Universidad y la relación con el poder a través del conocimiento científico como verdadero.
Enviado por Sandra75 • 15 de Mayo de 2018 • 2.838 Palabras (12 Páginas) • 281 Visitas
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A su vez, toda forma de poder, toda hegemonía, todo paradigma está garantizado y resguardo ya que se legitima y reproduce a través de las instituciones. Es por esto que la universidad no está exenta de estos procesos de construcción de verdad, es decir, de discurso científico. La academia se inscribe en el ámbito científico y responde a intereses específicamente político culturales.
La Universidad
¿Cuál es el objetivo de la universidad? ¿Qué tipo de conocimiento trasmite y con qué objetivo? ¿A qué sujetos? ¿Responde algún interés?
La universidad particularmente, es una institución que construye saberes que se instauran como verdades, en tanto estén científicamente aceptados. Nombrar las Letras, el Arte, la Edición o la Filosofía denominándolas de la misma manera que la Antropología sería una empresa absolutamente ambiciosa y, en todo caso, incorrecta. Sin embargo, la filosofía, la literatura, por ejemplo, sin ser definidas como ciencias no dejan de estar dentro y de pertenecer al paradigma científico y condicionarlo particularmente al menos en el marco de la Universidad que sí, cultural, política y socialmente se declara inmersa en éste). En el caso de Antropología, como institución científica no se nos permite ponerla en duda, básicamente por su carácter universal, absoluto y objetivo, lo cual puede llevar a la marginación a aquel que pretenda juzgarla.
Indudablemente, la universidad no es ajena a los intereses políticos y económicos. Es en ella donde se reproducen los valores de la hegemonía, no se encuentra libre de relaciones de poder. Sin embargo, pensar la Universidad como un todo homogéneo es, hasta cierto punto, un actuar o pensar incorrecto. La Universidad como campo también es un espacio de lucha, de tensión entre actores que ocupan espacios de hegemonía y marginación, de dominados y rebeldes. Por lo tanto, en ese campo autónomo se puede, como en este caso, encontrar cierta heterogeneidad que, en forma de grieta, permite develar un proceder conservador que, claramente, es comandado por quienes ocupan los lugares de privilegio en el campo y, justamente, son aquellos los que imponen un saber, un discurso: su verdad.
La Universidad como institución hegemónica trasmite “verdades” y quienes quieran ser aceptados por ella deberán reproducir estas verdades de poder. La institución misma es la que se encarga de esta reproducción mediante cátedras de acceso selectivo con programas específicos. Quienes hayan aprendido los contenidos dictados podrán ser aceptados por la Academia como representantes, trasmisores e investigadores aprobados (y probos) para el conocimiento científico. Existen estrictas normas para el ingreso y desarrollo dentro de su comunidad. Las investigaciones responden a los intereses que las empresas o gobiernos financian.
La producción aquí se da en términos de reproducción y repetición con intenciones claramente marcadas que reproducen un modelo de jerarquías sociales y un imaginario social en donde las capacidades intelectuales son directamente proporcionales a los roles que los sujetos ocupan dentro de la sociedad. Decir que la información no solo informa, sino que da forma es un claro ejemplo de la problemática que genera difundir y sostener un discurso objetivo. En consecuencia, a través del tiempo este modelo nos acostumbra a enfocar nuestra producción en concordancia con la autoridad de las teorías vigentes, alejándonos de nuestras subjetividades, interpretaciones y experiencias y posicionando a la verdad lejos de la producción personal.
La reproducción del contenido esté garantizada mediante el control que, en la Academia, se cristaliza en aprobaciones. Así planteado, solo podría evaluar aquel que ya hubiera adquirido lo que Bourdieu llama acumulación de capital, lo que le otorga la autoridad científica: donde la responsabilidad de la verdad recae en una autoridad, la cual está respaldada por la ciencia y la Academia. Él también afirma que detrás de cualquier discusión epistemológica existe discusión política. Así es como en los contenidos de una cátedra hay una selección de los temas de discusión que se consideran legítimos. La aprobación y asimilación de los contenidos de las diferentes cátedras de una carrera es lo que determinara la validación con un título.
Por ejemplo la historia de la construcción de la antropológica como disciplina científico surge en el siglo XIX, donde se divide la ciencia de la no ciencia, invalidando a esta última y representándose como digna representante del modelo dominante de generación de conocimientos validos. Para la reproducción se forma un sistema particular de reclutamiento y entrenamiento de profesionales. En este contexto se formaliza el sistema educativo de carácter nacional. La historia de la ciencia forma parte de la teoría de la ciencia. El contexto histórico, político y social, va a determinar el objeto, paradigma, metodología, contenidos de la disciplina. En el surgimiento de la antropología como ciencia, occidente se vuelve la medida de todo, es el código organizador de su objeto de estudio, un código investido de autoridad científica.
Se impone el método científico como única manera de producir investigaciones aceptables en el marco académico (universidad, jornadas, congresos, simposio, grupos de investigación y respectivas becas). Sin este modelo, dicha producción es rechazada, como si fuera la única manera posible de conocer, y a su vez de ser parte, de ingresar al ámbito académico profesional. Generalmente, aquellas propuestas-respuestas y métodos que no formen parte del discurso aceptado serán rechazadas o advertidas. Así es como se excluye a otras formas de producción de conocimiento (y por tanto la persona productora de significado) impidiendo su aceptación como representante de la Academia. La universidad trasmite y reproduce un modelo que luego será avalado en el amibito laboral. Quien no reproduzca este modelo tendrá menos oportunidades de reconocimiento y por tanto de ingresar al campo laboral. Existe una dependencia de estar inmerso al paradigma vigente, el científico, y cumplir con las normas que la institución representante exige.
Los sujetos que participan en la universidad y tienen intenciones de alejarse del discurso hegemónico, muchas veces lo reproducen, ya que estar en la Universidad implica transitarla bajo las reglas de juego propias de la institución. ¿Cómo ser parte sin respetar las reglas de juego? ¿Cómo luego de tantos años no adoctrinarse? ¿Cómo mantener una mirada distante y crítica, con nuevas perspectivas? Creemos que nunca se puede uno excluir totalmente de la hegemonía, ni la hegemonía
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