La lucha Feminista en las ciencias y la Educación
Enviado por Helena • 19 de Septiembre de 2018 • 4.588 Palabras (19 Páginas) • 285 Visitas
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La Dra. Vale-Nieves critica los movimientos ecofeministas que pretenden acercar a la mujer y la naturaleza o ver la naturaleza como la madre, creando la perpetuación de la lógica dicotómica. La contradicción que ve la autora es que sostenidas en las premisas dicotómicas las ecofeministas proponen la interdependencia, la cooperación y la auto organización, cuando bajo estas premisas es imposible.
La autora va a defender las verdades en contexto, que tienen validez desde la particularidad o vivencia del actor. Estas verdades que responden al contexto vital de los actores no deben homogenizarse sino más bien proponerse como verdades contextuales o parciales y una al lado de la otra sin pretender conciliarlas. Es decir la autora defiende los movimientos ecofeministas pluralistas y contextualizados en lugar de movimientos hegemónicos universales que pretendan conciliar posiciones diversas de contextos diversos. Tratar de globalizar una posición ecofeminista le hace un flaco servicio a las diferentes voces de las mujeres que desde diferentes ámbitos del planeta pretenden dar a conocer su realidad y luchan por hacer más humana su vida humana.
Vale-Nieves rechaza de manera contundente todo intento de generalizar los criterios que identifican como destrucción o deterioro de los recursos naturales, ciertas actividades humanas, sin considerar su contexto. Algunos movimientos ecologistas, especialmente de países desarrollados, interpretan ciertas prácticas en otros sectores del planeta como una amenaza al planeta, sin considerar las condiciones de vida particulares del grupo social que emprende dicha acción. Es decir, estos grupos ecologistas quieren imponer visiones hegemónicas sobre ciertos sectores del planeta sin considerar la realidad existencial de dichos grupos y sin estar dispuestos estos / estas a luchar para que los grupos criticados participen también del progreso que se tiene en los países desarrollados. Esta crítica de la autora es medular a la hora de entender el concepto de la verdad en contexto. En esta posición se impone la necesidad de hablar desde el ethos donde nos encontramos, entendiendo que nuestro discurso no es final, ni hegemónico, sino una perspectiva a ser considerada al lado de otras perspectivas convergentes o divergentes. Muchos no comprenden que la supervivencia humana es primordial e interpretan la lucha por satisfacer las necesidades básicas de estos grupos humanos como destrucción de recursos humanos. La autora critica, además, la imposición de las representaciones simbólicas de algunos grupos dominantes a otros grupos minoritarios que ya tienen sus propias representaciones simbólicas de la realidad, asumiendo estos grupos dominantes que no existen otras representaciones de la realidad igualmente válidas.
La Dra. Vale-Nieves presenta las dos posiciones o polos enfrentados en el ecofeminismo actual: la postura antropocéntrica y la biocéntrica. La postura biocéntrica no se enfoca en una lógica dicotómica, sino en la realidad post-humana, más allá del binomio sexo / género. El biocentrismo supone que todas las cosas tienen igual derecho a vivir, desarrollarse y alcanzar sus propias individualidades. El biocentrismo está vinculado y crea unas relaciones de interdependencia entre todas las formas de la naturaleza. Ahora bien, presenta la autora que para varios pensadores entre ellos Luke[3] y Dobson[4], el biocentrismo puede ser visto como un antropocentrismo suave o débil en contraste con el antropocentrismo duro o fuerte que ve al mundo de forma utilitarista. Para Dobson este antropocentrismo suave está enfocado en lo humano y el antropocentrismo duro que se establece una relación humano-instrumental. Es este antropocentrismo duro el que el ecofemenismo debe combatir y superar.
La Dra. Vale Nieves identifica en el artículo dos (2) importantes movimientos ecofeministas a mencionar: el cultural o espiritual y el socialista.
- Eco-feminismos culturales o espirituales (o de la diferencia)
Estos movimientos son los que tienden a denunciar la dominación masculina o el antropocentrismo en la ecología y que consideran este como destructivo y socialmente opresivo. Enfatizan la conexión entre la mujer, la maternidad y la naturaleza. Se tiende en este movimiento a declarar la naturaleza con “personalidad femenina”. Así que la naturaleza será tierna, afectuosa, nutricia, sensible y esencialmente definida por el ministerio de dar a luz. A esto le llaman varios autores el ecofeminismo de la diferencia. La idea es que la dominación de la naturaleza está relacionada con la dominación de la mujer y que las estructuras de dominación son similares en ambos casos. También se afirma en esta postura que la mujer está más cerca de la naturaleza que los hombres y por lo tanto está en mejor posición de proponer modos sustentables de relacionarse con la naturaleza. Para este movimiento las violaciones contra la mujer y las agresiones contra la naturaleza responden a un mismo fenómeno, al dominio del varón sobre todo lo creado. Es decir, el patriarcado representa la guerra contra la vida. La autora presenta diversas posturas ecofeministas de diversas partes del mundo para ilustrar esta posición y entre ellas podemos mencionar, María Mies[5] de Alemania y Vandama Shiva de la India. La Dra. Vale-Nieves sostiene que los planteamientos de este ecofeminismo son contradictorios porque su reclamo a lo esencial y al retorno de los valores tradicionales y biologicistas, es un volver a los mismos referentes que han contribuido a la subordinación de la mujer. Ahora bien, ella clarifica que en algunos contextos lo que las ecofeministas llaman subordinación es asumido como deseable.
Advierte la autora que es posible que la generalización de las posturas de este Ecofeminismo cultural o espiritual (llamado también feminismo de la diferencia) sean realmente desacertada por su dependencia de una filosofía enmarcada en patrones paternalistas.
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Ecofeminismo socialista
Este ecofeminismo se sostiene en la división de poder entre los hombres y mujeres, especialmente en la arena laboral. Para este grupo la desigualdad y dominio por parte del hombre sobre la mujer es el prototipo de todas las formas de dominación. La intención de este ecofeminismo es denunciar este tipo de dominación y afirmar una justicia social liberadora.
Propuesta del Artículo
La autora critica estos intentos de generalizar o universalizar los postulados ecofeministas, dada la diferencia contextual y contradicciones de los mismos. Se plantea que este intento es injusto porque se ignora las desigualdades
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