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Parcial seminario informatica y sociedad UBA

Enviado por   •  11 de Diciembre de 2018  •  3.342 Palabras (14 Páginas)  •  522 Visitas

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que se constituyen a través de dos polos de desarrollo enlazados por un todo un haz intermedio de relaciones: Las anatomopolíticas del cuerpo humano, que se centra en el cuerpo como maquina asegurado por procedimientos de poder característicos de la disciplina; y las biopolíticas de la población, que se centran en el cuerpo-especie, en el cuerpo transitado por la mecánica de lo viviente y que sirve de soporte a los procesos biológicos (la proliferación, los nacimientos y la mortalidad, el nivel de salud, etc.) Antes, en las sociedades a las que Foucault llama sociedades de soberanía, el poder se centraba bajo el símbolo de la espada y consistía en el derecho de hacer morir o dejar vivir. Ahora, el poder de muerte parece ahora como el complemento de un poder que se ejerce positivamente sobre la vida, que procura administrarla, aumentarla, multiplicarla, ejercer sobre ella controles precisos y regulaciones generales; el viejo derecho de hacer morir o dejar vivir se reemplaza en las sociedades de disciplinamiento por el poder de hacer vivir o de rechazar hacia la muerte.

Este bio-poder se centra en un poder que administra la vida y rechaza la muerte; y aquellas dos direcciones que toma operan bajo el mecanismo de la sexualidad, convirtiéndose en el dispositivo que articula los dos polos. El dispositivo de sexualidad permite a las técnicas de poder la invasión de la vida, incidiendo en las conductas sociales en doble sentido (está en el cruce de los ejes de las disciplinas del cuerpo y de la regulación de las poblaciones.) En este sentido, la sexualidad está del lado de la norma, del saber, de la vida, del sentido, de las disciplinas y las regulaciones.

Paula Sibilia, en su texto “Biopoder” marca una diferenciación de los viejos mecanismos de poder situados en las sociedades disciplinarias, y los nuevos mecanismos de poder que se encuentran en las sociedades de control; ahora el dispositivo regulador no reside más en la sexualidad sino que el código genético ocupa aquel lugar de preeminencia. En una genealogía trazada por Foucault, la sangre era el dispositivo de las sociedades de soberanía, en la era moderna fue cambiada por el sexo y ahora emerge una mística ligada a los genes, capaz de convertir a esos componentes moleculares de los organismos humanos en los nuevos protagonistas del bio-poder. Esto se debe a que en el nuevo capitalismo de superproducción y saberes que señalaba Deleuze, las relaciones de poder están irrigadas por las innovaciones tecno-científicas: hoy son las compañías privadas quienes cumplen un papel fundamental en las biopolíticas de cuerpos y modos de ser.

Antes en las sociedades de disciplina los viejos mecanismos de poder residían en el dominio centralizador de los Estados y las instituciones de encierro, ahora se esparce el modelo de la empresa con su descentralización, privatización y globalización; antes el biopoder residía en instituciones y áreas específicas, ahora los tentáculos se amplían y las traspasan extendiéndose por todos los espacios de la vida y la institución omnipresente pasa a ser el mercado; antes las biopoliticas apuntaban a los ciudadanos de estado, hoy el interés de nuevo capitalismo es producir sujetos consumidores; antes la demanda de trabajo se encontraba en la mano de obra obrera, ahora el trabajo se ha vuelto cada vez menos mecánico y más informatizado. Aparecen nuevas instituciones capaces de modificar los esencias orgánicas, aparece la tecnociencia, con su voluntad de aumentar, prolongar y multiplicar la vida, desviando, corrigiendo o alterando sus deficiencias.

2) Sloterdijk, en su conferencia Normas para el parque humano debate sobre el final del humanismo como gran ideología educadora en la historia occidental, su idea es tratar de deconstruir la palabra “Humanismo burgués”, la palabra más secularizada y sacralizada de la cultura en los últimos 500 años.

En principio, empieza caracterizando a los humanistas como una telecomunicación creadora de amistad en el medio de la escritura, remontándose a una sociedad literaria en la que funciona en su núcleo una fantasía de secta o club de los alfabetizados, con proyectos expansionistas y universalistas y desde allí se amplió el modelo de la sociedad para convertirse en norma de la sociedad política. Desde entonces se organizaron los pueblos como uniones de amistad forzosa, juramentadas en un canon de lecturas obligatorio para cada espacio nacional. Sin embargo, a través del establecimiento mediático de la cultura de masas despues de la Primera Guerra Mundial, la época del Humanismo nacionalburgués llega a su fin. No quiere decir que la literatura esté acabada, pero sí que se ha diferenciado para convertirse en una subcultura sui generis.

La idea central del humanismo es el compromiso por el rescate del hombre de la barbarie, por eso el tema latente es la desalvajizacion del hombre y su tesis es que las lecturas correctas domestican, dando al hombre como resultado de la domesticación de la bestia salvaje. Los hombres en civilización son tomados de continuo por dos poderes de formación simultáneos, las influencias inhibitorias y deshinibitorias .Los humanistas están convencidos de que los hombres son “animales bajo influencia” y por ello es imprescindible hacerles llegar el género correcto de influjos, con esto se quiere decir que la humanidad consiste en elegir (para el desarrollo de la propia naturaleza), los medios domesticadores y renunciar a los desinhibitorios. Es por eso que para Sloterdijk el humanismo es la exitosa y consumada crónica de sucesivos literarios pedagógicos (una utopía gramatológica de educadores, de amigos alfabetizados) que buscaron calmar, apaciguar y encorsetar el salvajismo de lo humano y los poderes ordenadores; es el último gran intento de domesticar la bestia humana.

Es por eso que Sloterdijk retoma a Heidegger, ya que el filósofo pone al descubierto postulados del Humanismo y los interroga hasta dejarlos sin respuesta, inaugurando un espacio de pensamiento transhumanístico o posthumanístico. Heidegger señala que la palabra Humanismo debe ser abandonada si se quiere volver a experimentar en su inevitabilidad y en su simpleza inicial la tarea de pensamiento que en la tradición humanista pretendía aparecer como ya resuelta, ya que para él, fascismo, cristianismo o marxismo son variedades del humanismo que solo se diferencian entre sí en la estructura superficial y solo tratan de radicalizar la pregunta por la esencia del hombre; nunca podrá ser enunciada la esencia del hombre desde una perspectiva zoológica o biológica, aun cuando se le incluya regularmente un factor espiritual o trascendental.

El hombre, a diferencia de los animales, posee o tienen el habla que es (en primera línea) no solo para entenderse entre sí, sino

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