La relevancia de las instituciones políticas en las transiciones desde el multipolarismo decimonónico hasta ahora
Enviado por John0099 • 23 de Enero de 2018 • 3.288 Palabras (14 Páginas) • 344 Visitas
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Rol de las instituciones políticas en estos cambios
Entendiendo que las instituciones “son las reglas del juego en una sociedad, más formalmente, son las limitaciones ideadas por el hombre que dan forma a la interacción humana”,[3] podemos apreciar que desde el siglo XIX en adelante han existido diversas instituciones que han marcado el desarrollo y los cambios en el escenario político internacional.
Vemos entonces que ya a fines del siglo XVIII, las instituciones más importantes eran El Rey (Monarquía) y en menor medida el Parlamento, sin embargo con la Revolución Francesa, la independencia Americana y la Revolución Industrial, entramos al siglo XIX con un sistema de Monarquía Parlamentaria en Europa y en América pasamos de un sistema colonialista a un sistema Estado-Nación parlamentario, produciendo la primera gran transición de este periodo. Durante este siglo se instaura un sistema político de equilibrio de poderes, cuyas principales herramientas de interacción fueron la diplomacia, los congresos y las alianzas militares multilaterales, cuyo objetivo era garantizar la estabilidad política y prevenir que alguna de las grandes potencias pudiera amenazar al resto, equilibrio que duraría hasta la Primera Guerra Mundial.
Con esta guerra se produce una segunda transición, con un cambio en el escenario político generado fundamentalmente por la consolidación de otras potencias, ya no solo europeas sino que americanas (Estados Unidos) y asiáticas (Japón) y el nacimiento de nuevos estados, producto de la restructuración de fronteras en Europa. Sin embargo, el sistema de interrelación política entre los estados no varió en demasía, siendo el principal objetivo después de la guerra la recuperación económica y social. Sin duda la institución más importante de este periodo es la Sociedad de la Naciones, que en cierto modo buscaba mantener el equilibrio de poderes y asegurar la paz.
Con la Segunda Guerra Mundial se produce una tercera transición, con el cambio definitivo de los ejes del poder, pasando a un mundo bipolar dominado por el conflicto entre el capitalismo y el comunismo: “La Guerra Fría”.
Una de la consecuencias más importantes de esta guerra fue la creación de las Naciones Unidas, como un intento de ordenar y organizar el mundo, bajo la dirección de las cinco grandes potencias de post guerra: Estados Unidos, Unión Soviética, Gran Bretaña, China y Francia, sin embargo, este sistema finalmente se bipolarizó mediante dos grandes alianzas e ideologías: la URSS y China por un lado y EE.UU., Gran Bretaña y Francia por otro. La creación de la ONU significó también el surgimiento de otras instituciones y organismos políticos que nacen en el periodo de la guerra fría y que tendrían injerencia en la política internacional: la Corte Internacional de Justicia (CIJ), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la UNESCO en 1945, el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) de 1947, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en 1949, la Organización del Tratado de Varsovia en 1955, entre otras; todas las cuales tienen como principal objetivo regular las interrelaciones entre los países y asegurar la paz y los derechos de las personas. Finalmente con la caída del muro de Berlín en 1989 y el colapso de la Unión Soviética se produce una cuarta transición, pasando de un sistema bipolar a un mundo unipolar, donde EE.UU. es la potencia dominante, tanto militar como económica.
Como hemos apreciado, el rol de las instituciones de establecer un ordenamiento y estructura estable para la interacción humana[4], ha estado presente en todo los periodos y transiciones, estableciendo las normas políticas, sociales y económicas, con las que los diversos estados se han ido relacionando a través de la historia, sin las cuales no habría sido posible el desarrollo, entendimiento y resurgimiento de los estados después de cada transición. Es así como las nuevas naciones surgidas a fines del siglo XVIII y principios del siglo XIX no habrían podido organizarse como tales sin un ordenamiento y reglas claras, de igual forma el equilibrio de poder entre las naciones durante el siglo XIX se habría roto mucho antes sumiendo al continente en un proceso de guerras permanentes, ejemplo de esto fueron los desequilibrios que llevaron a las dos grandes guerras. Posteriormente, gracias al ordenamiento y normas establecidas mediante la creación de un importante número de organismos internacionales, que definieron la forma de interactuar de las grandes potencias, se ha logrado un desarrollo social y económico sin precedentes durante la segunda mitad del siglo XX, institucionalidad que se mantiene hasta hoy.
Relación entre estrategia, economía y política; el papel de fenomenología de los costos de transacción.
Existen diversas definiciones para el concepto de estrategia, como el de la Real Academia de la Lengua Española que la define como “Arte de dirigir las operaciones militares o traza para dirigir un asunto”[5]. Luego podríamos decir, en un plano más amplio que él de la operaciones militares, que la estrategia es un conjunto de acciones pre planeadas, encaminadas hacia el logro de un objetivo.[6]
El concepto de política está definido a su vez como “una actividad orientada en forma ideológica a la toma de decisiones de un grupo para alcanzar ciertos objetivos. También puede definirse como una manera de ejercer el poder con la intención de resolver o minimizar el choque entre los intereses encontrados que se producen dentro de una sociedad.”[7]
Vemos entonces que existe una clara relación entre política y estrategia, en el sentido que para alcanzar ciertos objetivos planteados por el grupo (política), necesito de un conjunto de acciones que me permitan lograr ese objetivo (estrategia).
Si hacemos el mismo ejercicio con el concepto de economía, que está definido como “la ciencia social que estudia la extracción, producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios; la forma o medios de satisfacer las necesidades humanas mediante los recursos escasos; la Forma en la que las personas y sociedades sobreviven, prosperan y funcionan; en este sentido es nuestro modo de relación con la naturaleza”,[8] podemos ver que la estrategia también es necesaria para el logro de los objetivos económicos.
Podemos encontrar otros campos relacionados con el concepto de estrategia, además de estrategia política y económica, encontramos estrategia empresarial, de marketing, social, comercial, etc., pero al final el concepto siempre se mantiene inalterable ya que siempre significa un plan de acción para el logro
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