Medio ambiente y desarrollo sustentable

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La ciencia ambiental es una disciplina que intenta entender y resolver los problemas causados por la interacción de los sistemas naturales y culturales; al verse estructurada con otras ciencias, como las humanidades y las sociales, nos ayuda a comprender y modificar nuestra manera de observar el entorno, así como el entender nuestras conductas y actividades dentro del sistema social.

A pesar del papel que juega la conducta humana, “las ciencias sociales han permanecido marginadas de la investigación sobre el cambio ambiental mundial”; ahora no es tiempo de permanecer al margen porque el cambio climático y ambiental crean “desconcertantes crisis humanas y el mundo lucha para encontrar una senda más segura y sostenible para el futuro”.

Debido a los diversos enfoques requeridos para el estudio de los organismos en el medio ambiente, la ecología se apoya en campos diversos como la climatología, la hidrología, la oceanografía, la física, la química, la geología y el análisis de suelos entre otros. Igualmente, involucra ciencias tan distintas como la morfología, la fisiología, la embriología, la genética, la taxonomía, la paleontología, la anatomía, la citología, la histología, las matemáticas, la botánica y la zoología.

Los ecólogos tienen básicamente dos métodos de estudio: Auto ecología, el estudio de especies individuales en sus múltiples relaciones con el medio ambiente; y Sinecología, el estudio de comunidades, es decir medios ambientes individuales y las relaciones entre las especies que viven allí.

Pero, ¿qué es un ecosistema?

Es aquella comunidad de organismos que se autorregulan y sobreviven interactuando con el medio físico dentro de un espacio geográfico definido. Está conformado por elementos no vivos o componentes abióticos, conocidos como la abiota, y por elementos vivos o bióticos, la biota. Los cuales llegan a interactuar para proveer los materiales y la energía necesaria para que los organismos sobrevivan.

La abiota a su vez está compuesta por la energía, la materia (como nutrientes y elementos químicos) y los factores físicos como la temperatura, la humedad, la luz, el viento y el espacio disponible.

En cuanto a la biota, por los organismos vivos de un ecosistema, dividiéndose en dos grandes grupos: autótrofos o productores: organismos capaces de producir su propio alimento; y, heterótrofos o consumidores, aquellos que consumen partes de células, tejidos o materiales de desecho orgánico de otros organismos para su subsistencia, pudiendo decir que dependen de otros organismos. Se les divide en macroorganismos y microorganismos. Los primeros ingieren partes y cuerpos enteros, vivos o muertos, mientras que los segundos se alimentan de materiales de desechos de seres vivos o partes de tejidos ya en descomposición.