Nutrición infantil.
Enviado por Sara • 11 de Enero de 2018 • 1.616 Palabras (7 Páginas) • 342 Visitas
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La succión-deglución en el lactante forman las praxias básicas de las futuras funciones orofaringeas.
Lo característico de la succión es que constituye una función que esta codificada genéticamente para ejercerse por un tiempo determinado y posteriormente extinguirse en forma progresiva a medida que el niño lo necesita de ella porque adquiere nuevas habilidades para alimentarse.
La aparición de los primeros, la capacidad de llevarse los dedos o juguetes a la boca para morderlos y el aumento de salivación son signos evidentes del comienzo de la extinción de la succión como única forma de alimentarse.
La prolongación de la lactancia de pecho más allá de los 6 meses, alternada con la alimentación proporcionada con cuchara, no altera a estos patrones. Sin embargo la prolongación de la succión como única forma de ingerir líquidos o como habito de succión varia, más allá del tiempo que está programada como función básica, se considera una disfunción e interfiere en menor o mayor grado en el desarrollo normal de las estructuras morfo-funcionales del sistema estom atognático.
La deglución
La deglución en el lactante, deglución infantil o visceral
Es una función instintiva, refleja e involuntaria, está condicionada solo para tragar líquidos.Se necesita de un cierre bucal hermético anterior y de una fuerza interior. El cierre anterior se hace con el adosamiento íntimo de los labios del niño contra la areola del pecho y la fuerza de vacío, con el leve movimiento del descenso del complejo linguo-mandibular.
En la deglución del lactante la lengua permanece en posición adelantada y la punta sobrepasa los rodetes maxilares, manteniendo la posición que adopta para succionar. Esto permite despejar la zona faríngea para que el niño pueda respirar y deglutir alternadamente sin cambiar la lengua de posición.
Si el niño no ubica la lengua en esa posición, se produce una alteración en el equilibrio neuromuscular orofaringeo (disfunción motora oral).
A medida que aparecen los dientes, la deglución del lactante deja de ser solo succión y se transforma en deglución somática o deglución adulta.
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Deglución somática o deglución adulta
Aparecen los primeros dientes cambia la percepción sensorio-espacial de la lengua y de los labios. La lengua se ubica en posición retrodentaria y los labios se juntan para hacer el cierre anterior y deglutir sin que se escape el alimento.
La percepción sensorio-espacial permite a la lengua percibir el alimento colocado en la parte anterior y llevarlo a la parte posterior. Desde el punto de vista funcional, es el momento de introducir alimentos de mayor consistencia y de suprimir la succión como única forma de alimentar al niño.
La aparición de nuevos dientes incrementa las percepciones sensorio-motoras y marca diferentes etapas de madurez funcional. La adquisición de nuevas habilidades motoras permite a la lengua participar en la masticación, en la modulación y en la fonoarticulación del lenguaje.
Una succión-deglución eficiente permite desarrollar y madurar las praxias bucales básicas sobre las cuales se instalan progresivamente las nuevas funciones orofaringeas.
La disfunción del díptico succión-deglución, que se inicia tan temprano como en los primeros días de vida, es la causa de las distorsiones funcionales más frecuentes del sistema estomagnático: la deglución atípica y la respiración bucal, las que a su vez producen en mayor o menor grado alteraciones de desarrollo de las estructuras óseas, de los espacios faríngeos, de la posición de los dientes.
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Reflejos y condiciones del niño que favorecen la lactancia
Reflejo de búsqueda del pezón y de apertura de la boca
Permite que el niño voltee la cabeza y abra la boca afanosamente buscando el pezón cuando algo roza su mejilla o sus labios. Cuando abre su boca para buscar el pezón, la lengua se ubica aplanada en el piso de la boca para recibirlo. Cuando se inicia la mamada, el ideal es estimularlo tocando el labio del niño.
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Reflejo de protrusión lingual
Permite a la lengua adelantarse y ubicarse entre los rodetes maxilares para envolver con su punta al pezón y la parte inferior de la areola, para contribuir al cierre hermético anterior de la boca, hacer la fuerza de vacío y mantener el sincronismo succión-deglución.
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Reflejo de succión
Permite que el niño efectúe los complejos movimientos linguo-mandibulares para succionar el pecho. La posición de la boca y la forma en que el niño agarra el pezón, originalmente es un reflejo instintivo, pero cuando al recién nacido no se le ha permitido succionar oportunamente el pecho (como función refleja incondicionada), es necesario ayudarle para que lo haga en forma correcta.
Reflejo de deglución
Permite al niño deglutir en forma refleja el alimento líquido que llega al fondo de su boca (límite del paladar duro-blando).
Reflejo de extrusión
El niño expulsa instintivamente de su boca alimentos que no sean líquidos, o elementos que no tengan la textura del pecho de su madre o el olor y sabor de su leche. Este reflejo desaparece a medida que aumenta la sensorialidad de la boca y de la lengua para aceptar diferentes texturas y sabores.
Agudeza sensorial
El niño discrimina el olor, el sabor de la leche, el tono de voz, la calidad del contacto y la imagen del rostro de su madre.
Reflejo neurohormonal del hambre
El vaciamiento gástrico produce en el niño la necesidad de recibir más aumento y a la vez más agua. Se manifiesta como una inquietud y una actitud corporal característica y con una intensificación de los reflejos de búsqueda del pezón y de la necesidad de chupar. El llanto por hambre es también muy característico.
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