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Un recuerdo que vamos guardar

Enviado por   •  20 de Diciembre de 2018  •  1.254 Palabras (6 Páginas)  •  275 Visitas

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- ¡Hay solamente uno grande aquí, soy yo! gritaba Eudes y empujaba a los que querían subir en las cajas. Como Geoffroy insistía, Eudes le dio un puñetazo sobre la pecera y lo hizo muy mal. Tuvimos que ponernos varios para quitar pecera de Geoffroy, que se había quedado atascado.

La maestra dijo que nos daría un último aviso, después será aritmética, entonces, decimos que quedaríamos tranquilos y comenzamos a nos organizar. Geoffroy se acercó al fotógrafo: - ¿Qué es vuestro aparato? Lo preguntó. El fotógrafo sonrió y lo dijo: Es una caja de donde saldrá un pajarito, nene. Es vieja su máquina, dijo Geoffroy, mi papá me dio a una con quitasol, corta focal, teleobjetivo, y, por supuesto, pantallas... " El fotógrafo pareció sorprendido, dejó de sonreír y dijo a Geoffroy de regresar a su plaza" ¿Acaso tiene por lo menos una célula fotoeléctrica? " Preguntó Geoffroy. " ¡Por última vez, regresa a tu plaza! " Gritó el fotógrafo que, de pronto, tenía el aire muy nervioso.

Nos instalamos. Yo, estaba sentado en el suelo, al lado de Alceste. Alceste, es mi amigo, él es muy gordo y come a todo tiempo. Estaba a punto de morder a un tostado con mermelada y el fotógrafo le dijo que parase de comer, pero Alceste le contestó que hacía bien que se alimentara. ¡Suéltala!, gritó la maestra, que estaba sentada justo detrás de Alceste. Esto lo asustó tanto, que soltó el tostado sobre su camisa. ¡Ha ganado!, dijo Alceste, tratando de raspar la mermelada con su pan. La maestra dijo que solo quedaba una solución, poner a Alceste en la última fila, para que no se vise la mancha sobre su camisa. Eudes, dijo la maestra, cambia vuestra plaza con su compañero. -Él no es mi compañero, contestó Eudes, él no tendrá mi plaza, tiene que sólo ponerse de espalda a la foto, así no veremos la mancha, ni su cara fea. La maestra se molestó y dio como punición a Eudes la conjugación del verbo: -No debo negarme a cederle mi plaza a un compañero que derribó sobre su camisa un tostado de mermelada. Eudes no dijo nada, él bajo de su caja y vino para la primera fila, mientras que Alceste iba tras la última. Eso volvió un poco desordenado, sobre todo cuando Eudes cruzó con Alceste y le dio un puñetazo en su nariz. Alceste quería dar una patada en Eudes, pero él se esquivó, es muy rápido y fue Agnan que recibió la patada, afortunadamente donde no tenía gafas. Eso no impidió Aganan de ponerse a llorar y quejarse que no veía nada, que nadie lo amaba y que preferiría morir.

La maestra le consoló, le cubrió, le peinó y castigó Alceste, Debe escribir 100 veces: Yo no debo pegar a un compañero que no me busca para nada y que lleva gafas. ¡Bien hecho !, dijo Agnan. Entonces, la maestra le dio unas cuantas por hacer también. Aganan estaba tan asustado que ni siquiera lloró. La maestra comenzó a darles graciosamente los castigos, todos tenían mucho por hacer y finalmente la maestra nos dijo: - Ahora van a decidir si se quedan tranquilos. Si fueren gentiles, no llevaré en cuenta los castigos. Entonces todos hagan una pose, donen una bella sonrisa y el Señor nos va sacar una linda fotografía. Como no queríamos causarla más aborrecimiento, la obedecemos. Nosotros sonreímos e hicimos la pose.

Pero, el recuerdo que íbamos a guardar para toda nuestra vida se perdió, porque se descubrió que el fotógrafo ya no estaba mas allí. Se había ido sin decir nada, ni una palabra.

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