RESUMEN DE SISTEMA CIRCULATORIO.
Enviado por Eric • 8 de Febrero de 2018 • 2.082 Palabras (9 Páginas) • 591 Visitas
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Las tres principales proteínas plasmáticas son: las albúminas, las cuales ayudan a mantener la presión osmótica de la sangre, las globulinas, que transportan nutrimentos y desempeñan un papel importante
En el sistema inmunitario; y el fibrinógeno, importante en la coagulación de la sangre. Las células más abundantes en la sangre son las que transportan oxígeno: los llamados glóbulos rojos o eritrocitos. El color rojo de los eritrocitos se debe a que contiene hierro.
Cuando la hemoglobina se une al oxígeno, adopta un color rojo cereza; cuando pierde el oxígeno adquiere un tono más oscuro. Como la sangre desoxigenada se encuentra en las venas, que aparecen con una tonalidad azulosa cuando se les observa a través de la piel.
La hemoglobina se une débilmente al oxígeno, al que capta en los capilares de los pulmones, donde la concentración de oxígeno es alta, y lo libera en otros tejidos del cuerpo, donde su concentración es baja y después de liberar su oxígeno, una parte de la hemoglobina capta dióxido de carbono de los tejidos y lo transporta de regreso a los pulmones.
El número de glóbulos rojos en la sangre determina qué tanto oxígeno puede transportar; estos niveles se mantienen mediante un sistema de retroalimentación negativa en el que interviene la hormona eritropoyetina, la cual se produce en los riñones y se libera a la sangre como respuesta a una deficiencia de oxígeno. Esta falta de oxígeno podría deberse a una producción insuficiente de hemoglobina, a una altitud elevada o a una enfermedad de los pulmones que interfiere con el intercambio de gases en estos órganos.
Los glóbulos blancos, o leucocitos, son de cinco tipos: neutrófilos, eosinófilos, basófilos, linfocitos y monocitos. En conjunto, constituyen menos del 1 por ciento de todas las células de la sangre. Los glóbulos blancos tienen alguna función que protege al cuerpo contra enfermedades y usan el sistema circulatorio para desplazarse al lugar de la invasión.
Los linfocitos se encargan de producir anticuerpos que ayudan a inmunizar contra enfermedades. Las plaquetas, que son cruciales para la coagulación de la sangre, son trozos de células grandes llamadas megacariocitos. Los megacariocitos permanecen en la médula ósea, donde separan trozos de su citoplasma envueltos por membrana para formar plaquetas .Luego, las plaquetas entran en la sangre y desempeñan un papel central en su coagulación. Al igual que los glóbulos rojos, las plaquetas carecen de núcleo y su vida es aún más corta, de 10 a 12 días. La coagulación de la sangre es un proceso complejo que evita que nos desangremos hasta morir. La coagulación inicia cuando la sangre entra en contacto con un tejido dañado.
Un importante resultado de estas reacciones químicas es la producción de la enzima trombina a partir de su forma inactiva, la protrombina. La trombina cataliza la conversión de la proteína plasmática llamada fibrinógeno en moléculas filamentosas insolubles llamadas fibrina. Esta red proteica atrapa glóbulos rojos y más plaquetas. En menos de media hora, las plaquetas se contraen, aprietan la trama y expulsan el líquido. Esta acción forma un coágulo más denso y duro.
Las arterias conducen la sangre que sale del corazón. Estos vasos tienen paredes gruesas provistas de músculo liso y tejido conectivo elástico. Las arterias se ramifican para formar vasos de menor diámetro
Llamados arteriolas. Las arteriolas conducen la sangre a los capilares. Los capilares son vasos que permiten el intercambio de nutrimentos y desechos entre la sangre y las células del cuerpo.
Las venas y vénulas llevan sangre de regreso al corazón. Después de recoger dióxido de carbono y otros desechos de las células, la sangre de los capilares drena en vasos más grandes llamados vénulas que son aún más grandes. Las venas ofrecen un camino de baja resistencia para que la sangre regrese al corazón.
Puesto que la presión sanguínea en las venas es baja, las contracciones de los músculos esqueléticos durante el ejercicio y la respiración ayudan a regresar sangre al corazón, al exprimir las venas y empujar la sangre por ellas.
Las arteriolas transportan la sangre hacia los capilares, y sus paredes musculares están bajo la influencia de nervios, hormonas y otras sustancias químicas producidas por los tejidos cercanos. Por ello, las arteriolas se contraen y se relajan en respuesta a las necesidades de los tejidos y órganos a los que abastecen.
La piel se pone pálida cuando las arteriolas que abastecen de sangre a los capilares de la piel se constriñen porque el sistema nervioso estimula los músculos lisos para que se contraigan. Esta contracción eleva la presión sanguínea en general; pero una constricción selectiva retira la sangre de la piel, donde es menos necesaria en ese momento, y la redirige al corazón y los músculos, donde podría necesitarse para realizar acciones vigorosas.
En un día caluroso, en cambio, nos “ponemos rojos “porque las arteriolas de la piel se dilatan y llevan más sangre a los capilares de ese órgano. Esto permite que el cuerpo disipe el exceso de calor al exterior y mantenga una temperatura interna relativamente constante. En contraste, cuando hace mucho frío, los dedos de las manos y los pies se nos pueden congelar porque las arteriolas que suministran sangre a las extremidades se constriñen. La sangre se desvía a órganos vitales, como el corazón y el cerebro, que no pueden funcionar correctamente si su temperatura es baja.
El sistema linfático consta de una red de capilares linfáticos y vasos más grandes que desembocan en el sistema circulatorio, numerosos ganglios linfáticos pequeños, áreas de tejido conectivo rico en linfocitos. El sistema linfático tiene varias funciones importantes como devolver el exceso de líquido intersticial al torrente sanguíneo; transportar grasas del intestino al torrente sanguíneo; defender al cuerpo al exponer a las bacterias y virus a los glóbulos blancos.
el intestino delgado está provisto con abundancia de capilares linfáticos. Después de absorber las grasas digeridas, las células intestinales liberan partículas de grasa hacia el líquido intersticial. Estas partículas son demasiado grandes para entrar por difusión en los capilares sanguíneos. Una vez en la linfa, la grasa es transportada a las venas que salen de la vena cava superior, una vena grande que desemboca en el corazón.
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