La familia es considerada la célula fundamental de la sociedad

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Después ingresé a secundaria, con la firme convicción de ser una persona sobresaliente. Siempre puse mi máximo esfuerzo en todo, reafirmé mis valores, hice amigos que marcaron mi vida, y que hoy en día siguen brindándome su apoyo. Al final de este nivel, vi impresos todos esos esfuerzos, y en mi graduación fui acreedora a una placa de aprovechamiento.

La mejor etapa de mi vida ha sido la preparatoria, allí me volví más proactiva, mi panorama y percepción de la vida cambiaron y empecé a valorar más todo lo que me rodeaba. Viví una experiencia que me dejó marcada, ocurrió al realizar mi servicio social, pues fui parte de una campaña para apoyar a las personas damnificadas de la inundación ocurrida en junio de 2013 en Piedras Negras, está situación sacó mi lado más humano, sensibilizándome a reflexionar sobre la fragilidad de las clases más necesitadas y de nuestra vida, propiciar que todos nos unamos mirando un rumbo en común, así podemos lograr grandes cosas, y reconocer que vivimos en una sociedad donde se requiere ser generoso, solidario y otorgar ayuda a quien lo requiera, lograr modificar es posible, si cambiamos nosotros, modificaremos nuestro entorno.

Finalmente llegó el momento que siempre esperé, la elección de la carrera, su importancia radica en que es lo que realizaremos por el resto de nuestra vida, y que debe hacernos sentir que es nuestra vocación. Al correr de los años tuve la firme convicción de que medicina era mi vocación. El mayor reto al que me enfrenté fue el examen de admisión, pues es una de las facultades con mayor demanda, pero con constancia y dedicación me fue posible ingresar. No sé si yo elegí a la medicina o ella me eligió a mí, pero sé que estoy en el camino correcto, pues en esta carrera puedo hacer una mezcla de todas aquellas cosas que conforman mi esencia: el amor al prójimo, el gusto por aprender, poner pasión en lo que hago, la laboriosidad, el altruismo y el trabajo en equipo. Una frase que me gusta es de Confucio y dice: “Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un solo día de tu vida”.

Es verdad que gracias a mi esfuerzo he obtenido muchos reconocimientos que me han llevado a la excelencia académica, pero al final ello no es tan trascendente como la experiencia de vida que me han otorgado los años y así impulsarme a seguir hacia adelante sin desviarme de mis objetivos.

No cambiaría ningún aspecto de lo que he vivido, porque gracias a mis decisiones he podido lograr ser lo que soy hoy en día, siempre estaré muy agradecida con Dios por darme esta gran oportunidad de vida y ser acompañada por mis padres, que son el motor que me impulsa a seguir adelante. Sé que mi futuro se está construyendo y bajo buenos cimientos, con satisfacción , podré decir, que cumplí todas mis metas y que soy una persona realizada pero especialmente feliz. Finalizo con una frase que me gusta mucho, pues encierra en sí una verdad incomprensible para muchos, Antoine de Saint-Exupery, “Sólo se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible a los ojos”.