Partido Arquitectónico

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También podemos reconocer un sistema formal, la arquitectura tiene una expresión, que puede estar condicionada por la estructura, por la especialidad o por la funcionalidad.

A su vez nuestro hecho arquitectónico tiene relaciones con el medio en el que se encuentra emplazado, lo que nos indica la pertenencia al sistema mayor, el socio-cultural.

Si concebimos a la arquitectura de esta manera, entendemos que entre estos sistemas se establece la coherencia interna de la propuesta.

Entonces, podemos hacer que estos subsistemas que conforman el hecho arquitectónico entren en juego entre sí, no sean antagónicos sino coincidentes y armónicos tanto entre ellos como con el espacio circundante, entonces tendremos un partido claro y coherente.

Por el contrario, si existen superposiciones, antagonismos o discordancias, no estaremos en presencia de un grupo de subsistemas que forman un sistema que a su vez es parte de otro mayor, sino estaremos ante una sumatoria de subsistemas, y evidentemente no es lo que buscamos.

Tomar partido en arquitectura es responder potencialmente a todos los elementos que conforman el hecho arquitectónico y también responder potencialmente al sistema del que forma parte: urbano y social.

Por que decimos potencialmente, esto significa que deben seguir desarrollándose en el proceso de diseño, sin que entren en colisión entre ellos; el partido es el contenedor potencial de un desarrollo posterior, que podrá convertirse en proyecto.

Es posible esto, podemos pensar todo al mismo tiempo, dar una respuesta sintética de entrada, y después que siga desarrollándose todo tranquilamente. En el proceso de diseño, la síntesis del partido no se produce en un acto puntual; los subsistemas no aparecen con el mismo rango y en consecuencia muchas de las primeras decisiones que se toman son provisorias en el proceso, y no tienen mayor inconveniente en ser cambiadas a medida que empiezan a aparecer incoherencias en el proceso hasta llegar a decirse que se tenga un partido arquitectónico, esta es la flexibilidad que nos proporciona un proceso proyectual adecuado.

Si bien nos referimos a una inter-relación de subsistemas, según las características del tema, y del proyectista, uno de ellos puede ser el que rija a todos los demás. La ley fundamental que genera esta situación es la idea rectora, que comienza a mandar en las decisiones y es esencialmente el carácter de la propuesta.

En cada etapa del proceso de diseño, esta contenida potencialmente la siguiente, el tema contiene potencialmente al programa, el programa contiene potencialmente al partido y el partido contiene potencialmente al proyecto, y a su vez verifica a la anterior. Es decir, en el momento que estamos tomando partido, como conocemos mas acerca del problema, podemos plantearnos la verificación del programa, si son adecuados los metrajes, los módulos etc.

Es decir, que cada etapa, cuando pasamos a la siguiente no esta terminada para siempre. Este proceso no es lineal ni mecánico, no significa que porque tengamos definido el problema, linealmente podamos pasar al partido, ni que porque tengamos definido el partido, linealmente podamos pasar al proyecto, es un proceso de ida y vuelta, pero la vuelta no es un retroceso al mismo lugar de antes.

Si el objetivo que tenemos es crear un espacio construido para alojar una determinada actividad, esto no se produce mágicamente. Podemos exteriorizar en mayor o menor medida nuestro proceso, nos será mas fácil o mas difícil llegar a un buen resultado, pero la capacidad de convertir estos conocimientos y decisiones en una propuesta arquitectónica es un don intrínseco a la persona. Es por eso que debemos tener en cuenta a la hora de proyectar, el proceso metodológico de diseño realizado, y de que manera transcurrimos ese camino, por el cual obtenemos el proyecto arquitectónico , con la certeza que el mismo responde a todas las necesidades, que es viable, y sobre todo está diseñado dentro de un sistema integral, que tiene en cuenta la totalidad de los subsistemas, y no es una sumatoria de los mismos, producto de la resolución de éstos de manera individual.

La inspiración existe, pero mejor