LA TEORÍA PSICOSOCIAL DE ERIK ERIKSON.
Enviado por mondoro • 27 de Diciembre de 2017 • 4.665 Palabras (19 Páginas) • 776 Visitas
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RASTRERO BIBLIOGRAFICO
De acuerdo con Erik Erikson la niñez intermedia trata acerca de la competencia. La etapa de laboriosidad frente a inferioridad, que dura aproximadamente desde los 6 a los 12 años, se caracteriza por ser una orientación en el esfuerzo por cumplir los desafíos presentados por los padres, los compañeros, la escuela y las demás complejidades del mundo moderno.
Conforme avanzan por la niñez intermedia, los infantes dirigen sus energías no solo a dominar lo que se les presente en la escuela, sino en hacerse un lugar para sí mismos en su mundo social. El éxito en esta etapa produce sentimientos de dominio y actitud, y un crecimiento sentido de destreza. Por otro lado, las dificultades de esta etapa dan lugar a sentimientos de fracaso e insuficiencia, como resultado, los niños se alejan de la interacción con los compañeros y de las actividades académicas, mostrando menos interés y motivación por destacar. Durante esta etapa, los niños continúan sus esfuerzos por responder la pregunta ¿Quién soy? Acorde tratan de entender la naturaleza del yo, y aunque la pregunta no tiene la urgencia que adquirirá en la adolescencia, los niños de primaria tratan de definir su lugar en el mundo. A partir de esto ellos empiezan a verse menos en cuanto atributos físicos- externos y más en cuanto a rasgos psicológicos (mars, Ellis y craven, 2002. Marsh y ayotte, 2003. Sotiriuos y zafiro pavlov, 2003). El uso de rasgos internos para determinar el autoconcepto proviene del incremento de habilidades cognoscitivas. El autoconcepto de los niños se divide en esferas personal y académica; los niños se evalúan a sí mismos en cuatro áreas principales, y cada una puede subdividirse aún más, que son: autoconcepto académico, autoconcepto social, autoconcepto emocional y autoconcepto físico.
De acuerdo a una teoría sugerida inicial mente por el psicólogo león festinger (1954) cuando se carece de medidas objetivas y concretas de habilidad, las personas recurren a la realidad social para evaluarse, aunque los niños por lo general se comparan con otros similares, en ciertos casos eligen hacer comparaciones sociales descendentes con otros que son obviamente menos competentes o exitosos (aspinwall y tayor, 1993). La comparación social descendente protege la autoestima de los niños al compararse con otros menos capaces, se aseguran de ser superiores y por tanto preservan una imagen exitosa de sí mismos. Por lo general, la autoestima se eleva
Durante la niñez intermedia con una breve bajada alrededor de los doce años. Los niños con una autoestima crónicamente baja se enfrentan a una dura prueba en parte, porque se enredan en un ciclo de fracasos que cada vez es más difícil romper.
Cada individuo tiene una identidad social, esta se denomina como el concepto que tiene una persona sobre sí, cuenta con unas características, entre ellas el “autoconcepto”, que es un conjunto de propiedades que conforma la imagen que un sujeto tiene de sí mismo (Deaux, 1993), este opera como un esquema básico y lo que proporciona el marco que define como se procesa la información acerca de si mismo donde influyen los motivos, estados emocionales, autoevaluaciones, habilidades, entre otras, se denomina self (Klein, Loftus y Burton, 1989; Van Hook y Higgins, 1988). Pero así como el hombre se comprende por características que lo conciben como ser individual, el hombre, también es un ser social por naturaleza y su proceso de interacción está enmarcado dentro de su sentir interior, y según sea este se proyectara hacia los demás. Ese sentir tan particular de individuo es denominado motivación, dentro de las muchas definiciones que existen de este aspecto se encuentra una que expresa que es el señalamiento o énfasis que se descubre en una persona hacia un determinado medio de satisfacer una necesidad, creando o aumentando con ello el impulso necesario para que ponga en obra ese medio o esa acción, o bien para que deje de hacerla.
La motivación se basa en aquellas cosas las cuales impulsan a un individuo a llevar a cabo ciertas acciones, hasta lograr cumplir todos los objetivos planteados. Por otro lado, el individuo también posee emociones, las cuales son fenómenos de corta duración, relacionados con sentimientos, estimulación, intención y expresión, que ayudan a la adaptación de oportunidades y retos que enfrentan los individuos durante los sucesos significativos de la vida.
En la emoción hay más que solo un sentimiento o una expresión. Por esta razón, para comprender y definir este concepto, es necesario tener en cuenta cuatro divisiones que resaltan un aspecto diferente de la emoción como lo son el sentimiento, estimulación corporal, sentido de intención y social-expresivo. Las emociones son multidimensionales. Existen como fenómenos sociales subjetivos, biológicos e intencionales (Izard, 1993). Las emociones son sentimientos subjetivos, pero también son reacciones biológicas (respuestas movilizadoras de la energía que prepara al cuerpo para adaptarse a cualquier situación que el individuo enfrente). A sí mismo, las emociones son fenómenos sociales, los cuales hacen referencia a las expresiones faciales, corporales, bocales reconocibles, que comunican a los demás el estado e intensidad de las emociones particulares. Y por último, el componente intencional, que da a la emoción un carácter dirigido a metas para realizar las acciones que sean necesarias para asumir las condiciones que el individuo afronte en el momento.
Así como la motivación y la emoción se definen desde aspectos psicológicos también se describen desde estructuras biológicas que permiten que estos procesos se lleven a cabo.
Las primeras descripciones sobre la presencia de asimetría de la emoción datan probablemente de la década treinta del siglo XX, cuando Alfrod y Goldstein notaron afecto negativo en pacientes con lesiones particularmente asociadas con afasia tipo broca; en la fase inicial del principio afásico presentan una crisis de angustia y de presión, que es denominada reacciones catastróficas, las cuales son consideradas apropiada, pues, se desencadena ante la impotencia fulminante de comunicación en los pacientes.
Estudios recientes indican que la asimetría en la producción de las emociones se relaciona con las áreas anteriores y prefrontales, de la corteza cerebral (Davidson, 1984). Existen muchos métodos que facilitan la demostración de la presencia de estas asimetrías, uno de ellos es conocido como electroencefalograma (EEG). Este método ha permitido muchas investigaciones y por ende muchos hallazgo valerosos a la asimetría emocional. Davison y colaboradores (1979) estudiaron las relaciones existentes entre EEG y las
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