¿Qué es el SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida)?
Enviado por Sandra75 • 7 de Marzo de 2018 • 6.482 Palabras (26 Páginas) • 388 Visitas
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Actualmente, son tolerados y se conocen al detalle sus efectos tóxicos y la vigilancia para evitarlos es más detallada. Las tomas son dos o incluso una sola vez al día, lo que permite a los pacientes llevar una vida normal.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. Algunos medicamentos contra el SIDA consiguen salvarnos la vida pero nos crean problemas que nos condicionan. Por ejemplo, muchos de ellos nos producen subidas importantes del colesterol, los triglicéridos en la sangre y enfermedades cardiovasculares como el infarto de miocardio o la trombosis cerebral. Respecto a qué ocurre si no se sigue ningún tratamiento contra la enfermedad, la cosa es clara: el SIDA mata lenta e irremediablemente al paciente en meses o años. Por tanto, la recomendación es obvia: hay que someterse al tratamiento aunque esto suponga el requerir controles médicos periódicos o la posibilidad de sufrir efectos tóxicos como consecuencia de los medicamentos.
8. ¿Quién tiene riesgo de infectarse?
Todos. La única diferencia son en las probabilidades de contraer esta terrible enfermedad. Indudablemente, un hijo nacido de una madre infectada tiene riesgo de contraer el SIDA durante el embarazo y sobre todo durante el parto. Como ya hemos dicho anteriormente, existen tratamientos para la madre que reducen enormemente la posibilidad de este contagio. Posteriormente, si el niño nace sin la infección, la madre deberá tomar con él las mismas precauciones que con el resto de su familia si exceptuamos el que no podrá amamantarle (el virus también se elimina por la leche materna) y deberá ser algo más cuidadosa dado el contacto íntimo madre-hijo durante los primeros años de vida.
El contacto sexual más frecuente es el heterosexual, tanto si es por vía vaginal, oral o anal. En el primer caso estadísticamente la mujer tiene más riesgo de contagiarse la mujer con un hombre infectado que el varón de una mujer enferma. Sólo el preservativo o condón es capaz de evitar eficazmente el contagio siempre que no se rompa durante la actividad sexual.
En el sexo oral, el virus está presente en el semen y secreciones vaginales, así como en las pequeñas erosiones en la boca o labios. La eliminación del virus por la saliva es más escasa, por tanto la posibilidad de transmisión a través del beso es prácticamente nula.
En el caso de la penetración anal, tanto de hombre a hombre como de hombre a mujer, tiene más riesgos que la vaginal. La posibilidad de que se produzcan erosiones o pequeñas heridas en la piel o mucosas es mayor durante este tipo de penetraciones. También el preservativo evita este tipo de contagio, si bien es necesario recurrir a formatos más resistentes para evitar su rotura durante este tipo de actividad.
Otro de los riesgos es del contacto directo entre la sangre de un enfermo y una persona sana dentro de un entorno doméstico. Por ejemplo: Un cepillo de dientes compartido o una cuchilla de afeitar reutilizada pueden ser portadores de restos de sangre del enfermo que entre en contacto con la nuestra mediante un corte al afeitarnos o una herida en las encías.
9. ¿Puede pasarle algo a mis hijos?
La posibilidad de que un niño nacido de padres infectados por el VIH adquiera la enfermedad es indudablemente real. De allí que si la madre es la infectada y el padre está sano es posible recurrir a la inseminación para evitar el contagio del padre. Sin embargo, este planteamiento no es suficiente para evitar el contagio del niño. Ya que la madre es capaz de contagiar al feto durante el embarazo cuando falla la función de filtro que ejerce la placenta. Aunque, actualmente existen fármacos que ofrecen la probabilidad de que el recién nacido sea capaz de eliminar el virus en los primeros meses de vida sin llegar a desarrollar la enfermedad.
Tras el parto la madre infectada no podrá amamantar al bebé. El niño que convive con padres infectados por el VIH es relativamente pequeño, para ello se tomará determinadas precauciones, por ejemplo:
Habrá que tener aparte objetos como cepillos de dientes o cuchillas de afeitar y tener especial cuidado al limpiar cualquier resto sanguíneo del paciente tras un accidente doméstico como un corte o una hemorragia nasal.
Sin embargo, sí pueden compartirse cubiertos o toallas y cualquier otro utensilio que no entre en contacto directo con la sangre.
Ni qué decir tiene que el beso, algo que define a la relación entre padres e hijos, si puede formar parte de nuestras relaciones. No existe riesgo de contagio por besar a un hijo ni tampoco por acariciarle o abrazarle o respirar cerca de él.
10. ¿Debo decir que tengo SIDA?
La primera pregunta no debe ser si debo o no decir que tengo SIDA sino a quién debo decírselo. No somos partidarios de aconsejar a los pacientes que comuniquen esta información a todo su entorno, y menos al principio. Ya que el SIDA es una enfermedad con tan mala prensa que el paciente puede llegar a sufrir bulling en la sociedad, debido a que es un sigue siendo considerado un estigma social y el miedo a la enfermedad es todavía demasiado alto.
11. ¿Qué me recomendaciones me puede dar para dar a conocer mi problema?
Nuestra primera recomendación es que antes de dar a conocer su problema dedique un tiempo de reflexión a decidir a quién hace partícipe de su situación.
Elija personas que le sean necesarias en el manejo de su nueva situación personal y descarte aquellos que no se van a ver afectados por su condición de enfermo o que no vayan a implicarse directamente en ayudarle a enfrentarse a esta nueva circunstancia.
Lo mejor es elegir un confidente inicial que ayude a mantener la perspectiva necesaria en los primeros momentos. Ya llegará el momento de normalizar nuestra actitud vital y podremos entonces decidir con mayor serenidad otras personas cercanas a las que hacer partícipes de nuestra situación.
Indudablemente, es recomendable que de tener una pareja sexual estable sea partícipe de esta información. Y Es necesario que también se someta al análisis de seropositividad para saber si está o no infectada y prevenir el contagio, así como tomar precauciones para evitar el contagio.
Algo importante a tener en consideración es que el virus que cada paciente transporta en la sangre no es idéntico al de cualquier otro sujeto infectado, por eso que la entrada de un nuevo VIH en un sujeto ya infectado puede empeorar claramente su situación.
EL SIDA Y EL
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