Resumen Complejidad y Contradicción en la Arquitectura.d
Enviado por poland6525 • 19 de Abril de 2018 • 3.290 Palabras (14 Páginas) • 602 Visitas
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Si la fuente del fenómeno lo uno y lo otro es la contradicción, su base es la jerarquía, que admite varios niveles de significado entre elementos de valores diferentes. Puede incluir elementos que son a la vez buenos y malos, grandes y pequeños, cerrados y abiertos, continuos y articulados, redondos y cuadrados, estructurales y espaciales. Una arquitectura que incluye diversos niveles de significado crea ambigüedad y tensión. Kahn dice: "la arquitectura debe de tener tanto espacios malos como buenos". El decidir en tales compromisos validos es uno de los principales cometidos del arquitecto.
El doble significado intrínseco al fenómeno de lo uno y lo otro puede implicar tanto metamorfosis como contradicciones. Generalmente en las relaciones equivocas complejas la relación no es siempre constante. Esto es verdad especialmente cuando el observador se mueve a través o alrededor de un edificio, y por extensión a través de la ciudad: en un momento dado un significado puede ser percibido como dominante, según el observador se mueva en ellos, de manera que el mismo espacio cambia su significado.
- Continuación de los niveles contradictorios: El elemento de doble significado
El elemento de (doble función) y (lo uno y lo otro) se asocian, pero hay una diferencia: el elemento de doble función pertenece más a los aspectos de uso y estructura, mientras que lo uno y lo otro se refiere más a la relación de la parte con el todo "el edificio multifuncional", con este concepto quiero indicar al edificio que es complejo en programa y forma aunque es fuerte como totalidad.
Hay justificaciones para la habitación multifuncional como para el edificio multifuncional. Una habitación puede tener muchas funciones al mismo tiempo o en diferentes momentos. Kahn prefiere la galería porque es direccional y no direccional, un corredor y una habitación al mismo tiempo y tiene en cuenta las complejidades variables de las funciones específicas al diferenciar los espacios generalmente con una jerarquización de su tamaño y de sus características, llamando los espacios de servicios y principales, espacios direccionales y no direccionales y con otras designaciones más genéricas que específicas.
En este contexto "la forma evoca la función". La habitación multifuncional es posiblemente la respuesta más auténtica al arquitecto moderno preocupado por la flexibilidad. La habitación con un propósito genérico en lugar de específico, y con muebles móviles en lugar de tabiques móviles, fomenta una flexibilidad perceptiva en lugar de una flexibilidad física y permite la rigidez y la permanencia, que todavía son necesarias en nuestros edificios. La ambigüedad valida fomenta la flexibilidad útil.
El elemento de doble función ha sido usado con poca frecuencia en la arquitectura moderna. En su lugar, la arquitectura moderna ha apoyado la separación y especialización de todos los niveles, tanto en los materiales y estructura como en el programa y espacio. La naturaleza de los materiales ha excluido el material multifuncional o inversamente, la misma forma o superficie para materiales diferentes.
Pero los puristas estructurales, así como para los orgánicos, la forma estructural de doble función sería repugnante a causa de la inexacta correspondencia ambigua entre la forma y la función y entre la forma y la estructura. Además de especializar las formas de acuerdo con los materiales y estructura, la arquitectura moderna separa y articula los elementos. La arquitectura moderna nunca es implícita. Al fomentar la estructura porticada y el muro cortina, ha separado la estructura del abrigo.
Las exigencias del espacio arquitectónico y las fuerzas estructurales se avienen con las exigencias del espacio arquitectónico. Aquí la forma sigue a la función de modo contradictorio; el material sigue la función estructural; le sección sigue a la función espacial. Los elementos convencionales en arquitectura suponen una etapa de su desarrollo evolutivo y tienen, en su uso y su expresión que han cambiado, algo de su significado pasado y algo de su nuevo significado. Lo que puede denominarse elemento reminiscente es semejante al elemento de doble función. Es diferente de un elemento superfluo porque tiene un doble significado. Es el resultado de una combinación más o menos ambigua del viejo significado, evocado por asociaciones, con el nuevo significado creado por la función modificada o nueva, estructural o de programa, y el nuevo contexto. El elemento reminiscente impide la claridad de significados. En su lugar fomenta la riqueza de significados. Es fundamental para el cambio y crecimiento de la ciudad como se manifiesta en la remodelación de los edificios antiguos a los que se les da unos usos nuevos, tanto de programa como simbólicos (como los palacios que pueden ser museos o embajadas) y en las calles antiguas con nuevos usos y escalas de movimiento. El elemento retorico como el elemento de doble función, es poco frecuente en la arquitectura reciente. Si el último ofende por su ambigüedad intrínseca, el retorico ofende el culto del mínimo de la arquitectura moderna ortodoxa. Pero el elemento retorico se justifica como un elemento valido, si bien es un medio de expresión pasado de moda.
- La adaptación y las limitaciones del orden: elemento convencional.
Un orden valido se adapta a las contradicciones circunstanciales de una realidad compleja. Tanto se adapta como se impone. De este modo admite (control y espontaneidad), (corrección y comodidad) la improvisación dentro del todo. Tolera modificaciones y arreglos. No hay leyes fijas en la arquitectura, pero no todo irá bien en un edificio o en una ciudad. El arquitecto debe decidir, pues estas valoraciones sutiles están dentro de sus funciones principales. Debe determinar lo que no se puede tocar y lo que es susceptible de arreglos; lo que concederá, el donde y como. No ignora o excluye las irregularidades del programa y estructura dentro del orden. La relación entre irregularidad y orden adapta al orden las excepciones circunstanciales o yuxtapone elementos particulares a los elementos generales del orden. Aquí uno levanta un orden y luego lo destruye, más bien por voluntad propia que por debilidad.
¿No deberíamos resistirnos a los que deploran la confusión? ¿No deberíamos buscar significados a las complejidades y contradicciones de nuestra época y reconocer las limitaciones del sistema? Estas, creo, son las dos justificaciones para destruir el orden: el reconocimiento de la variedad y la confusión en el interior y exterior, en el programa y el medio ambiente y en todos los niveles de la experiencia; y la limitación
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