La función de los medios

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A las anteriores funciones sociales nombradas los autores le atribuyen unas características que no pueden pasar inadvertidas: “Conocer estas funciones es poder, y el poder puede ser utilizado para intereses especiales o para el interés general” (Lazarsfeld y Merton, 1993: 7). Los intereses especiales serán los que le brinden un beneficio al medio de comunicación como ser el elevamiento de una figura política en campaña electoral. En esto se relaciona con el financiamiento económico que propongan los diferentes sectores a los mass media.

A estas funciones se le suma una contrariedad que es “la disfunción narcotizante de los medios” (Lazarsfeld y Merton, 1993: 6 y 7). Los autores entienden que con el aluvión de información política constante, el individuo actúa pasivamente de manera en que se preocupa por la realidad que lo rodea, saca sus conclusiones pero no actúa de manera activa. Se considera a los individuos en este contexto como “adictos” que una vez consumida su “dosis” de información ya puede estar con la conciencia social limpia. “Es posible que las comunicaciones masivas estén transformando inadvertidamente las energías de los hombres, de participación activa en saber pasivo” (Lazarsfeld y Merton, 1993: 7).

La opinión pública para Lazarsfeld es mesurable como vimos anteriormente en la publicación “The People’s Choice” (1944) los investigadores entienden que este concepto es medible a través de herramientas empíricas como ser las encuestas en diferentes momentos. Este experimento que tiene fundamentos matemáticos pretende dar un acertado panorama sobre lo que piensan las personas acerca de una campaña política o producto comercial o cultural. En este sentido nuevamente se toma a las personas (solo algunas) como un objeto medible y se la simplifica algo que es característico del positivismo. Para los autores de esta manera los medios masivos pueden saber cuáles son los contenidos que les interesan a las personas (rating) y su forma de ver a diferentes actores políticos (status social).

Lazarsfeld y Merton hacen un análisis de la sustentabilidad económica de los medios masivos de comunicación en los Estados Unidos, señalan que estos son avalados por grandes empresas que financian la producción y distribución de los mismos medios. Además señalan que estas empresas que están inscriptas en el sistema social y económico a través de los medios logra el mantenimiento de ese sistema.

Entre las criticas u observaciones hacia los medios masivos señalan: “No sólo afirman permanentemente el status quo sino que omiten suscitar cuestiones esenciales sobre la estructura de la sociedad, con ello guiando hacia el conformismo y proporcionando muy poca base para la evaluación critica” (Lazarsfeld y Merton, 1993: 8). Inevitablemente los intereses de las empresas que financian los medios estarán entrometidos en lo que se va a informar o transmitir a la sociedad, es por eso que los medios no pretenden que haya cambios radicales en la estructura social porque eso no sería conveniente para los inversionistas, es por eso que ambos autores la nombran como: “estructura comercial de propiedad y control” (Lazarsfeld y Merton, 1993: 11).

El contenido poco polémico que transmiten los medios también está dado por el interés que tienen los medios (o los que lo financian) de tener un oyente o espectador pasivo. “No puede haber dudas de que las mujeres que se pasan todos los días tres o cuatro horas absortas en unas doce radionovelas consecutivas, todas salidas del mismo tenebroso molde, exhiben una espantosa falta de criterio estético” (Lazarsfeld y Merton, 1993: 9).

Para ellos este tipo de contenido no permite a las personas desarrollar una “perspectiva auténticamente crítica” y que esto se da porque: “Los medios masivos de comunicación renuncian invariablemente a los objetivos sociales cuando estos chocan con beneficios económicos” (Lazarsfeld y Merton, 1993: 8).

Bibliografía:

Lazarsfeld, P. y Merton, R. (1993). Comunicación de Masas, gustos populares y

acción social organizada en Moragas, M. de (Ed.), Sociología de la Comunicación de

Masas. II Estructura, funciones y efectos. Ed. Gustavo Gilli. Barcelona, pp. 22 – 45