Necesidad del derecho como orden normativo de la sociedad y del estado. Semblanza del jurista
Enviado por Ensa05 • 10 de Diciembre de 2018 • 2.784 Palabras (12 Páginas) • 485 Visitas
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- El Maestro en Derecho.
Es inobjetable que el maestro en Derecho debe ser jurisprudente, ya que no es posible transmitir conocimientos que no se tienen. Su misión se realiza en dos ámbitos: la enseñanza y la educación jurídica. La primera consiste en transmitir conocimientos sobre el Derecho, pero el campo de esta ciencia es muy vasto, casi imposible abarcarla en su integridad con la profundidad y extensión que requiere el tratamiento de todos sus múltiples ramos. Esta imposibilidad ha impuesto la necesidad académica de que el maestro de Derecho se especialice en determinadas áreas de enseñanza integradas por materias afines. Por ende el maestro en derecho debe ser un jurisprudente especializado, sin que esta exigencia suponga que no deba conocer elementalmente las disciplinas que pertenezcan a áreas distintas de la que comprenda su especialización, puesto que el Derecho es un todo cuyas partes están estrechamente interrelacionadas. El maestro en Derecho debe tener fe ardiente e intenso amor por el Derecho y sus valores humanos. Es la autenticidad otra de las prendas del maestro en Derecho en cuanto educador. Consiste en vivir y actuar como se piensa y se siente, en predicar con el propio ejemplo, en aplicar como hombre, ciudadano y profesionista lo que enseña. Para ser autentico se requiere indiscutiblemente valor civil.
- El Juez.
La justicia no es Derecho sino su aspiración, su fin ideal. Por ellos el juez no administra justicia. Su deber consiste en aplicar el Derecho, diciéndolo al dirimir las controversias que las partes contendientes en un litigio plantean, y decir que el derecho no es hacer justicia sino acatar sus normas que pueden ser justas o injustas. Es el juez quien puede detener y amenguar las injusticias contenidas en esa norma o ley que irrumpió a la vida social, por medio de una recta, equitativa y precisa interpretación y aplicación de su contenido. Al juez le incumbe ser el defensor del principio de juridicidad como elemento esencial de la democracia. Ejerce el control de legalidad en cada caso concreto que se someta a su competencia, pudiendo tener a su cargo una función más importante: el control constitucional de las leyes. En el desempeño de este control puede juzgar a éstas según se adecuen o no a la Constitución como sucede en México a través del juicio de Amparo.
El simulador del Derecho.
Consideraciones generales.
El simulador hace de su vida una farsa. Su personalidad psíquica envuelve muchos vicios como la vanidad, la egolatría, la megalomanía, la mentira, el engaño, el fraude, la falsedad, la mediocridad y la corrupción. Sus actitudes obedecen a su incultura que proviene, o de su falta de inteligencia o de su falta de vocación para el estudio. Padece de un complejo de inferioridad que trata de ocultar exteriormente con audacia y temeridad. Su vanidad lo presiona para no admitir que vale menos que de lo que cree valer y lo empuja a un sobreestimación de su ego que no se funda sino en un subjetivismo enfermizo que no corresponde a la realidad de su ser.
La audacia del simulador, lo convierte en un farsante ante quienes no lo conocen, buscando su aplauso y admiración. Esta audacia se torna cobardía frente a las personas que están enteradas de sus limitaciones intelectuales y culturales.
El complejo de inferioridad que queja l simulador y todos los defectos que de él se derivan, lo imposibilitan para ser autárquico o independiente de la vida. Se aprovecha de sus protectores para velar por sus propios intereses. Mientras pueda obtener beneficios personales cultiva celosamente la amistad de quien se los proporcione, pero cundo esta ligazón se rompe se torna ingrato y renueva su vanidad hasta el extremo de menospreciar a su benefactor.
Como no tiene vocación por la cultura, se aleja por inclinación natural del estudio. Los libros no le interesan pues su objetivo vital no es saber sino la obtención de ganancias económicas o beneficios personales de otra índole.
b) El simulador como espécimen contrario al jurista.
El simulador del Derecho no es la persona que realiza actividades fuera de su campo jurídico aunque tenga la licenciatura o el doctorado correspondiente. En todo caso se trata de un no jurista, pudiendo ser político, funcionario público, banquero u hombre de negocios en general, cuya falta de vocación por el Derecho lo haya proyectado fuera de su esfera.
Al simulador de Derecho le aterra su ignorancia, que por falta de vocación por el estudio y la investigación no puede vencer.
La ignorancia que afecta al simulador no solo proviene de su falta de vocación por el estudio, sino de la ausencia del talento necesario para determinar los puntos esenciales de cualquier cuestión jurídica y brindar la solución pertinente.
En el terreno de la abogacía, el simulador no es un verdadero abogado por la sencilla razón de que no sabe litigar. El litigio es la esencial actividad del abogado que requiere indispensablemente la jurisprudencia o sabiduría del Derecho y las demás cualidades que ya se han mencionado.
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Este libro nos permite hacer un examen de conciencia y recapacitar sobre el compromiso inapelable que exige la vida jurídica, Burgoa traza los perímetros que dividen al licenciado en derecho del charlatán. En un principio yo estaba consciente de que la mayoría de la sociedad tiene la idea de que un abogado es una persona prepotente, corrupta, ambiciosa, mentirosa, y que todo abogado seguía una misma línea, una estructura ya trazada por el sistema que actualmente vivimos en nuestro país o sea, incluso el abogado a mi pensar era un sinónimo de corrupción en toda la extensión de la palabra. Esta obra me hizo ver y reflexionar de que estaba completamente equivocado que si hay personas corruptas, injustas y mentirosas, pero nada tienen que ver con lo que es un buen jurista o abogado. En definitiva nada tienen que ver con el derecho. Me impacto la forma de evidenciar al simulador, al grado de despreciar su persona, planteando que su misma vida es una completa farsa, ya que pretende ser algo que en definitiva no es, pretende actuar, engañando a los demás individuos que carecen del conocimiento de la ciencia, argumentando con falsedades que él es un buen abogado, maestro, juez, etc. en ocasiones llega a pensar, que sí efectivamente es un buen jurista. El mismo puede llegar a creerse sus propias mentiras hasta darse cuenta de que ha vivido engañado.
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