Tras el bloque 9 de la ciudad universitaria y junto la portería Barranquilla se encuentra una gran fuente generalmente vacía

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La abundante vegetación permite una caminata suave y cómoda por el espacio, permite respirar un poco más fresco y claro, de vez en cuando percibir el olor tan característico y reconocible del cannabis. El consumo de esta última mencionada, no es un tema tabú entre los que aquí se sitúan, y es incluso una actividad de distintiva de este lugar. Es común ver como las personas con tranquilidad sacan sus cigarrillos y los consumen con total confianza; estas personas son muy abiertas y no dudan en cuanto a brindar información, es así como logré recolectar varia información que solo puede saberse con una gran experiencia en el lugar o la interacción con la gente. Tal es el caso del nombre de aceptación popular que tiene este lugar, “por lo menos en el bloque 9”, afirman estos; “Fumalia”, comentan todos, algunos entre risas, cuando se les pregunta por como es conocido o nombrado este sitio, algunos incluso aseguran que Fumalia “es una institución”. Así pues, estas personas denominan a Fumalia como “la sede” de sus encuentros de tiempo libre, un lugar tranquilo, natural, donde se puede pensar y convivir con los amigos, donde tus actos o los de tu grupo no van a molestar a los demás.

A medida que avanza la tarde algunas personas comienzan a desplazarse, pero independiente de este hecho el lugar se ve permanentemente habitado por personas, incluso en los momentos en los que la lluvia atisba en llegar mediante una llovizna. En las noches se pueden observar unas cuantas parejas, grupos de amigos, compartiendo una cerveza o un café antes de partir para sus casas, dejando como rastros en este lugar los restos, envolturas y desperdicios de lo que fue un día de constante actividad y convivencia social.