Un pavo real en tierra de pinguinos

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En ésta fábula se puede apreciar un claro ejemplo de como es aún la sociedad que justamente está en los altos puestos, los que suelen estar en reuniones solo por compromisos y por caerle bien a su otro colega. Es lamentable ver como solo unos cuantos han podido avanzar dentro de este duro juego, donde se sufren agresiones, dificultades extras, poca confianza por parte de los supuestos colegas, racismo, incluso menosprecio de tan grandiosas ideas.

Esta fábula no solo abre los ojos de como es realmente la sociedad burocrática, sino que también es muy cierto en muchos otros aspectos de la vida, incluso en las escuelas, o en la vida cotidiana de la gente.

Los pocos que han tolerado este duro camino hacia la grandeza, sí que han cumplido sus metas, y han logrado seguir adelante con sus empresas y su propia vida, haciendo que las innovaciones y sus ideales florezcan continuamente.

Es obvio que a lo largo de nuestras vidas profesionales tendremos obstáculos, derrotas, metas logradas y ganancias, pero ¿Qué acaso no se dice que se aprende más de las derrotas que de las partidas ganadas? Podría haber más competencia si se aceptaran y se apoyaran las ideas; incluso en un país como México podría salir adelante mucho más rápido si hubiera suficiente apoyo tanto económico, como moral; pues solemos prestarle más atención a marcas de otros países que residen aquí, en lugar de apoyar las de nuestros compatriotas. Esto es un acto de malinchismo puro, pues todavía de que cometemos el grave error de preferir lo extranjero, aún nos dignamos a humillar las ideas mexicanas, como si no valieran nada por el hecho de ser nacional.

Cuando un “pavorreal” se enfrenta a un “mundo de pingüinos” necesita tener fe en sí mismo, apoyo de otros, saber que puede fallar mil veces y tener la esperanza de que en la que siguiente oportunidad todo mejorará. Ese tipo de mentalidad ayuda mucho a que uno crezca como persona, tanto en lo laboral como en lo cotidiano.

Todos debemos ser “aves exóticas” y mostrar que cada uno es diferente, desde la forma de pensar, actuar, relacionarse e incluso desarrollar proyectos, sin olvidar que hay que respetar las diferentes formas de pensar de los demás; que podemos colaborar entre todos para crecer.

Comencemos por ayudarnos y tolerar nuestras diferencias, para que las próximas generaciones no arrastren el problema de ser antipáticos hacia los demás, que se den cuenta de que si nos apoyamos unos a otros, los pocos que tienen todo el poder de la sociedad empresarial, el monopolio, disminuirá; haciendo que haya más empleo y más ganancias para muchos otros, que haya más competencia amigable, lo cual hará que los precios y los sueldos sean mucho más equitativos para toda la sociedad, lo que contraería que hubiera menos distinción de clases sociales.