Medición de la efectividad de la gestión de áreas protegidas

TECNICATURA UNIVERSITARIA EN GUARDAPARQUE

ADMINISTRACIÓN Y PLANIFICACIÓN II

Actividad final sobre la Medición de la Efectividad de la Gestión

Docente: Valeria Beatriz Rodríguez Groves 

Alumno: Benedetto Lorenzo

        2022

Una recomendación que se convierte en necesidad

Cuando hablamos de Medición de la Efectividad, más que de herramienta deberíamos hablar de un análisis necesario en la gestión de toda área protegida, que pueda ser visto como un cimiento que logre sostener y dar sentido a las decisiones que se tomen con el fin de llegar de una situación particular a una ideal o deseada.

La efectividad en la gestión de las áreas protegidas es una discusión que se viene dando desde hace varias décadas y la situación global actual evidencia que no sólo es importante crear nuevas áreas, sino conocer cómo funcionan las existentes para entender qué hay que corregir y qué mantener.

Instituciones como APN y Fundación Vida Silvestre ofrecen guías metodológicas bien desarrolladas que proponen el examen de aspectos fundamentales a considerar para diagnosticar y monitorear el estado de implementación y manejo de las áreas.

Estas herramientas pueden considerarse como puntos referenciales que quedan al alcance, ya sea de guardaparques, propietarios en el caso de la áreas privadas o quien esté a cargo de la administración o el manejo de las mismas; que puedan ser de utilidad a la hora de tomar decisiones cada vez más certeras, evaluando, priorizando, midiendo, comparando, llevando registro y por sobre todo, que logren responder al propósito principal de dicha área.

Si pensamos el beneficio de estos instrumentos a una escala de sistemas de áreas, conocer la efectividad de ciertas áreas y compartir esa información puede significar un ejemplo para las demás, al mismo tiempo que establece precedentes.

Si relacionamos esta idea con los objetivos planteados por el Convenio de Diversidad Biológica en Aichi (2011-2020), y más específicamente con la meta 11 resultante del mismo, existe un acuerdo a nivel global que habla de un propósito medible en materia de conservación, manejo y representatividad a nivel de ecosistemas.

Es fundamental que pueda entenderse esto como un recurso que requiere compromiso, que motiva a la superación y ayuda a replantear decisiones. Desde mi análisis he llegado a la conclusión que con tener buenas intenciones no alcanza, cada vez se torna más vital poder justificar el esfuerzo necesario para apostar a la conservación.