Los Riesgos Económico – Financieros que enfrenta México

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Riesgos por terrorismo y violencia

Los ataques terroristas tienen siempre, la lamentable e irrecuperable pérdida de vidas humanas, algunas consecuencias inmediatas y negativas sobre la economía son difícilmente cuantificables. Un ataque terrorista tiende a reducir la riqueza de un país, por su baja de capital humano: los muertos y heridos, y de capital físico: las infraestructuras destruidas o dañadas, al mismo tiempo surge un efecto el cual tiende a aumentar el flujo económico, ya que se movilizan cientos de personas y abundantes medios públicos y privados para reparar los devastadores efectos que dejaron el ataque.

Un ataque terrorista como el del 11de Septiembre tiene un efecto muy general sobre la confianza y la seguridad de los ciudadanos y especialmente sobre las expectativas de los consumidores y de los inversores, ya que crea una incertidumbre enorme en su quehacer diario y en las decisiones que tienen que tomar, dicha incertidumbre deriva de que es una acción por sorpresa, en la que pierden la vida personas y otros sufren heridas, realizada por un enemigo anónimo, que no puede distinguirse fácilmente del resto de los ciudadanos, que es difícilmente infiltrable, La reacción inmediata de los ciudadanos es pensar que, en lugar de ser un ataque aislado, pueda volver a darse o pueda ser parte de una cadena de atentados. Esto hace que muchos de ellos reaccionen con miedo y, en algunos casos, con pánico. Son estas situaciones las que producen un mayor deterioro en la actividad económica, a mayor miedo mayor paralización de la vida económica. Sin embargo, los ataques por parte de terroristas islámicos es que intentan aniquilar indiscriminadamente al mayor número de personas posible y, por tanto, van dirigidos a los lugares donde pueden congregarse mayores masas de gente. De ahí que la reacción inmediata y lógica de los ciudadanos, en los primeros días, haya sido rehuir su presencia en los lugares públicos de mayor aglomeración de personas, es decir, en los grandes centros o edificios, en los transportes públicos y en los espectáculos masivos.

Tras el ataque, lo más importante es conseguir rápidamente que la ciudad recobre su normalidad, sin por ello olvidar la tragedia de los muertos, los heridos y el sufrimiento de sus familias. En el caso de Nueva York, después del 11 de Septiembre, fue realmente sorprendente cómo acudían miles de americanos de otras ciudades y estados a visitar la ciudad, a consumir, a comprar y, por qué no, a acudir a ver el inmenso y terrible “agujero” producido en la llamada zona cero. Esta actitud solidaria de los americanos hizo que los neoyorquinos recuperaran la confianza con mayor rapidez y que la ciudad volviese más rápidamente a la normalidad de lo que hubiese acontecido de encontrarse sin la ayuda inmediata del resto de los ciudadanos del país.

Todas estas respuestas lógicas por parte de los consumidores y de los inversores, que tienden a reducir la actividad económica, requieren, como ocurrió en el caso de los EE UU tras el 11 de Septiembre, una respuesta contundente y de signo contrario por parte de las autoridades económicas. No es de extrañar que el Banco Central Europeo, a través de su presidente, acabe de sugerir la posibilidad de una bajada de tipos de interés, para dar mayor confianza a los agentes económicos, asegurándoles que la actividad económica va a ser incentivada con política monetaria si es necesario. Lo mismo podría llegar a ocurrir con la política fiscal, si los incentivos monetarios no fuesen suficientes.

Lo que socavaría todavía más la confianza, aumentaría la incertidumbre y podría producir una recesión o una caída de la actividad mundial. Mientras tanto, el mejor antídoto contra una caída de la actividad económica es que los ciudadanos intenten perder el miedo al terrorismo, adaptarse a la incertidumbre y volver a normalizar su vida cotidiana, ya que, de conseguirlo, pueden evitar que los terroristas alcancen su segundo objetivo que es amedrentar a la población y provocar una recesión económica en un momento en el que casi todas las economías del mundo están reanudando una senda de crecimiento más vigorosa y estable que la de los años anteriores, el sector turístico y de entretenimiento sufrirían una menor demanda debido a la llegada de menos turistas y porque las familias locales prefieren, al menos en un primer momento, quedarse en casa y desplazarse lo menos posible, salvo para ir al campo y a zonas alejadas de las ciudades.

Otros Riesgos

Conclusión.

La situación económica que vive el país nos pronostica un ambiente de incertidumbre para el crecimiento de México, las políticas que adopte Estados Unidos, más el impacto que estas produzcan sobre los inversionistas extranjeros en México darán la pauta para el crecimiento del país.

La expeca

Actualmente en el ámbito industrial al cual pertenezco creamos estrategias para hacer más eficientes nuestros procesos, reducir costos, esto para ser más competitivos en el mercado global.

Cibergrafía.

Banxico. Consultado el 27 de febrero de 2017.

www.banxico.org.mx/

SHCP. Consultado el 27 de febrero de 2017.

www.gob.mx/hacienda

INEGI. Consultado el 27 de febrero de 2017.

www.inegi.org.mx/