La sexta extinción engloba varias circunstancias negativas de las cuales el libro nos informa,

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Todo esto sumado nos puede dar como resultado esta tan mencionada sexta extinción. Estamos ante un panorama del todo catastrófico, o como lo señala el libro: apocalíptico. El autor toma como referencia a los cuatro jinetes del apocalipsis para demostrarnos cómo esta destrucción puede llegar.

Así pues el jinete amarillo representa los venenos y enfermedades de nuestro ambiente. La contaminación y el uso de productos sintéticos nos causan una gama de enfermedades; estamos expuestos a estos contaminantes cada día, y éstos van en aumento con el desarrollo humano. Se ha demostrado que gran variedad de estas enfermedades son por culpa de estas cuestiones, y aun así muchas personas no comprenden la magnitud del problema, e incluso a quienes ignoran los problemas que existen tras las cortinas del desarrollo. Podemos ver que algunos de estos problemas se dan en las generaciones nuevas que acaban de nacer debido a que se dan malformaciones en los seres humanos, y otros seres vivos, desde los los periodos de gestación.

El siguiente jinete es el rojizo, que representa las guerras que se podrían desatar cuando los recursos se agoten, lo cual sucederá. Estas guerras son muy probables, no solo por la comida, sino será necesaria el agua, los territorios, etc; por ahora podemos ver estas guerras por algo tan insustancial para la vida como lo es el petróleo, sin el cual podemos vivir perfectamente, ahora imaginémonos qué sucederá por aquellos recursos sin los cuales no podemos vivir.

El jinete negro es la crisis económica, la cual se ha reflejado de distintas maneras desde hace tiempo, siendo noticia en varios medios. En realidad esta crisis no es nada nuevo, pero sí es algo que ha avanzado y nos alcanzará a todos los países.

El jinete blanco es el líder de los cuatro y representa, en este libro, la síntesis de los males, el resumen de todo el mal que nos causamos a nosotros mismos todo por darnos lujos innecesarios sin los cuales ahora muchas personas no podrían vivir. Nos demuestra la rivalidad innecesaria entre el hombre y la naturaleza, la cual, dicho sea de paso, debería ser literalmente nuestra madre, la deberíamos proteger a toda costa, y al parecer hacemos todo lo contrario: destruirla.

Terminando con esta visión del fin del mundo por causas antropogénicas, se nos hace un leve recuento de todo lo que el humano podría hacer para ayudar un poco a salvar nuestro planeta. Nos habla de qué son los naturistas y ecólogos, y cómo formar parte de ellos; los mitos que hay detrás de salvar nuestro planeta y qué verdades hay en cómo salvarlo.

Se nos regalan unas claves para mitigar todos estos problemas. Primeramente debemos reconocer que una gran responsabilidad recae en los políticos y ellos deben ver, antes que nadie, por la seguridad de sus países o sus territorios. Si ellos quieran en realidad a qué problema nos enfrentamos tendrían mucha más conciencia ecológica y ayudarían de diversas maneras a mitigar todos los problemas que el humano ha causado; así pues debemos ayudar a los políticos a comprender, a ganar esta conciencia. Por segunda medida tenemos a la sociedad, la cual la conformamos todos y la cual a base de una buena educación ambiental podría aprender estos valores ecologistas para mitigar los problemas y no dar más de ellos. También se nos habla de cómo reducir el efecto invernadero de una forma práctica, y cómo poner el ejemplo, por ejemplo en la utilización de la bicicleta en lugar del automóvil, así también cómo reducir el gasto de recursos alimenticios y ahorrarlos de manera efectiva. Debemos acercar el primer y tercer mundo, imprimir una conciencia ecológica en todas las personas, desarrollar tecnologías limpias y hacernos con el patrimonio nacional.

Todos conocemos las “3 R”, y en el libro, el autor hace un repaso de su verdadero significado y cómo debemos adoptarlas de la mejor manera: Reducir todo lo que podamos nuestros consumos diarios, reutilizar todo aquello que se pueda y velar porque se creen productos con mayor índice de reutilización, principalmente en empresas de las cuales salen miles de productos diarios, de los cuales la mayoría se deshecha al terminar su funcionalidad. También debemos reciclar todo lo que podamos, y hacerlo de la mejor manera, porque muchas personas creen reciclar y la verdad es que, al fin de cuentas, toda la basura irá a parar donde mismo: a la tierra o aguas.

Se nos muestra que estamos en un momento perfecto para la creación de energías renovables, tenemos demasiadas herramientas y basto conocimiento científico y tecnológico que no hemos aprovechado para nuestro bien, para disminuir, y hacernos de energías de calidad que provengan del sol, el mar o el viento. Es muy engorroso tener en cuenta que la humanidad no hace casi nada por promover todo este tipo de situaciones, limitándose a saber que existen sin que en realidad se pongan a prueba en todo el mundo. Pareciera ser que no nos interesan avances de este tipo, recluyéndonos a lo que ya tenemos que nos resulta mucho más cómodo.

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Conclusión:

El autor dice en una parte del libro que mientras escribía el libro, miraba fuera de su ventana y todo le parecía en calma, no se podía creer todo lo que la información que había recompilado decía. Así podemos estar muchos, creyendo que todo está en relativa paz; vemos el mundo girar y no nos detenemos a pensar qué problemas reales existen. Muchas personas pueden llegar a sentir más calor, o más frío, o asustarse porque cada vez existen más desastres naturales que nos muestran las noticias como grandes catástrofes en las cuales debemos estar unidos como hermanos; lo que poco se nos cuenta, es que nosotros mismos causamos estos problemas de maneras diferentes. Contribuimos a nuestra destrucción poco a poco, y el conjunto nos puede llevar a extinguirnos en cuestión de tiempo.

El libro es una herramienta para abrir los ojos. Yo como estudiante ya conocía o comprendía la mayoría de las cuestiones de las que trata, incluso estos hacía que se me hiciera repetitivo y tedioso, otra información me sirvió para complementar lo que ya conocía medianamente. Pero esta herramienta deberá ser leída por personas externas que poco conozcan del tema. Está escrito de forma amena, a veces con toques perfectos de humor negro que me sacaron una que otra sonrisa a pesar de su crueldad. Pero el autor, se aprecia, lo hizo con intención, busca la manera de que las personas, tras leer el texto, en realidad se den cuenta de la gravedad en la que estamos; que visualicen sin ningún tipo de ceguera el problema en el que nos hemos estado