Urbanismo para la riqueza: Una realidad viable para México y para sus ciudades
Enviado por John0099 • 6 de Noviembre de 2017 • 2.931 Palabras (12 Páginas) • 601 Visitas
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Esto hace, que los grupos en donde se desarrollan cada uno de los individuos, tengan una vida más o menos satisfactoria y que sean grupos más o menos productivos. Como grupo podemos entender tanto la familia, los vecinos, los compañeros de trabajo o cualquier grupo donde se desarrollen actividades culturales, deportivas, educativas, políticas y sociales.
Los grupos a los que pertenece todo individuo pueden incluir unas cuantas personas, o bien decenas, centenares, millares y hasta millones de personas interactuando de alguna manera; este es uno de los principios del urbanismo moderno. Los resultados de las actividades humanas se pueden ver como conjuntos, considerando lo que busca cada individuo y todo grupo humano y que se menciona a continuación:
- Un primer conjunto de resultados tiene que ver con las actividades que obtienen la subsistencia y la realización; tanto del individuo como de la sociedad misma.
- Un segundo conjunto de resultados tiene que ver con la protección contra algunas manifestaciones de la naturaleza y con la protección contra algunas acciones de la sociedad misma.
- Un tercer conjunto de resultados tiene que ver directamente con la disposición del tiempo libre.
Cuando el contexto de un individuo obliga a éste a ocupar su atención, su tiempo y sus preocupaciones, en “defenderse” de la agresión de la sociedad, o del jefe, o del líder, entonces su satisfacción vital y por ende, su productividad, se disminuyen notablemente. El individuo, además, refleja sus actitudes en los que lo rodean y, si éstos están en situación similar, el ambiente social se deteriora y puede llegar a grados de pobreza social y de productividad ineficiente.
En algunas zonas en que la ocupación urbana del suelo parte de ventas ilegales, con alto grado de desorden; por lo general existe una persona o un grupo que “protege” a los pobladores, quienes mantienen un nivel de angustia que puede ser diferente para cada uno de ellos. Este nivel de angustia se genera por el riesgo presente y explícito de perder patrimonio y dignidad ante las exigencias de sus “protectores” o de autoridades involucradas que pueden ejercer fuerza legal en contra de los posesionarios; esto en algunos casos tiene un alto contenido dramático.
Resultados
La creación de barrios, colonias o nuevas ciudades con orden, que absorban en su totalidad el crecimiento de cada ciudad es posible. Estamos frente a un fenómeno claro de oferta y demanda. La demanda está bastante bien dimensionada. La oferta, se cubre en una parte con oferta legal de diferentes calidades urbanísticas y, en otra parte, con una oferta ilegal que viene a cubrir la deficiencia de la oferta legal. Ante este hecho, los gobiernos se han esforzado en facilitar soluciones de oferta legal. Para la vivienda se han generado recursos financieros acotados, se han hecho cientos de planes para el ordenamiento territorial y se ha buscado como incorporar tierra nueva a las ciudades. Ello ha evitado que el problema de desorden sea más grave.
Por otra parte, los institutos de vivienda han sido promotores adicionales a los de iniciativa privada, con un enfoque social claro. Su eficiencia como eliminadores de la oferta ilegal ha sido de alcances reducidos, salvo honrosas excepciones. Ahora bien, si la normatividad permite y favorece la creación de nuevos barrios y colonias de tal manera que sea atractivo para promotores públicos, sociales y privados, se puede acercar rápidamente la sustitución del crecimiento ilegal desordenado por el crecimiento legal ordenado.
Los recursos de suelo y de dinero existen, y pueden ser accesibles con una planeación estratégica adecuada. Si además se logra que nuevos barrios y colonias se planeen y proyecten con una alta calidad urbanística, entonces se está incrementando la satisfacción de los pobladores y, por tanto, incrementando la productividad que deriva en riqueza. Cabe aclarar, que la alta calidad urbanística no significa necesariamente costos altos de urbanización. Antes bien, significa un trabajo de planeación, diseño y proyecto con visión a largo plazo todo esto con la participación coordinada de gobiernos, organismos de servicio, propietarios de la tierra, promotores financieros públicos, privados y/o sociales; con el adecuado sustento legal y urbanístico sería posible y viable.
Con barrios o colonias ordenados y de alta calidad urbanística se logra incrementar la satisfacción de la población, con ello se logra como consecuencia también, el incremento de la productividad y de la riqueza; logrando finalmente la pretendida satisfacción y riqueza. Además de la productividad se estará logrando un costo más reducido para los gobiernos municipales, lo que permitirá mejorar otros aspectos de la ciudad y obtener ingresos adicionales sin dañar a nadie.
Pero si esos barrios y colonias se arman para que se forme una nueva ciudad anexa a una existente, y si se busca que esta ampliación formal complemente con armonía la ciudad existente, logrando integración y buena estructura e infraestructura, salimos entonces del inmediatismo insuficiente y deficiente para iniciar un camino de eficiencia urbanística, que conduce rápidamente al incremento de la satisfacción de las personas y de los grupos para la generación acelerada de una nueva riqueza para todos. No todo se construye en el corto plazo, pero todo queda planteado y permite una acción de gobierno políticamente válida por años.
Discusión
La creación de nuevas ciudades anexas es un acto de alta política; su rectoría debe de estar en manos de funcionarios de alto nivel. Esta política debe gobernar el crecimiento de las nuevas ciudades y, para ello se requiere una planeación estratégica operativa que funcione a muy corto plazo pero con visión a largo plazo. Requiere además, contemplar la participación de los promotores y otros actores que den permanencia a los planes operativos. La acción política ha de lograr que los diseños y proyectos de detalle sean de una calidad tal que eleven la dignidad de la ciudad y no sólo ofrecer vivienda y equipamiento, puesto que las necesidades de la ciudad van mucho más allá de ello. Las ciudades del siglo XXI pueden ser uno de los pivotes de la riqueza del país; para ello se supone, con bases, que el país tiene los recursos para que seamos ricos todos. Los ciudadanos tenemos la capacidad de realizar lo anterior como lo hemos demostrado en múltiples ocasiones. Lo importante es inducir a todos los actores a que se logre hacer ciudad, no parches.
Son tres los elementos básicos para la creación de ciudades ordenadas: El suelo, el
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