UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DEL ESTADO DE MÉXICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES
Enviado por Eric • 28 de Febrero de 2018 • 2.731 Palabras (11 Páginas) • 481 Visitas
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“En un proceso de globalización y desarrollo de una sociedad del conocimiento, la gestión urbana, principalmente de grandes ciudades pasa por una restructuración estructural, que está modificando nuestras formas de vida, de consumo y de pensamiento. En este marco los procesos de urbanización y el crecimiento de las ciudades forman parte de estas transformaciones, donde las características de esta realidad son la interdependencia, el desarrollo de gobierno locales fuertes y la presencia e intervención de los ciudadanos como contraparte en la generación de condiciones de vida para integrarlos a una relación global-local” (Borja y Castells, 1997: 35-55).
Asimismo, la vida colectiva se puede construir sobre la base de la idea de la ciudad como producto cultural, colectivo y, en consecuencia, político. La ciudad, como lo analiza Jordi Borja, es un espacio político, donde es posible la expresión de voluntades colectivas, es espacio para la solidaridad, pero también para el conflicto. El derecho a la ciudad es la posibilidad de construir una ciudad en la que se pueda vivir dignamente, reconocerse como parte de ella, y donde se posibilite la distribución equitativa de diferentes tipos de recursos: trabajo, de salud, de educación, de vivienda, recursos simbólicos: participación, acceso a la información, etc.[1]
El derecho a la ciudad es “el derecho de toda persona a crear ciudades que respondan a las necesidades humanas. Todo el mundo debería tener los mismos derechos para construir los diferentes tipos de ciudades que queremos. El derecho a la ciudad como lo afirma David Harvey, no es simplemente el derecho a lo que ya está en la ciudad, sino el derecho a transformar la ciudad en algo radicalmente distinto”.
Entonces la idea principal del “Derecho a la ciudad” es que toda persona o individuo pueda tener la ciudad que se quiere y se espera, aunque vinculando a lo de Borja se podría expresar que este proceso se llevara a cabo solamente si tanto el sector público, como el político trabajan entre sí para poder obtener los objetivos esperados, y poder llegar a obtener una ciudad fructífera, y que se pueda mantener ese lazo social.
Los espacios públicos como los parques, las explanadas, ciertas calles o avenidas, son un parte esencial de la sociedad, lugares usados para la recreación, es decir, son espacios donde los habitantes de una ciudad pueden expresarse de forma artística, deportiva y cultural. “La ciudad ha sido históricamente el ámbito de la ciudadanía, es decir el territorio de hombres y mujeres libres e iguales.” [2](Jordi Borja, 2000) Las grandes urbes que van creciendo, tanto en habitantes, como en espacios privados (casas, edificios, centros comerciales, etc.) provocan la reducción de los espacios libres para la recreación, lo que repercute en la calidad de vida de los habitantes de las ciudades.
Son espacios que les pertenecen a toda la sociedad para que puedan hacer uso de ellos de manera adecuada espacios limpios, y con seguridad para fomentar prácticas recreativas y crear mayores lasos de convivencia.
Sin embargo, no todas las personas tienen un fácil acceso a los espacios públicos y, tampoco hay los suficientes en las ciudades, por este motivo es en estos espacios determinados donde se centralizan las distintas actividades que diversos grupos o individuos desean realizar (música, baile, pintura, acrobacias, skateboarding, artesanías, talleres, etc.), apropiándose, de cierta manera, del espacio para poder realizarlas.
Borja, (2000), menciona que los espacios públicos son sujetos de índole jurídico, es decir, que están sometidos a la regulación de la administración pública o el gobierno que posee la facultad de dominio del suelo, pero que a su vez debe garantizar su accesibilidad a todo el que lo desee, siempre y cuando se sigan ciertas normas y condiciones para su utilización, así como, para las actividades que ahí se realizarán. La importancia del estudio de los espacios públicos en la ciudad es mencionada por este autor desde dos puntos centrales, el primero, es que él considera que los espacios públicos es donde la crisis de una ciudad o de la urbanidad se manifiesta; es decir que a través de ellos, de las condiciones en que se encuentran y las actividades que ahí se realizan que podemos conocer y evaluar las deficiencias, las costumbres, y las formas de vida de la ciudad.
A partir de estos espacios considerados por Borja, (2000), como los puntos sensibles es por donde se puede actuar para impulsar políticas de hacer ciudad; esto es, programas sociales que impulsen mejoría en el funcionamiento urbano según sus necesidades por ejemplo, rescate de espacios públicos, impulsar la seguridad en la ciudad, mejorar la movilidad entre otras similares. y segundo, porque las realidades urbanas, especialmente, las que se dan al margen de la ciudad, plantean retos al espacio público. Retos como los de imponerse a dar continuidad formal y simbólica a estos espacios. En otros términos dar seguimiento a dichas políticas mencionadas anteriormente a pesar de las dificultades que la misma ciudad manifiesta así como de la exclusión de ciertos grupos sociales.
Una de las principales problemáticas dentro de la planeación de las ciudades, es lo relativo a la movilidad por lo que constantemente se piensa en cómo resolver problemas como el tránsito y la seguridad, sin embargo, afrontar sólo estas temáticas conduce a más problemas.
La segmentación de la ciudad y de las clases sociales, repercuten en los espacios públicos puesto que no todas las personas tienen fácil acceso a éstos para la recreación, ya sea por distancias y dificultad de movilidad, así como por inseguridad, falta de ellos o descuido por parte de las autoridades o centralismo, entonces el fenómeno de la apropiación de espacios públicos podría derivarse de algunas de estas problemáticas debido a la necesidad de acceder a ellos de forma fácil, cercana y/o económica.
En variadas ocasiones el espacio público no es lugar protegido, pues en algunos casos no está diseñado para dar seguridad sino para cumplir funciones como transitar o estacionar el auto, esto lleva a que los espacios no protegidos se vean apropiados por las llamadas "clases peligrosas de la ciudad": inmigrantes, pobres, marginados, indigentes, delincuentes, etc., esto conlleva a que el espacio público sirva como reflejo de los problemas de injusticia social, económica y política, y que a su vez provoca el miedo de algunas personas, la marginación y la violencia urbana.
El papel de la autoridades, también, es importante a la hora de mantener espacios públicos, pues aunque estos espacios son responsabilidad de todos, el gobierno municipal
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