formales exigidas por la academia y, por otro, debemos suministrar elementos para la verificación y la posible refutación de las posturas e ideas que se presentan.
Finalmente, más allá del tema que vayamos a elegir y del objeto que hayamos recortado, el “Instructivo para la realización de Trabajos Finales” elaborado por la carrera de Trabajo Social nos ofrece tres opciones de abordaje al objeto de investigación que debemos tener en cuenta antes de comenzar nuestro trabajo. En primer lugar, el instructivo define el tipo de trabajo esperado:
“El Trabajo Final en la Carrera de Trabajo Social, consistirá en la producción de una investigación aplicada o histórico-documental, encuadrada desde el perfil académico de la formación específica de grado en Trabajo Social”.
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