Historia de tipografía.
Enviado por Mikki • 14 de Febrero de 2018 • 4.073 Palabras (17 Páginas) • 277 Visitas
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Sin embargo la desaparición del her- mano Pietr repentina también, planteaba un enigma de difícil solución. En un articulo anterior (“Typography begins with a Crime”; publicado en la Type review, en agosto de 1989); sugerimos la teoría de que P. Szerif hubiese sido eliminado incluso en el sentido físico del termino. Se recordara que
aportábamos como prueba, entre otras cosas, un libelo español fechado en 1514, en el que se leía “Entonces decidieron dar muerte al tal Piero Zerifhe, pues su ingenio typo- graphico era causa de grandes males de libros perniciosos”[pic 3]
Actualmente creemos que no fue así. Nos consta que Sherif viajo a italia y en el monasterio de Subiaco, asistido por Jonson, creo la letrera antigua ronda”. Años mas tarde, Aldo Manucio las llamaría “lettere zer- iffe”
Creemos también que el propio P. Sherif eligió cubrir con el silencio sus pasos posteriores. ¿La razón? Intentaremos expli- carla.
En 1935 Ernst Lehner adquiere un ejemplar del Dictionnaire Philosophique de Voltaire, impreso en 1764, revisando el libro descubre una pagina adherida a la encuadernación original; pero que resulto ser una portada de inspiración renacentista fechada en 1460 El encabezamiento en latín anuncia “Libro de San Serif de los Secretos de las letras y signos arcanos” Este descu- brimiento tiene un alcance extraordinario por un lado demuestra la relación entre Sherif y las letras clásicas en una fecha tan tem- prana como 1460. Por el otro, y esto es fun- damental, aparece la expresión Sancti (us) Serif Recordemos el halo que iluminaba la testa del personaje del grabado de Durero Parece conrmarse así su presunta “santi- dad” Además en su tratado “De Typographia” Joseph Bade reriéndose a un impresor rival dice: (…) llevaba la señal de Sanct Szeriphe en las vestiduras”
Algo salta a la vista y es que la expresión “Sanct Serif” o “San Serif” guarda un parecido irresistible con la locución tipográca “sans serif”. Conocemos el signi- cado habitual de esta ultima, Burton en su Enciclopedia Typographica la registra en el
s. XVIII y la supone de origen francés. Sin embargo los documentos aportados nos dan como fecha cierta el s. XV y hablan clara- mente de un “Sanct (San) Serif”
Paulatinamente, este personaje
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lejano adquiere contornos mas precisos pero a la vez mas enigmáticos ¿Quién era en den- itiva, este Santus Serif? ¿Cual era el con- tenido que nos promete los “(…) Secretos de las letras y los signos arcanos”? Desafortun- adamente Lehner solo encontró la portada que publicamos.
Pero hay más. En una edición tardía del Malleus Malecorum -un tratado sobre brujería-, aparece una imagen de factura tosca, que muestra un hombre de barba y birrete, bastón y un libro, de pie en un cír- culo zodiacal, enfrentando a un demonio. Las coincidencias son alarmantes. Hasta el “grifo” de la imagen duretiana aparece aquí como parte esencial de la iconografía. El carácter esotérico de las guras abre nuevas perspec- tivas. Reformulamos la pregunta ¿Quién o quienes estaban detrás de este Pieter Serif o Sanct Szeriphe?
De toda evidencia lo que se va dibu- jando con nitidez es la existencia de algo mucho mas complejo e inquietante: una
comunidad o cofradía cuyo fundador o inspi rador seria este enigmático Sanct Serif. Esta armación puede parecer exagerada, pero no lo es Porque hemos encontrado parte del texto del Liber Sancti Serif y tenemos prue- bas ciertas de la existencia de una herman- dad secreta que llevaba (y lleva) su nombre; y cuya actividad y gravitación sobre ciertos acontecimientos históricos era hasta ahora insospechada.[pic 4]
Tercera Parte
[pic 5]
La historia del pensamiento y las cre- encias abunda en textos anónimos atribuidos a personajes especialmente venerados. Tal es el caso de Salomón o Shakespeare. No hay que pensar, por lo tanto, que Pietr Serif haya sido el autor material del “Liber Sancti Serif”. Suponemos que se consideró natural identicar con su nombre una obra perteneci- ente a su esfera de inuencia.
¿Cuál era el contenido del libro?
En 1510, el franciscano Thomas Murner fue acusado de perpetrar prácticas mágicas. La prueba parecía ser su propia obra, “Lógica Memorativa”, publicada en 1509. Lo intere- sante del caso es que loannes Goglau, miem- bro del Colegio de la Universidad de Treviri, armaba en las actas del juicio: “...y doy tes- timonio que el padre Thomas Murner, alemán, ha escrito esta obra sobre la doctrina profe- sada por los llamados santzerif, lo que hace que se despierte en nosotros una fuerte sos-
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pecha en cuanto a dicho padre, que más que enseñar los preceptos de la lógica, transmite cosas de magia”.
Demás está decir que este testimonio fue concluyente el destino del padre Murner se volvió trágico.
Por otra parte, Giulio Camillo, human- ista del siglo XVI, armaba que Pico della Mirándola había desarrollado la ars com- binatoria, permitiendo la creación de pro- cedimientos mnemotécnicos asombrosos. Sin embargo, Camillo habla de una alphabetaria revolutio y la llama “cabala mística de las letras y nombres del universo todo”.
Desde Raimundo Lulio en el siglo XllI, la posibilidad de un método de conocimiento exacto y universal habla fascinado las mentes europeas, que no dudaban en calicar de magia naturales a esta actividad. El tema era moda en los siglos XVI y XVII. En “De sensu rerum et magia”, Campanella, uno de lo uto- pistas, arma. “...Y la divina invención del gran maestro y los que siguen su ciencia y sus secretos, los adoradores del typo, digo los sanzeriph aquellos que practican la magia suprema, la Kabala Typographica...”.
Es sugestivo que la invención de la tipografía y el diseño de letras estuviesen asociados a especulaciones metafísicas. Tam- bién sabemos que el fervor del que gozó la Cábala en el primer Renacimiento dio paso después a la desconanza y sospecha creci- entes, desembocando muchas veces en cru- enta persecución. Si los seguidores de Pietr Szerif querían continuar con sus prácticas y meditaciones debían proceder con cautela.
Por otra parte, hemos localizado un texto
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