Rosa Angelica Torres Castellanos Gastroenterología NRC 57235
Enviado por Stella • 15 de Enero de 2019 • 1.096 Palabras (5 Páginas) • 448 Visitas
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Sin embargo, se ha visto que al revisar de forma retrospectiva la ecografía, que es el método de elección para el estudio de las litiasis vesiculares, a menudo se puede identificar algún signo altamente sugestivo de neoplasia como son: engrosamiento de la pared o calcificación, masa que protuye a la luz, pérdida de interfase entre la vesícula y el hígado o infiltración hepática.
La ultrasonografía endoscópica (USE) presenta una alta sensibilidad para la detección de estos tumores y además permite realizar el estudio de extensión locoregional y puede ser capaz de predecir la histología y obtener material citológico.
La resonancia magnética (RM) y la colangiografía por resonancia magnética (CRM) permiten diferenciar los tumores benignos y malignos siendo la RM especialmente útil para establecer el grado de invasión a nivel del ligamento hepatoduodenal, del marco portal y para el estudio ganglionar.
La tomografía computarizada (TC) permite llegar al diagnóstico y es especialmente necesaria para la estadificación de las lesiones avanzadas.
La colangiografía endoscópica retrógrada (CPRE) y percutánea (CTPH) quedan reservadas para los casos en los que es necesario colocar una prótesis biliar.
La clasificación de los tumores malignos de la vesícula biliar se puede hacer siguiendo la clasificación de Nevin descrita en 1976 o la clasificación TNM, que es la más empleada. Esta última ha sido modificada recientemente de forma que la nueva clasificación del 2010 incluye los siguientes cambios:
- Se han incluido los tumores del conducto cístico;
- Se diferencian las adenopatías regionales hiliares (N1) y a distancia (N2);
- Se han reagrupado los estadíos de forma que la resecabilidad y el pronóstico quedan mejor correlacionados.
- Los tumores T4 (localmente irresecables) pasan del estadio III al IVA.
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Tratamiento
Dependerá de estadio en que se establezca el diagnostico. La cirugía es el único tratamiento con potencial curativo. Tres situaciones distintas deben ser tenidas en cuenta: hallazgo incidental en pieza de resección de una colecistectomía, tumor resecable, o tumor irresecable avanzado.
Si el hallazgo se realiza durante la intervención quirúrgica o después de ésta al hacer el estudio histológico de la lesión y el tumor es estadio 1 se puede considerar que la colecistectomía fue el tratamiento y la sobrevida del paciente será de 100%. Si la lesión se encuentra en estadio I, II o IVA se realiza disección ganglionar hasta el nivel 2 y se somete a un estudio transoperatorio; si los ganglios son negativos a nivel N2 se completa la disección y se realiza resección del lecho vesicular con un margen de 3 - 4 cm. Por el caso contrario, si los ganglios aún son positivos a nivel N2 se consideran solamente medidas paliativas con drenaje vesicular y de la vía biliar. En el estadio III y IV se hace resección en bloque de los órganos afectados.
El tratamiento con quimioterapia da escasos resultados; agentes como 5-fluorouracilo, adriamicina, gemcitabina y nitroureas han demostrado pocas respuestas. La radioterapia puede ser de utilidad en estadios avanzados.
Pronóstico
Globalmente, la supervivencia de los pacientes con neoplasias de vesícula biliar es menor del 5% a los 5 años, con una supervivencia media inferior a 6 meses, ya que la mayoría de ellos se diagnostican en estadios avanzados.
Referencias
Maria Pellisé, Antoni Castells, Capitulo 47: Tumores de la vesícula y vías biliares; Servicio de Gastroenterología. Hospital Clínic de Barcelona.
Roesch Dietlen, F. R. T., de la Medina, J. R., Francis, A. A., Miguel, J., Dietlen, F. R., & José María Remes Troche, A. R. D. L. (2008). Gastroenterología clínica; Capitulo 48: Neoplasias de las vías biliares; Segunda Edición; Editorial Alfil.
Villalobos, J. J. (2006), Gastroenterologia, Capitulo 92: Carcinoma de la vesícula y vías biliares; Sexta edición; Editorial Méndez editores.
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