Y la nueva ley de transito que..

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Dominicana, fue promulgada por el presidente de la República el 21 de febrero de 2017, y contiene una serie de disposiciones tan rígidas y minuciosas para regular el tránsito terrestre que harían temblar hasta a los suizos, sin embargo parece que se trata de más de lo mismo, resolver un problema social mediante la propaganda a través de una ley que ni los que la aprobaron desean que se aplique.

La ley de referencia tiene, entre otras innovaciones, para la seguridad vial, la instauración de un sistema de puntos en la licencia de conducir que se reduce por la comisión de algunas infracciones, un sistema de multas que se indexa automáticamente, pues los montos de las multas están establecidos en base al salario mínimo y no por un monto fijo; un sistema de revisión de los vehículos que sustituye la inoperante, fuera del campo impositivo, de la revista, a través de talleres certificados por autoridad competente, cambios en el enfoque y funciones de la Amet, a la que, por cierto, se le cambia el nombre; la creación del Intrant, para unificar la multiplicidad de instituciones estatales que tenían competencias para regularizar actividades de tránsito y la obligación de los taxis de cambiarle el color a sus autos por los colores amarillo y amarillo con cuadro, por solo citar algunos de los cambios que introduce la nueva ley.

De todos esos cambios solo se pueden divisar, en el plano fáctico y por el momento, aquellos que tienen que ver con las cobranzas del gobierno y con el nombramiento de nuevos funcionarios, es decir, solo se está aplicando lo que tiene que ver con el cobro de las multas cuyo monto ha sido considerablemente elevado por la nueva ley y ya se anunció el nombramiento de funcionarios del Intrant.

El hecho de que de la nueva norma solo se haya puesto a funcionar el cobro de multas más elevadas, acompañada esta ejecución del nombramiento de más funcionarios con asignación de jugosos salarios nos hace cuestionarnos si la exigencia de la ciudadanía de que se dotase a la sociedad dominicana de una nueva ley de tránsito quedan satisfechas con estas acciones del Estado, si lo que nos preocupaba era que las multas fueran algo baratas o que faltaban funcionarios en la burocracia estatal o si, por el contrario, lo que queríamos eran poder transitar libres y con un mínimo seguridad por las calles del país; dadas estas evidentes diferencias entre nuestras aspiraciones y la visión del estado de lo que deseamos o necesitamos, solo nos resta una última cuestión cuya respuesta apacigüe nuestra necesidad de esclarecimiento esta cuestión se sintetiza en la pregunta que lanzamos al aire esperando que alguien nos haga el favor de respondernos arrojándonos luces cuya ausencia nos oscurece el entendimiento, esa pregunta es la siguiente: ¿ y la nueva ley de tránsito que?