Programas económicos y crecimiento económico

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P11. ¿Qué se puede esperar en el corto plazo en términos de inflación, crecimiento, déficit fiscal, tipo de cambio y cuentas externas?

P12. ¿Es importante la credibilidad de la población en el programa económico? ¿Compare los escenarios con y sin credibilidad de los agentes?

P13. ¿En cuánto se lograría estabilizar la economía en términos inflación y empleo?

Situación Fiscal en Costa Rica

El actual panorama económico de Costa Rica refleja un crecimiento sostenido desde el 2010 al 2014, creciendo aproximadamente cerca del 4% anual. Asimismo, indicadores macroeconómicos como la inflación viene siendo controlada, aunque en el último año haya crecido cerca de 1.4 puntos básicos (de 3.7% en el 2013 a 5.1% en el 2014); pero que en el caso del tipo de cambio real, este ha venido depreciándose lo que hace reflejar una baja competitividad frente al mundo. Por otro lado se debe recalcar que la economía costarricense ha dado un vuelco de su estructura económica desde hace aproximadamente 20 años. Anteriormente gran parte de sus ingresos se sostenían bajo la exportación de productos agrarios tradicionales (principalmente bananos y café), para pasar actualmente a la industrialización en el sector servicios, como las TIC, turismo, y exportación de nuevos productos.

Tras la crisis financiera mundial (2009), varias economías latinoamericanas iniciaron distintas políticas para contrarrestar el impacto. En el caso de Costa Rica, optó por incrementar su gasto público ocasionando que se amplíe la brecha en las cuentas fiscales y como consecuencia se deteriore hasta ser altamente deficitaria, en parte, por un creciente aumento desordenado de los gastos provenientes del gobierno central. Para financiar dicho déficit, el gobierno central inició un proceso de acumulación de deuda. Sin embargo, tal fue el incremento sobredimensionado de la deuda que actualmente se vienen amortizando más los servicios de la deuda (intereses) que el propio capital mismo, lo que viene generando una gran debilidad fiscal. Si a todo ello se le suma el incremento de los gastos salariales, se podría pensar que el mercado financiero centre su mirada en este sobreendeudamiento y que posiblemente cierre sus canales de préstamos para financiar más cuentas hacia futuro.

El principal origen de financiamiento del déficit fiscal provino básicamente del mercado local (deuda interna), pudiendo generar un efecto de crowding out, situación en que la capacidad de inversión privada se reduce por la generación de deuda pública, afectando al crecimiento económico y presionando al alza las tasas de interés.

Así, en este escenario, se hace conveniente realizar una labor crítica a una adopción de una reforma fiscal contractiva con la finalidad de asegurar la estabilidad macroeconómica de Costa Rica. Con la finalidad de observar una eficacia en dicha política, se hace necesario evaluar el desempeño económico de distintos países de la región y ver las posibilidades que tiene el gobierno costarricense de cerrar dicha brecha fiscal sin mayores aspavientos.

En el anexo de los gráficos, se observan distintos indicadores macroeconómicos para varios países latinoamericanos. En primer lugar se presenta la evolución del déficit fiscal, el cual claramente muestra que Costa Rica ha venido incrementando sus gastos en los últimos años. Por otro lado, se tiene también que por el lado de los ingresos, la presión tributaria de Costa Rica está por encima del nivel latinoamericano, lo que podría pensarse que puede sostener sus gastos a futuro. En tanto, al observar la Cuenta Corriente se observa que existe una salida neta de capitales, siendo un común denominador en varios países de la región.

De acuerdo a la descripción realizada, a continuación se solicita debatir diversos puntos orientados a definir la situación fiscal futura de Costa Rica para llegar a conclusiones que nos permitan aclarar ideas sobre las estrategias que podemos aplicar a la hora de gestionar situaciones similares.

Información a considerar: Se debe asumir que la inversión pública es financiada con el gasto público. Es decir, la deuda que se contrae a futuro financia la inversión en infraestructura, principalmente.