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Seminario de informática y sociedad

Enviado por   •  3 de Octubre de 2018  •  3.070 Palabras (13 Páginas)  •  303 Visitas

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y no responden a ninguna racionalidad más que la de la producción por la producción misma.

En fin, no se puede definir a la técnica por fuera de la sociedad que la engendra. Si tenemos una sociedad orgánica como la helénica en la que la producción es una fusión entre hombre, herramientas, materiales y naturaleza, y de éste trabajo, en el cual el que lo realiza tiene pleno conocimiento del proceso de producción, surgirá un producto que modificará al hombre tanto como a la naturaleza que éste trabaja, proporcionándole un sentido de autorrealización y libertad. Por el contrario, en la sociedad inorgánica en la cual estamos inmersos y en la que establecemos una relación abstracta con nuestra propia naturaleza, la naturaleza propiamente dicha y las herramientas de producción, sin tener pleno conocimiento ni del material ni del proceso, funcionando como dientes de un engranaje, tendremos por resultado la alienación, cada vez más abstracción, ligada a la insatisfacción que ello produce y la perpetua subordinación al orden técnico imperante (como dice Bookchin, tenemos un trabajo de 9 a 5 separado de cualquier modo concreto y ajeno a la satisfacción humana), que ya no responde a los dominios de una clase por otra, sino a la de todos dominados, según Galimberti, por las ideas de eficiencia y racionalidad.

2) “La cultura está desequilibrada porque reconoce ciertos objetos, como el objeto estético, y le acuerda … de modo mediato por lo que ha inventado” (Gilbert Simondon). Analizá esta cita a partir de los planteos de Heidegger y Schmucler.

En primer lugar, Heidegger y Schmucler coinciden en que tenemos que reflexionar acerca de la errónea concepción de la techné que tenemos en occidente, advirtiendo que de esto depende el futuro del mundo. Al no haber visto que en realidad, la palabra griega no tiene nada que ver con maquinarias ni herramientas sino que responde a una cosmovisión, es decir, a la forma en que el mundo se nos aparece a través del lenguaje. Este, más que un simple instrumento de transmisión de información, es una forma de creación/poiesis del mundo.

La techné tenía que ver en los griegos con esta cosmovisión, este modo de desocultar propio del lenguaje y con la producción, la poiesis, un modo de producir. Pero sin embargo, en la sociedad moderna se la despojó de toda significación que conlleva la palabra, con respecto a una cosmovisión creadora y “contemplativa”, imperando su sentido instrumental/productivo que, siguiendo la reflexión heideggeriana, al poner al mundo natural, a través de las ciencias duras como un recurso calculable, matematizable y constante, permitió, al hombre dispuesto, tomar la naturaleza como constante y constituir a la técnica como provocante.

Entonces, en este punto al poner a la naturaleza como algo inerte, pasiva y constante, como un ente en el que el ser siempre está presente, el lenguaje hizo el cierre del sentido de la técnica, de la misma manera que se hizo con el ser de las cosas, despojándola de su acepción creativa, su “poder ir más allá” en conjunto con una naturaleza activa, que tenía en la sociedad griega, y poniendo no sólo a la naturaleza sino también al propio hombre como objeto de producción. Las cosas, la naturaleza que está ahí, podrían no estar. Esta constancia, se consolida en la modernidad y se profundiza en el capitalismo.

Heidegger dice utilizando una frase de Hölderin, que “allì donde està el peligro, nace la salvación” y este peligro es el de no poder diferenciar entre las cosas (el ente) y el ser de las cosas. Y la técnica moderna derivada de la ciencia positivista al ver siempre que el ser es la cosa, muestra el desequilibrio de la cultura, que objetivando el ser de las cosas, sigue insistiendo con este desocultar provocante y otorgando a la eficiencia un carácter de legitima verdad, pero negándose a sí misma la humanidad que suscita por ser un acto de creación. Todo es cuantificable y calculable, y en ello radican los patrones de verdad.

Esta idolatría de la técnica y su eficiencia por ser el nuevo parámetro de verdad en la modernidad, y esta forma de producir por producir irracionalmente, de “festejar” cualquier invento porque viene de la ciencia que es el “dios” moderno, pone a la humanidad como un productor/consumidor que al haber sido objetivada como la naturaleza, pasa a ser otra constante u otro “recurso” que debe adaptarse irremediablemente a los “progresos” de ésta. Es decir, la ciencia y como extensión la técnica, al ser el único camino que el hombre occidental ha adoptado como criterio de verdad fue creando máquinas e inventado aparatos que suponemos que son para el beneficio de la humanidad y en función de esto los ha sacralizado (al ser rechazados como estéticos), objetos técnicos a los que no se los cuestionan por haber sido concebidos en el seno del progreso tecnológico.

Este proceso nos ha llevado a lo que Héctor Schmucler plantea como el triunfo del tecnologismo, como una ideología totalizadora que nos pone en la condición de no poder decir que no, imponiendo la técnica como único camino posible, y como su fin último. En esta derrota del espíritu humano (abdica entonces frente a ella y le delega su humanidad) en la cual ha sido “devorado” por la técnica y ha pasado a ser una especie de ésta, la máquina al alimentarse de los procesos biológicos se va quedando con parte de la humanidad del hombre que consiste en poder elegir y en poder “ir más allá”, y en este proceso que se encuentra autonomizado, al ir el hombre en una mayor alienación, y al ir perdiendo progresivamente capacidad de elección, va limitando también el sentimiento de culpa por la dominación que ejerce la máquina en su nombre.

Cada vez más opacado y más recluido detrás de la máquina (detrás de la computadora por ej.), refugiado en su “hogar” y mirando por la ventana virtual que le ofrece infinidad de productos que le proporcionarán la felicidad pregonada. Es decir, en esta derrota el hombre se ve triunfal, no puede decir que no a nada ya que su satisfacción pasa por el consumir y adquirir el último artefacto que la “maquinaria” ha creado, pero así y con todo lo que ello implica, cree sentirse seguro y refugiado detrás de ellos.

Paradójicamente, el hombre para complementar la idea de techné más que como acción instrumental, se queda “contemplando” detrás de las máquinas el mundo que ha creado, y buscando en ellas, la humanidad que es justamente lo que la técnica moderna le ha ocultado.

3) “Y es que el hombre en el planeta no es más que, de una forma indirecta, subsidiaria, una respuesta al problema ….” entre(Georges Bataille). Articulá una reflexión en torno a los conceptos de técnica,

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