LA ÉTICA PRESENTE O AUSENTE EN LO SOCIAL, CULTURAL Y POLÍTICO.

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Al crecer el conflicto en un país se puede presentar lo que dice el artículo de María de los Ángeles Yannuzzi titulado Ética y Política en la sociedad democrática donde afirma que Weber señala, no resulta “indiferente para las exigencias éticas que a la política se dirigen el que ésta tenga como medio específico de acción el poder tras el que está la violencia” (1984: 160). Es palpable que en la historia son diversas ocasiones en las cuales los aristócratas escogidos por la misma humanidad, se han vuelto en su contra y con el poder militar y policiaco que poseen y le hemos entregado, hacen que cualquier colectividad se rinda. En este momento nos puede estar siendo cobrado el hecho repetitivo que muchas veces nos dejamos llevar por el discurso bonito y no vemos lo que viene detrás.

Sigamos hablando de política pero ahora dediquémonos a la opinión de Maquiavelo, para esto han surgido diversas interpretaciones y en la definición que cada quien haga en su cabeza será validada o no, por ahora dediquemos a decir que el señor Maquiavelo fue el escritor de dos obras legendarias que son El Príncipe y la otra obra llamada Los Discursos sobre la Primera Década de Tito Livio. Estas dos obras se podría decir que son opuestas o complementarias, pero definamos la contradicción como lo expone el texto creado por Tomás A. Chuaqui donde afirma que “en El Príncipe, como es bien sabido, Maquiavelo ofrece un gran número de sugerencias y recomendaciones para que un gobernante único adquiera y, principalmente, mantenga el poder. En cambio en los Discursos, además de declarar insistentemente su preferencia por un gobierno republicano, Maquiavelo ofrece sugerencias y recomendaciones para la instauración y preservación de tal régimen, el cual contempla la participación ciudadana, y consagra la defensa de la vida libre, del vivere libero”. Viéndolo desde este punto de vista se puede creer que este señor estaba jugando con sus lectores porque a grandes rasgos se puede ver que estas obras están totalmente en planos contrarios, pero es solo una interpretación, la otra que se da en el mismo artículo dice que “pero que aduce que Maquiavelo habría sostenido la necesidad de un gobierno fuerte y autocrático para ordenar y establecer las bases de una institucionalidad republicana, es decir, un principado. Así, El Príncipe y los Discursos conformarían un argumento continuo en dos fases: El Príncipe establecería los mecanismos a través de los cuales un individuo lograría concentrar en sí mismo la autoridad necesaria para reorganizar un sistema político, permitiendo así la construcción de instituciones republicanas; los Discursos contendrían la exposición del funcionamiento de una república bien ordenada, sus fortalezas y debilidades, y las bases normativas que justificarían la calificación de la república como el régimen preferido.” Esta no sería una idea descabellada, se abona que pueda organizar de mejor manera sin tener a la oposición, ni a contralores metidos ahí para verificar que esté actuando de forma legal y benéfica para la sociedad, por otra parte de cierta forma se muestra el lado malo negativo y opresor de un sistema monárquico, que organice pero que también atemoricen hasta el punto de obligar a el colectivo revolucione de tal forma que se logre el derecho de democratizar la administración de una nación. Como se ha visto históricamente, en donde las personas se han revelado frente a este tipo de sistemas y ha surgido la democracia victoriosa.

En los hecho que se acabaron de mencionar no se ve la presencia de la ética del bien, la que el colectivo popular consideramos el buen actuar. Por lo abundante de los ilícitos cometidos en un país como Colombia sería bueno analizar otro campo como lo es la cultura y su relación estrecha con el narcotráfico, para nadie es un secreto que nuestra querida patria es uno de las mayores productoras de drogas ilegales en el mundo y esto ha constituido durante mucho tiempo una actividad económica que ha traído consigo dolor, muerte, perdición, una imagen terrible para el resto del mundo, entre muchas otras palabras que no definen nada bueno. El claro reflejo de que tan marcada esta la narco cultura en Colombia, es sentarse a ver el prime time, solo se ven historias de los muchos representante que tenemos en ese sector, junto con lo mexicano, los cuales también cuentan con un amplio reconocimiento en este campo. En esta parte de la historia un poco triste de este país se destaca el nacimiento de los llamados sicarios, los cuales se dedican a matar gente por un pago, que le dejarían a su madre en el momento que fueran capturados por la policía o en el peor de los casos fueran abatido en ejecución de su labor, tal como lo señala una cita del escrito de Omar Rincón que lleva por título “Narco.estética y narco.cultura en narco.lombia” aquí señalan una escena de la «La virgen de los sicarios en el cine» donde «vemos a estos jóvenes matar y morir en una danza impulsiva, irreflexiva, carente de sentido, y no conseguimos odiarlos, porque nos parece que se matan con la misma inocencia con la que se abandonan al amor o a la música», de cierta manera este tipo de personas se es difícil odiar, más bien se puede sentir lastima debido a que no son capaces de pensar en las consecuencias de sus actos y viven la vida sin interés por el mañana, no parecen contar con el menor ápice de arrepentimiento y su vida es un millón de sucesos en tan solo un par de minutos. Estamos tan rodeados de este tipo de hechos sin contar con que para este negocio se siga manteniendo es porque cuenta con el silencio cómplice y comprado de algunos de nuestros padres de la patria quienes por la búsqueda del poder pueden vender hasta su propia madre esto de forma literal. De camino al trabajo no puedes evitar escuchar los himnos de batalla de estos personajes ya sea el que maneja el bus o alguno de los pasajeros que le gusta el volumen a toda. En nuestra ideología esta de que hay que ser ricos como sea, y se nos va en pensamiento de riqueza inmediata, no nos detenemos a pensar lo que se tiene que hacer cumpliendo a cabalidad las leyes, sino en cuál es el camino más rápido para conseguirlo así se arriesgue la libertad y hasta la vida, solo se piensa que eso va a ser solo por un momento y que después se va a ser rico y poderoso mandamás de cualquier lugar donde vaya porque tiene el dinero y además a atemorizando tanto a la gente que nunca le llevarían la contraria. El poder que sienten recorrer por su cuerpo es el éxtasis que siempre andan buscando por como cita Omar Rincón en el mismo escrito antes mencionado «Mientras los burgueses quieren ser poderosos haciéndose ricos, nosotros queremos ser poderosos dando órdenes», escribe Mauricio García, profesor de la Universidad Nacional y columnista de El Espectador.