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Tema: DDHH en países Árabes

Enviado por   •  6 de Febrero de 2018  •  4.789 Palabras (20 Páginas)  •  369 Visitas

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La pensadora feminista Nawal Sadawi en su libro “La cara desnuda de la mujer árabe”, explica ésta dicotomía entre la religión y la interpretación, que da como resultado a una situación de inferioridad de la mujer respecto al hombre y, con el tiempo, esta interpretación se convirtió en una ley social.

En sus propias palabras:

“A todos los niños si nacen sanos y normales, se les considera seres humanos completos.

Esto, sin embargo, no es así cuando se trata de niñas, desde el momento en el que nace y antes incluso de saber hablar, parece que, por la forma en la que la gente la observa y por la expresión de sus ojos, hubiera nacido “incompleta” o le “falta algo”, desde el nacimiento y hasta la muerte, le obsesionará la misma pregunta: ¿ por qué?, ¿ por qué su hermano tiene tantos privilegios a pesar de que los dos son iguales?” (Sadawi: 31).

Cuando la mujer entre en una fase de crecimiento corporal normalmente se siente encerrada en la casa y la familia, se le permite salir fuera pero con la condición de seguir unas normas especiales. Un egipcio, llamado Seikh Al Albani, escribió un libro que se titula “El jilbab” acerca de la mujer musulmana explicando cómo debe vestirse (el jilbab es como un vestido largo que tapa todo el cuerpo desde la cabeza hasta los pies). Según este libro, las condiciones que debe reunir un jilbab son:

- Que cubra todo el cuerpo excepto la cara y las manos

- Que no esté adornado ni perfumado

- Que sea grueso y no transparente

- Que sea bien amplio y no ceñido

- Que no se parezca a la ropa de los hombres ni a la de los no musulmanes

Hoy en día el uso del Jilbab no es obligatorio para las mujeres musulmanas. No obstante, muchas de ellas eligen llevarlo por voluntad propia. Según testimonios, esta decisión propia está sujeta a la influencia de ciertas normas y expectativas sobre maneras de vestir, de comportamiento y de expresión que la sociedad impone sobre ellas. Por lo que se puede considerar que no es una decisión meramente “libre”, ya que se encuentra atada a sanciones sociales que pueden recaer sobre las mujeres si no siguen dichos patrones.

Si una mujer intenta romper con esta ley social, recibirá un castigo (de carácter social) esta forma de juzgarla según su vestimenta se aplica mucho en países árabes musulmanes como Arabia Saudita, Irak y otros países musulmanes no árabes, como Irán, Malasia, Nigeria, Pakistán o Singapur. Hay países incluso, como Somalia, Sudán y Yemen, que pueden llegar a utilizar métodos muy agresivos de maltrato a la mujer llegando hasta extremos como la lapidación, castigo que consiste en enterrar a la mujer condenada en un pozo que le cubre hasta el cuello y apedrearla hasta la muerte.

En resumen, para entender la situación de la mujer árabe, es necesario indagar en las causas y los motivos que reproducen la violencia de género. En algunos países, el principal motor de este virus social es la pobreza, en general una familia con bajos recursos económicos no tiene la posibilidad de mandar a su hija a estudiar es así que la niña crece ignorante de sus derechos y el único objetivo de su vida y casi su único futuro sería conseguir un marido. Por tal motivo, se encuentran leyes y costumbres familiares que tienen como objetivo prepararla bien para ser buena esposa y buena madre. Este objetivo se encuentra relacionado con el físico femenino a través del establecimiento de un modelo de vestimenta (jilbab) que preserva la belleza de la mujer para su futuro dueño (marido). Por lo que se refiere al aspecto moral, el objetivo de esas costumbres familiares consiste en alimentar el sentimiento de inferioridad y pertenencia al hombre de las mujeres, en todas las esferas de la vida. Todo esto y mucho más han generado una realidad muy agresiva para las mujeres de religión musulmana en todo el mundo.

Para ver con más, vamos a centrarnos en un caso puntual, que es la realidad de Arabia Saudita.

Antena 3 (canal privado de televisión español) publicó la siguiente noticia: “una joven Saudita muere porque su universidad impidió que médicos hombres la atendieran”. En ella se cuenta que una estudiante murió de un infarto luego de que las autoridades universitarias impidieron durante horas la entrada de una ambulancia que llevaba médicos varones en el campus femenino de la universidad Rey Saud de Riad. Ejemplos como este incidente podrían parecer una noticia extraordinaria en pleno siglo XXI, pero allí se han convertido en algo normal. Podemos ver que la humillación de la mujer forma parte de la cultura de un país muy religioso, ya que Arabia Saudita está constituido por una monarquía absoluta que está limitada por la ley islámica (cuerpo de Derecho islámico) y por el Corán, claro, siempre según las interpretaciones de los varones que imponen a todos los creyentes.

Es indudable que estas interpretaciones siguen una perspectiva ideológica para proteger el establecimiento de una sociedad muy patriarcal y por eso en Arabia Saudita se construyó una separación total entre los dos sexos: en la educación desde la infancia hasta la universidad (hay unos colegios para niños y otros para niñas), en el trabajo, si el padre permite a la hija o el marido a la esposa trabajar, existen oficinas masculinas y otras femeninas. Incluso las cafeterías y restaurantes se organizan según esta división por sexos. Esta separación ni siquiera significa que la mujer saudita pueda estudiar y salir a trabajar libremente con la condición de estar en la parte femenina, sino que antes deberá lograr el permiso de un familiar varón, ya que tienen una ley básica que insiste en el control y la importancia de la autorización del varón para todas las actividades que las sauditas pueden desempeñar fuera de casa e incluso dentro. Dicha ley plantea:

- Para ir al trabajo, la mujer tiene que hacerlo en Taxi o contratar un chófer

- Para viajar no puede salir del país sin permiso escrito

- Para salir a la calle debería estar acompañada de un varón adulto

- Para visitar a un médico o ser intervenida quirúrgicamente, puesto que los doctores varones no pueden tocarla, tiene que ser consultada por una mujer médico.

- Para conducir: este país es el único en el mundo que prohíbe a la mujer ponerse al volante

De este modo, el estado con sus leyes intenta controlar

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