PERIODISMO, VENDEDORES AMBULANTES

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bufandas y toda clase de prendas para el invierno, hace un reclamo al municipio. Él comenta que fue a dejar todos los papeles necesarios para legalizar su trabajo, pero esto no pudo ser, porque le exigían que se transladara a un estante fijo en uno de los nuevos centros comerciales, entre estas opciones estaba en el Comité del Pueblo. “No sé si es por ayudar o por que nos despechemos y no hagamos nada, a mí me queda lejos, es más, quien me va a comprar, si aquí tengo clientela fija”

Por otro lado, para evitar la ocupación del espacio público la Secretaría de Seguridad coordina con otras instancias como la Agencia Distrital de Comercio y la Agencia Metropolitana de Control, movilizar policías metropolitanos para que recorran las calles de Quito, y con mayor énfasis el tramo de esta avenida.

María Chuqui, 63 años de edad, no tiene seguro, y por su edad no la reciben en ningún trabajo, su única entrada económica es la venta de pinzas a 50 centavos la docena. “Los metropolitanos son malos, yo tengo mi mochilita y salgo corriendo, pero los que extienden las carpas, a ellos se les llevan la mercadería. Trabajamos preocupados de que lleguen los metropolitanos y se nos lleven lo único que nos queda para trabajar”

Este problema tiene vigencia desde ya varios años, no es un tema nuevo el trabajo informal, o que no se logre un consenso para dar respuestas a todo este sector de trabajo. La gente sigue comprando en las calles por ser más barato, por estar al paso y los comerciantes siguen vendiendo porque encuentran en esta, la única forma de ganarse la vida y llevar alimentos a sus casas.