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LA CULTURA DEL PUEBLO SELKNAM

Enviado por   •  9 de Marzo de 2018  •  1.292 Palabras (6 Páginas)  •  385 Visitas

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PUNTAJE= ASISTENCIA / 4

1. TRAJES CEREMONIALES SELKNAM

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2. JÓVENES SELKNAM

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3. FAMILIA SELKNAM

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4. DISFRACES CEREMONIALES SELKNAM

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5. ANCIANA SELKNAM

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6. FAMILIA SELKNAM

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7. PAREJA DE NOVIOS SELKNAM

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8. TERRITORIO SELKNAM

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9. PUEBLO SELKNAM

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10. LOS DELFINES DEL SUR DEL MUNDO

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LA HISTORIA DE LOS DELFINES

CUENTO BASADO EN UN RELATO SELK´MAN

En el frío y ventoso territorio de Tierra del Fuego, en el extremo sur del mundo vivía Sasán, un niño Selk´man.

Sasán vivía con sus padres, hermanos y hermanas, sus tíos, primos y primas. Sasán quería ser como Kemanta, su padre, un excelente y valiente cazador.

Un día como era la costumbre, varias familias Selk´nam, se reunieron para realizar una importante ceremonia llamada HAIN. Mientras que Kemanta ser preparaba para la fiesta, Sasán y los otros niños, curiosos, preguntaron:

¿Por qué te pintas la cara?

¿Qué puedo hacer para participar?

Kemanta respondió:

Niños, ustedes se integrarán a esta celebración cuando sean mayores. Pero para ese día todavía falta. Así es que ahora, ¡fuera de aquí!, ¡a jugar!

En esta fiesta, los hombres se vestían con hermosos trajes y máscaras hechas de cortezas de árboles y pieles de animales y se pintaban el cuerpo y la cara. Así los hombres representaban a los espíritus.

Sasán y los demás niños se mantuvieron atentos durante toda la ceremonia. Todo lo que vieron y escucharon los dejó muy impresionados.

Después de muchos días la celebración llegó a su fin.

Todas las familias desarmaron sus chozas y partieron. Kemanta, Sasán y su familia se dirigieron hacia la costa, donde esperaban encontrar alimentos.

¡Adiós amigos!, ¡Nos vemos en la próxima celebración! Gritó Sasán.

¡Hasta pronto, Sasán!, respondieron a coro los otros niños.

Sasán estaba feliz de emprender viaje junto a su familia, pues estaba acostumbrado a permanecer un corto tiempo en un lugar y luego trasladarse a otro. Eran nómades.

Kemanta y el resto de la familia caminaron varios días hasta encontrar un buen lugar para acampare donde, en las cercanías había muchos guanacos. Las mujeres y los niños armaron e campamento: levantaron sus chozas, buscaron agua y juntaron leña.

Una vez instalados, encendieron el fuego y, cansados se acostaron a dormir unos al lado de otro paras darse calor entre sí.

A la mañana siguiente los hombres salieron a cazar. Después de varias horas de espera aparecieron los guanacos.

Afortunadamente la caza fue exitosa. La familia tendría comida para un tiempo y pieles para vestirse y cubrir sus chozas.

Sasán y su primo fueron a explorar el lugar.

Sasán le dijo a su primo:

¡Juguemos a la caza! ¡Yo sé hacker arcos y flechas!

¡Y yo sé hacer hondas!, agregó el primo.

¡Entonces manos a la obra! Fabriquemos nuestras propias armas y así podremos jugar a cazar, contestó Sasán.

Después de un buen rato, Sasán se aburrió y se fue a la playa.

Pero cuando llegó a la orilla, Sasán sintió un extraño olor y encontró una enorme cantidad de peces muertos. Mientras recogía los peces, oyó un fuerte sonido que venía de lejos.

Sasán se asustó porque nunca había escuchado un ruido tan estrepitoso proveniente del viento y del mar. El ruido se escuchaba cada vez más fuerte, más fuerte, más fuerte.

Volvió a su choza y aterrorizado le dijo a su papá y a su mamá:

¡Allá en la playa he oído un sonido muy extraño! Todavía está lejos, pero se acerca más y más, con mucha fuerza

¿Qué es papá?

Cuando la tierra tiembla y se escucha un ruido fuerte, es porque se acerca XOSE, la tormenta, con su ejército devastador; le respondió su padre,

Sasán, Kemanta y los demás fueron a la playa, y oyeron el ruido del viento y del mar, esta vez más amenazador.

-Vendrá una gran tormenta- avisaron los mayores.

La gente entró en pánico,

Al parecer la tormenta que venía era la más grande que hubiesen visto. Nunca antes habían escuchado un sonido como ese.

- ¿Papá, qué podemos hacer?- preguntó Sasán asustado.

- Debemos asegurarnos y protegernos de la tormenta- contestó su mamá.

- Sí, debemos abandonar estas tierras lo más rápido posible. Lo mejor será que vayamos al mar- dijo el más sabio de la familia.

Pero Kemanta que no sabía nadar dijo:

- Ustedes vayan al agua. Mientras tanto yo subiré a esta roca. Cuando la tormenta haya bajado, bajaré.

- Eso es muy peligroso- respondió su esposa-

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