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“Las sustancias psicoactivas y las habilidades cognitivas”

Enviado por   •  29 de Enero de 2018  •  17.852 Palabras (72 Páginas)  •  524 Visitas

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Esta falta de control será “relativa” en la medida en que el sujeto pueda decidir, en qué momentos consumirlas y en cuales no, o consumirla en pequeñas cantidades, aunque luego de un período de tiempo se vuelva a irrumpir en el consumo, más allá de la libre voluntad del sujeto, en forma compulsiva.

Esta misma relatividad de la que se viene hablando también dependerá de la compulsividad con la que el sujeto consuma la sustancia tóxica, y a la forma en la que este pierda o no el control de sí mismo.

El adicto, en ciertas ocasiones podrá aparecer ante el resto, incluso ante el profesional de la salud, como libre en su capacidad de tomar decisiones con relación a la sustancia, aunque esto enmascara, quedando en evidencia en otras circunstancias, una pérdida de dominio con relación a ellas. Es esta “relatividad” la que podría dificultar el diagnóstico.

El vínculo que el sujeto desarrolla con la sustancia podría llegar a nublar los intereses de la persona en otros aspectos de su vida provocando que la sustancia ocupe un lugar privilegiado en el psiquismo, y esto implica que la vida, a nivel conductual, cognitivo, emocional y relacional comience a girar en torno de la obtención de la sustancia o la expectativa de placer asociado, para la generación de condiciones de consumo.

Dos conceptos clave en esta definición son los de “tolerancia” y “abstinencia”, criterios médicos relevantes al momento de realizar el diagnóstico.

La tolerancia, ligado al mismo concepto de “relatividad” ya mencionado con anterioridad, se produce cuando el consumidor, como resultado de una administración constante de la sustancia, presenta menor sensibilidad ante ella, provocando que la dosis habitual produzca menos efecto, por lo que el sujeto deba aumentarla. Esta tolerancia provoca en el sujeto diferentes crisis, en caso de no ser saciada la necesidad de consumo en forma inmediata, ya que sus tiempos han cambiado y ya no puede esperar.

Este aumento de la tolerancia a la sustancia que se consume, se traduce en una pérdida de la tolerancia a la frustración propia del ser humano. La tolerancia a la frustración se podría definir por aquel sentimiento manejable de desengaño al no poder satisfacer un deseo en forma inmediata o la tolerancia a que no todo salga según lo planeado. Cuando se pierde la tolerancia a la frustración, la persona se vuelve vulnerable, no tolera contratiempos, puede notarse estresada, con sentimientos de tristeza, ansiedad, agitación, crisis de violencia y enojos. Puede que en cierta medida de este concepto se desprende el mito de que las personas adictas son por ley general violentas. Pero no siempre es así. En el estudio de campo realizado y la observación que se adjunta en el presente trabajo se puede observar claramente la falta de tolerancia a la frustración cuando al no poder resolver el juego en forma pausada y a través de mecanismos de deducción, el paciente intenta rellenar la planilla arbitrariamente, o solicitar ayuda para la resolución. Se notaban claramente alterados y propensos a enojarse con facilidad y reaccionar agresivamente. [4]

La abstinencia, o síndrome de abstinencia, es un conjunto de reacciones físicas que ocurren cuando el adicto abandona el consumo de la sustancia de la cual depende. En esta etapa el adicto manifiesta temblores, espasmos, e incluso en los casos más graves puede sobrevenir la muerte.

Si atendemos a este último concepto podríamos deducir que la adicción a las drogas tienen un correlato orgánico o biológico, lo que implica una dependencia fisiológica, aunque algunas sustancias podrían generar una dependencia psicológica. Con respecto a este punto, es importante destacar que cada organismo se adapta de distintas maneras, y según sea el grado de dependencia serán las consecuencias para la salud física, de la misma manera en que la dependencia psíquica de las drogas tiene como principal indicador los trastornos mentales. En base a lo dicho, podemos mencionar que existen distintos tipos de adictos según el modo de consumo, el que hace un uso crónico de las drogas, el esporádico, y el uso excesivo esporádico. En ocasiones un adicto puede argumentar que solo consume los fines de semana. Pero esto no hace que el daño sea leve. Por el contrario, puede consumir viernes, sábado y domingo en grandes cantidades, y esto puede llevar a que el organismo colapse. Cuando hablamos de abuso, nos referimos a aquel consumidor que, dominado por la adicción gira su vida en torno a ella, pasando el resto de los aspectos a un lugar secundario.

Como se mencionó más arriba, existen diferentes tipos de drogas, y cada uno tiene distintas reacciones en el organismo. A continuación se detallan aquellas sustancias más consumidas en nuestro país, sus características y consecuencias.

Marihuana: Es una de las más conocidas y consumidas. Es una planta conocida como Cannabis cuya flor es consumida en cigarrillos o también mezclada en algunas comidas. Posee más de 60 compuestos psicoactivos que son los que alteran el funcionamiento de las neuronas.

Los efectos físicos son aceleración del ritmo cardíaco, ojos rojos o irritados, sequedad en la garganta, aumento de apetito, reducción de la capacidad de memoria y comprensión a corto plazo (altera el sentido del tiempo), disminuye la concentración y coordinación motora, puede producir paranoia y psicosis.

A demás el humo de la marihuana es carcinógeno lo que puede traer consecuencias graves en los pulmones.

La mayoría de los consumidores de esta planta se consideran a sí mismos como fumadores sociales alegando que solo lo hacen durante los fines de semana pero los efectos de la marihuana en el cerebro tardan una semana en desaparecer. Por lo que si la última dosis fue suministrada un día domingo, esta permanecerá en el cerebro hasta el próximo consumo.

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Cocaína: es un estimulante que se extrae de la hoja de coca que afecta directamente al cerebro y puede ser fumada, inhalada o inyectada. Sus principales efectos son dilatación de las pupilas, presión elevada, latidos del corazón alterado, adicción, respiración fuerte, ataques epilépticos, insomnio, inquietud, infartos, temperatura alta, agresividad y muerte (casos extremos).

[pic 3]

L.S.D: es una droga alucinógena que se extrae del cornezuelo del centeno. Es oral y líquida (se coloca en los ojos) y sus principales consecuencias físicas son la falta de apetito, alucinaciones crónicas, pérdida de control, temperatura elevada, presión variable, y falta de sueño.

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