HISTORIA DE UNA MATANZA POR EL PODER, EL GRAN MITO DE LA REVOLUCIÓN

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en el poder durante 70 años.

No obstante lo anterior, debe establecerse que las ideas expuestas por Juan Miguel Zunzunegui, son únicamente una visión parcial de la Revolución Mexicana, por una parte resta importancia a los antecedentes que de manera indirecta o directa si suscitaron el inicio del conflicto armado, tales como las huelgas de Cananea, Río Blanco, o bien el exterminio de los yaquis y los mayas; de igual manera desprecia a ideólogos que si concibieron proyectos de nación e incluso a los planes que se fueron concibiendo durante la misma y cuya influencia directa o indirectamente si se reflejaron en la Constitución de 1917.

En efecto, se concibieron planes como el programa revolucionario villista que empezaron a llevar a cabo en diciembre de 1913, cuando ocuparon Chihuahua y los generales nombraron gobernador a Pancho Villa. De igual manera, se publicó el Decreto de confiscación de bienes de los enemigos de la Revolución, en el cual se contemplaba que al triunfo de la causa, mediante una ley reglamentaria se realizaría la distribución de esos bienes; y por virtud del cual se financiaron el aparato militar villista así como su política social por virtud de la cual se establecieron escuelas, pensiones, reparto de carne y harina a los pobres. La legislación villista contempló a la pequeña propiedad agraria, productiva e independiente, como base de la riqueza del país, ideal constante en los clásicos del liberalismo mexicano. De igual manera, se planteó la creación del Banco del Estado, que otorgaría créditos de avío a estos agricultores e impulsaría obras de irrigación y otras mejoras. También se comprometía a construir escuelas en los núcleos rurales y dar vida a escuelas agrícolas y a laboratorios de experimentación; además las leyes agrarias, las adjudicaciones de tierras no serían gratuitas, sino en módicos pagos, y la venta o enajenación de las tierras adjudicadas (como patrimonio familiar) encontraba innumerables obstáculos o prohibiciones. Por otro lado también se planteaba la democracia política, universal y directa, la restauración del orden constitucional, la división de poderes, el federalismo y la autonomía municipal.

Por su parte, mediante el Zapatismo, se desarrolló la redistribución de la propiedad raíz y la restauración del orden constitucional, se añadieron proyectos sobre la conducción económica del Estado, el federalismo y el municipio libre; se fundó un banco de crédito rural, se establecieron escuelas técnicas de agricultura y se crearon oficinas para el reparto de tierras en regiones fuera de Morelos. Se distribuyeron las tierras de las haciendas en función no sólo de los viejos títulos, sino de las necesidades de los pueblos.

Asimismo, prevalecieron las ideas de los Hermanos Flores Magón respecto de las condiciones de vida de los obreros y el carácter del Estado como árbitro entre las clases; extendiéndose al ámbito político, económico y social, esto se refleja en la inclusión de algunas de sus propuestas más importantes: como el establecimiento de un máximo de 8 de trabajo y un salario mínimo; así como la obligación de los patrones de pagar indemnización por accidentes de trabajo.

Es cierto lo que establece el autor respecto de hacer un análisis detallado y crítico de nuestra historia, despojándola de todo dogma, en este sentido debe reconocerse que es uno de los pocos autores que brindan un panorama diferente a la historia oficial, sin embargo sólo es uno de los tantos puntos de vista, su crudeza no necesariamente nos lleva a una realidad y mucho menos nos permite entender un conflicto tan complejo como la Revolución Mexicana, independientemente de cómo se haya desarrollado nuestra la historia es evidente que nuestro país fue distinto después de ese conflicto y evidentemente sentó las bases de lo que actualmente es México, y lo que al día de hoy nos permite contemplar la democracia participativa, como una realidad, es posible pensar y contemplar que las transiciones reemplazaran a las revoluciones. En todo caso, nos permite tener una esperanza en que por primera vez se respeta nuestra voluntad popular.